Vuelven las barquetas más deportivas
Las marcas míticas vuelven a sus orígenes deportivos con los biplazas sin techo y prestaciones espectaculares
Barqueta.Barqueta. O mejor, en la denominación original italiana: «barchetta». Fueron los coches de carreras que dominaron las competiciones en circuitos y carreteras en los años cincuenta y sesenta. El diseño de automóviles de alta competición sin techo, lo que les garantizaba una mayor ligereza, se impuso durante décadas y su diseño fue utilizado por las principales marcas como Lotus, Alfa Romeo, Mercedes, Maserati, Osca, Jaguar y, como no, Ferrari y McLaren. Estas dos marcas han reinventado este tipo de diseños en dos realizaciones muy exclusivas y espectaculares como son el McLaren Elva y el Ferrari SP2 Monza.
El primero de ellos, el McLaren, debe su nombre Elva a la propia historia de la marca. Cuando el neozelandés Bruce McLaren, tras ganar la beca «Un piloto para Europa», llegó a Gran Bretaña, tuvo claro desde el principio que querría construir sus propios coches de carreras. Y para ello llegó a un acuerdo de colaboración y posterior adquisición de la fábrica Elva. Un pequeño taller que construía ya barquetas de competición bastante competitivas en los años sesenta. Sobre chasis tubulares y carrocerías carrocerías de fibra, Elva montaba motores de dos litros alemanes, en su casi totalidad BMW, aunque hay algunos ejemplares con motores Porsche. En eso se diferenciaba de sus rivales británicos que, como el Lotus 23, recurrían a los muy competitivos motores de 1,6 litros del Ford Cortina. El modelo MK7 es el más conocido de la casa Elva. A partir de la firma del acuerdo con McLaren comenzó a producir barquetas para las carreras de la Can-Am. Un campeonato que se disputaba en circuitos de Canadá y Estados Unidos y que estaba muy bien dotado económicamente. Por ello, los primeros McLaren M-1 se llamaban también Elva.
Caso distinto es el de Ferrari que, desde sus orígenes en 1948, siempre tuvo en su catálogo «barchettas» de competición. Y todos sus modelos de este tipo son piezas de colección de valor incalculable, en una lista interminable de modelos entre los que destacamos, entre otros, los 212, 225, 250MM, Testarossa, 500 Mondial, 750 Monza, 860, etc… En la mayoría de los casos iban alimentados por los motores V12 fabricados por el propio Enzo Ferrari, con algunas excepciones como es el caso del 500 Mondial o los 750 y 860 cuyos bloques son de cuatro cilindros. En el caso de Ferrari, el número de la denominación equivalía, en aquella época, al cubicaje unitario de cada cilindro. Estas barquetas dominaron las carreras de las décadas de los cincuenta y sesenta, en rivalidad abierta con otras marcas italianas como Maserati y Osca, sin olvidar a otros fabricantes de barquetas que, sin tantos triunfos, también animaron las carreras de la época como puedes ser Gordini, Stangellini, Siata… o los muy competitivos Jaguar y Aston Martin con sus modelos D Type y C Type o los DBR 1 o DBR 3 en el caso de Aston. Volviendo a la actualidad, el Elva es la última realización de McLaren de la que sólo se fabricarán 399 ejemplares a un precio de 1,7 millones de euros. Este modelo es el sucesor de los Senna y monta la misma mecánica: un V8 de 4.0 litros biturbo que ofrece una potencia de 815 caballos, acoplados a una caja automática de 7 velocidades. Sus prestaciones son espectaculares, con una aceración de 0 a 100 en menos de tres segundos y de 0 a 200 en 6,7 segundos.
En el caso de Ferrari, el modelo es el SP-2 Monza, en homenaje al célebre circuito en las afueras de Milán. Su peso de 1.520 kilos y, para moverlos, se ha recurrido a un V12 que rinde 810 caballos con los que supera los trescientos por hora y acelera de 0 a 100 en 2,9 segundos y de 0 a 200 en 7,9s. Es un biplaza, pero dispone de una tapa sobre el asiento del acompañante si se quiere viajar solo, lo que mejora la aerodinámica. Entre las versiones a la venta, quizás la más elegante es la de color plata con una línea amarilla que une las dos aletas delanteras por encima de la tapa del motor. Una decoración histórica, ya que así iban decorados los Ferrari de competición que alineaba la Ecourie Francorchamps, el equipo de carreras del importador de la marca italiana en Bélgica, Jacques Swaters.