Tomates con sabor en abril
Aunque no ha llegado su momento, es posible encontrarlos de un gusto excelente
EContinúan los días de alcachofa, acelgas, guisantes y, cómo no, de habas de ‘esclovellar’
n nuestra visita semanal al Mercat de Pere Garau, observamos que, a pesar de no haber llegado el tiempo del tomate, en algunos puestos la clientela mostraba preferencia por una clase de tomate de la clase Raf. A primera vista, su aspecto no parecía ser el motivo, sobre todo por su pequeño tamaño –similar al de ramallet–, sí su precio (por debajo de los 3 euros el kilo). No fue hasta que en el puesto del exterior del mercado Germans Perelló nos indicaran que eran una delicia de sabor invitándonos a comprobarlo in situ, sin más ceremonia que darles un bocado como si de una manzana se tratara. Efectivamente, nos encontramos con un tomate de pulpa sabrosa y un gusto que cumple con las expectativas de los admiradores de la hortaliza.
De todos modos, siempre es más conveniente estar atentos a aquellos productos que se encuentran en temporada, habitualmente con mejor sabor y a un precio más ajustado. Así continúan los días de alcachofa –blanca y negra–, de acelgas, guisantes y, como no, de habas de esclovellar. De estas últimas, el grano se puede consumir de aperitivo hervidas en agua, sal y aromatizadas con hojas de hierbabuena y un tímido chorrito de aceite de oliva virgen extra o en un sencillo cuinat acompañadas de todas las mencionadas previamente. Lejos de desechar las vainas, se puede añadir a esos guisos poniendo atención en retirar las fibras o simplemente aprovecharlas en la preparación de una crema de verduras que previamente se pasará por el chino o colador.
Al parecer, la tímida bajada de temperatura de estos últimos días ha reavivado la apetencia por sopas y estofados, al menos
es lo que contaban ayer en la carnicería Margarita i Cati, donde al final de la mañana habían agotado el corte favorito para guisos de carne, el morcillo, y habían despachado hueso de ternera por encima de lo habitual.
En la pescadería se podía encontrar fresquísimo pescado de
roca variado y boquerón de proximidad, para enharinar y freír dado su tamaño medio, sin descartar su marinado en vinagre, pues, si no compensa el trabajo de retirar la espina uno a uno, basta con retirarles la tripa y cabeza, que el resto de la tarea la puede hacer cada comensal llegado el momento.