UNA, GRANDE YMEZZO
Escuchar al otro lado del teléfono la voz profunda, musical y muy negra, deAudraMcDonald (Berlín, 1970) es escuchar a la vez a todas y cada una de las protagonistas del repertorio clásico del siglo XX — Porgy and Bess, Ragtime o La voz humana—. Lamezzosoprano, que empezó a cantar de niña en el coro su iglesia y en las celebraciones familiares, recibió los máximos reconocimientos a su paso por esa escuela de talentos que es la Juilliard School de Nueva York (donde se han graduado desde Chick CoreaaSarah Brightman). Su primeraoportunidad le surgió, en un clásico giro del destino, como sustituta de la protagonista de The secret garden en 1992. Para 1998 se había convertido en la única cantante menor de 30 años con tres premios Tony. Hoy acumula seis y ostenta otro récord absoluto: los ha conseguido en todas las categorías de interpretación. “Los tengoen casa, no muy visibles, peroahí están”, explica. Hemos disfrutadode su vis cómica en programas de máxima audiencia como The Tonight Show con Jimmy Fallon, pero el papel que en el que siente más cómoda lo representacon las causas en las que sehallacomprometida. Sobre todo, el matrimonio igualitario y la lucha contra la pobreza en Nueva York, donde reside con su marido, el actor Will Swenson y su hija Zoe Madeline.
La reina negra de Broadway está embarcada en una gira internacional de 32 conciertos y el 31 de enero llegará al Teatro Real. Nos confiesa que tiene muchas ganas de conocer la ciudad: “Mi marido me acompaña en esta ocasión, habla español y queremos explorar sus calles y restaurantes”. Guarda con celo de diva el programa de la velada, que seguro incluirá a Sondheim y a Gershwin, y espera que el público se sienta “a gusto, como si se encontraran en el salón de mi casa”.