La Razón (Madrid) - Tú Economía
Una España más pobre
LlaLla inflación es tan aterradora como un ladrón armado y tan mortal como un asesino a sueldo, afirmaba Ronald Reagan. Ahora, recorre Europa y se solaza en tierras soleadas como las españolas. Los precios venían galopando en la UE desde hace meses y se desbocan hasta el 8,1% de media azuzados por la Guerra en Ucrania y las tensiones energéticas. Aquí el deterioro es mayor, la inflación interanual se encarama al 8,7%. La sociedad española se empobrece más deprisa que la europea y nuestras empresas pierden competitividad. La vicepresidenta Calviño y el resto del Gobierno, como si fuera un mantra sánscrito, repetían machaconamente que éste era un proceso transitorio.
La secretaria del Tesoro de EEUU, Janet Yellen, ha perdido perdón por decir tal cosa. Y es que la inflación no es pasajera, se adhiere como una garrapata y succiona la riqueza como una sanguijuela. Es un impuesto sin legislación, apuntaba Friedman, y Hacienda es una de las instituciones beneficiadas al incrementar la recaudación. Un informe de Freemarket revela que los españoles con el salario más habitual, 18.500 euros anuales, pueden perder 220 euros al mes de poder adquisitivo por culpa del aumento de precios. Es la carcoma de las rentas. El Gobernador del Banco de España lanzaba la gran pregunta ¿cómo repartir los sacrificios? El Pacto de Rentas, además del esfuerzo de los trabajadores con salarios reales menguantes, necesita la reducción de los márgenes de las empresas y la incorporación de los empleados públicos y pensionistas. Las nuevas apreturas deben abarcar a todos proporcionalmente para que sean más llevaderas. Difícil situación para un Gobierno que ha tallado en mármol electoral la vinculación de la pensión con la inflación.