«Matilde Escalas fue una compositora maravillosa, su disco me fascinó»
La artista salmantina estrena hoy en el Teatre Principal de Palma el espectáculo ‘Bioclassics’
La cantante, compositora, periodista y divulgadora salmantina Sheila Blanco regresa a Mallorca para presentar, hoy en el Teatre Principal de Palma, su show Bioclassics, un entretenido e instructivo concierto en el que, acompañada únicamente por el pianista mallorquín Francesc Blanco, repasa obras clásicas de la música europea, a las que añade una letra escrita por ella misma en la que resume la vida de su compositor, dando lugar a piezas como El influyente Händel o Verdi que te quiero Verdi.
¿Cómo surgió la idea de contar la biografía de los grandes maestros utilizando sus propias composiciones?
—Fue preparando la sección de un programa de radio en el que colaboro. Se me ocurrió una tarde, pensando en Bach, mi compositor favorito.
No en vano, una de las composiciones que va a presentar se titula Bach es Dios.
—¡Sí! También haremos obras de Mozart, Strauss, Brahms, Beethoven... Y de una compositora mallorquina maravillosa, Matilde Escalas. Escuché su disco y me fascinó.
No es tan conocida como debería, ¿verdad?
—Desde luego, como pasa con muchas mujeres compositoras. De hecho, en el repertorio solo la tengo a ella, a Clara Schumann y a Fanny Mendelssohn. A Escalas la conocí gracias a Francesc, el pianista que me acompaña, que es mallorquín.
Francesc Blanco, sí. Comparten apellido, ¿es casualidad?
—Él me presenta como su prima, pero no somos familia (risas). Es profesor del Conservatori de Mallorca. La colaboración surgió porque él se puso en contacto conmigo al conocer el proyecto, que al principio realizaba siempre con orquesta. Me propuso preparar un formato a piano y voz, y la verdad es que estoy encantada. Es un gran músico, y sabe acompañar maravillosamente, cosa que no es fácil.
Debe ser muy difícil insertar la biografía de un autor en una de sus melodías.
—En realidad, lo más complicado es elegir las composiciones. Busco que sean bastante conocidas, que estén al alcance de mi rango de voz, que tengan una melodía con suficientes notas para meter la letra y que, además, tengan algún tipo de descanso musical en torno al minuto y medio, para que no sean demasiado largas. Una vez doy con la obra adecuada, escribo la letra relativamente rápido.
Hay una que se titula Goya con Beethoven...
—Esta es la única en la que no me limito a contar la biografía del compositor. La compuse a petición del Museo del Prado, comparando las vidas de ambos artistas, que tienen grandes paralelismos. Fueron contemporáneos, ambos se fueron encerrando en sí mismos al quedarse sordos, quedaron aterrados por los desastres de la guerra y expresaron de forma cada vez más oscura sus sentimientos.
¿A qué tipo de público se dirige Bioclassics?
—Viene todo tipo de gente, desde profesores del Conservatorio a familias con niños. Funcionan muy bien, porque la gente, sepa o no de música clásica, sale conociendo mejor a los compositores, su vida y su lado humano, que siempre es fascinante.