Miedo y asco en Las Vega
TRANSGRESORA Y PROVOCADORA, ESTA CINTA DE TERRY GIILLIAM QUE LLEGA AL CATÁLOGO DE NETFLIX, ES LA SALVAJE CRÓNICA DE UN FIN DE SEMANA BAÑADO EN EXCESOS
iedo y asco en Las Vegas es un viaje salvaje al corazón del sueño americano. Así describió Hunter S. Thompson esta cinta de Terry Gilliam estrenada en 1998, que el próximo lunes se alojará en el catálogo de Netflix. Thompson firmó este minucioso testimonio escrito de un viaje a la ‘ciudad del pecado’, plagado de excesos, que realizó en compañía de su abogado. Su novela, como la propia película, ha pasado a la historia como uno de los grandes frescos de la psicodelia de los años 70.
Johnny Depp y Benicio del Toro, metidos en los roles de Raoul Duke alter ego del propio Thompson- y su letrado -el Dr. Gonzo- llevan de la mano al espectador a través de un fin de semana de auténtica locura. La cinta es una adaptación fidedigna del espíritu provocador y transgresor de ese héroe contracultural que es Thompson. Aunque la crítica la destrozó en el Festival de Cannes, el paso del tiempo ha puesto en su lugar a este relato tan surrealista, anárquico y desquiciado como exuberante e imaginativo.
Los protagonistas cargan un descapotable con cocaína, marihuana, tequila, mescal, ácido, éter y pastillas varias. La excusa del dúo es cubrir una carrera de motos para la revista Sports Illustrated, pero acaban inmersos en una vertiginosa y divertida escalada de excesos, que les lleva a alojarse en un hotel repleto de policías que realizan una convención antidrogas.
Hay que reconocerle a Terry Gilliam su capacidad para concebir -con la ayuda de grandes angulares y exóticos decorados- climas sugestivos y situaciones desenfadadas que apuntan a un humor absurdo y a un público sin complejos, desinhibido y, desde luego, nada convencional.
A nivel actoral, Johnny Depp -que camina como Charles Chaplin- roza la sobreactuación, pero es imposible no adorar al personaje; mientras que Del Toro, también permanentemente exaltado, encuentra un mayor asidero para su lucimiento histriónico. Además, tenemos una excelente banda sonora con rock de la época, y una interminable lista de cameos que incluyen a Cameron Diaz, Gary Busey, Ellen Barkin, Christina Ricci, Harry Dean Stanton, los músicos Flea y Lyle Lovett, y el propio Thompson, que remata esta oferta (no) apta para todos los gustos.