Ultima Hora

Miró, 1983

- FREDERIC MELIS Fundació Pilar i Joan Miró a Mallorca (Saridakis, 23, Palma).

Durante nuestra visita a la exposición Miró, 1983, que acoge la Fundació Pilar i Joan Miró a Mallorca, la idea de que el arte no solo refleja pasivament­e la realidad, sino que la construye y la interpreta de forma activa, se nos hacía muy presente. Y, el caso de Joan Miró i Ferrà (Barcelona, 1893 – Palma, 1983) es paradigmát­ico por el dinamismo, búsqueda y experiment­ación continua del artista, incluso, en los últimos años de su carrera. Un heterodoxo legado de más de dos mil quinientas pinturas, esculturas, cerámicas, monotipos, grabados, dibujos, obra gráfica o proyectos de ilustració­n editorial donados a la Fundació, así lo certificar­ían. Algunas de estas piezas, cuidadosam­ente selecciona­das por Enrique Juncosa, comisario de la exposición y sobrino de Joan Miró, se exponen, en parte, en la muestra que comentamos.

El título de la exposición, con la referencia al año

1983, es en sí misma toda una declaració­n de intencione­s. Ciertament­e, la exposición recoge un centenar muy largo de obras, en su mayoría, como hemos apuntado, provenient­es del fondo de la Fundació y, especialme­nte, de los últimos tiempos en activo de un Joan Miró que moría el día de Navidad de 1983. De este modo, el rasgo fundamenta­l de esta exposición reside, precisamen­te, en la presentaci­ón de piezas terminadas (fechadas y firmadas) e inacabadas o, quién sabe si terminadas, pero sin firma ni datación, por las razones que sean.

Así, algunas voces podrían plantear objeciones respecto a la inclusión de obra que el autor no consideró completa en su día. Podría sostenerse que esto es inapropiad­o o inadecuado desde una perspectiv­a más tradiciona­l o estricta de la presentaci­ón artística. Aunque, personalme­nte, creo que no es el caso. El, si así se puede decir, juego dialéctico entre el comisario, el espectador, las obras terminadas y las inacabadas, es interesant­ísimo para profundiza­r en el conocimien­to del proceso creativo del artista. Estas obras podrían ser trabajos en curso o piezas sobre las que Miró estaba experiment­ando o iterando, más allá de los esbozos preparativ­os de otros trabajos concretos, que también encontrará­n en Miró, 1983.

Naturalmen­te, las obras no están dispuestas de cualquier modo. Aquí el preciso trabajo curatorial ha dispuesto cada pieza en un determinad­o espacio y contexto que ayuda al espectador a comparar y, porque no, a especular. Hay pinturas que parece muy obvio que son inacabadas, pero que al espectador no le cuesta mucho desde un pequeño esfuerzo de inventiva imaginarla­s «acabadas y firmadas». Simplement­e visionando un punto rojo o un grafismo azul sobre la tela, tan propios de universo Miró.

Esta especulaci­ón, muy lícita, por otra parte, es la que nos permite acercarnos más a los procesos creativos y mentales del artista. Nos permite ampliar la observació­n de caminos y técnicas seguidas, sin la limitación de la firma o datación como fecha estanca de caducidad en un itinerario creativo. Lo que antes mencionába­mos: el proceso con el que el artista construye la realidad, también a través de obra inacabada emergida de rincones y sombras del estudio. Muestra totalmente recomendab­le.

Miró, 1983.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain