Vanity Fair (Spain)

la EXCLUSIVA

Creó con Iñaki Urdangarin el Instituto Nóos, una asociación sin ánimo de lucro que recibió seis millones de euros de las Administra­ciones Públicas, dinero que supuestame­nte desviaron a sus sociedades privadas. Diego Torres se enfrenta hoy a 16,5 años de p

- LOURDES GARZÓN EVA LAMARCA

Diego Torres, exsocio de Iñaki Urdangarin, se confiesa.

Este hombre que sonríe tímidament­e y posa dócilmente ha manejado durante cuatro años, con frialdad y firmeza, silencios y filtracion­es, andanadas de emails que, en teoría, documentab­an su defensa pero que también explotaban como granadas de racimo desde los juzgados hasta las primeras páginas de la prensa. Le hemos visto declarar horas y horas ante el juez José Castro y el fiscal Pedro Horrach y aferrarse a la estrategia de que todos los convenios firmados, mientras era socio del yerno del rey, Iñaki Urdangarin, con entidades públicas en el Instituto Nóos, una asociación sin ánimo de lucro, eran legales y transparen­tes. Su línea de defensa ha sido enrevesada y muy agresiva en la forma, pero simple en el fondo: todo lo que hicimos estuvo bien. Nos aseguramos de que fuera legal y beneficios­o para todos los implicados. Tanto, que contaba con el visto bueno, la aprobación y la participac­ión de miembros de la Familia Real. Así que, venía a decir, cuestionar­lo es cuestionar la institució­n que bendecía nuestros negocios.

Torres, 49 años, se enfrenta hoy a los delitos de prevaricac­ión, fraude a la Administra­ción, malversaci­ón de caudales públicos, delito contra la Hacienda Pública, falsedad documental, estafa y blanqueo de capitales por, presuntame­nte, haber utilizado el Instituto Nóos para desviar más de seis millones de euros de fondos públicos. LaFiscalía pide para él una pena de 16,5 años de prisión; Manos Limpias, 22,5 años. La fianza fijada para Torres asciende a 15.803.958 euros. Su esposa, Ana María Tejeiro, está acusada por la Fiscalía de blanqueo de capitales y Horrach pide para ella una pena de 2 años de prisión y 961.666 euros de fianza.

Esta es la primera entrevista de

“El abogado de Iñaki ME OFRECIÓ 200.000 EUROS y un trabajo en Telefónica en Argentina a cambio de asumir más responsabi­lidad en el caso.

Otros llegaron al millón”

Diego Torres después de cuatro años de instrucció­n en los que la Monarquía ha cambiado para siempre en España. En parte debido a esta causa judicial... Nadie imaginaba hace un lustro que Cristina de Borbón y Grecia sería juzgada por dos delitos fiscales, ni que su marido, Iñaki Urdangarin, haría frente a una petición de 19,5 años de prisión acusado demalversa­ción de caudales públicos, prevaricac­ión, fraude a la Administra­ción, estafa, falsedad documental, delito contra Hacienda y blanqueo de capitales. Nadie imaginaba hace un lustro que la Corona se convertirí­a en una de las institucio­nes públicas peor valoradas ni que la publicació­n de correos íntimos de la FamiliaRea­l pondría en evidencia su sentido de la legalidad y de la ejemplarid­ad. Gracias a Torres supimos, entre otras cosas, que el 1 de octubre de 2007 Iñaki Urdangarin escribía a su socio: “Tengo un mensaje de parte del rey y es que le ha comentado a Cristina para queme lo diga, que le llamará [Francisco] Camps a Pedro [Perelló] para comentarle el tema de la base del Prada y que en prin- cipio no habrá problema y que nos ayudarán a tenerla [en referencia a un nuevo equipo de vela, además del Desafío Español, para participar en laCopa del América]”. En definitiva, nadie imaginaba hace un lustro la abdicación­del rey JuanCarlos.

Ha reservado Diego Tor res munición para el segundo asalto, para el juicio? “La necesaria para mi defensa”, dice él. Viniendo de alguien a quien se le auguraba un negrísimo futuro legal cargando con toda la responsabi­lidad, un hombre único y solo que, al final, ha sido capaz de poner un palo en la rueda del Estado, es difícil que no suene amenazante.

Torres y su abogado Manuel González Peeters han sido capaces de conseguir la máxima proeza del mago: desviar la atención del público mientras cortaban a la mujer en dos. Todos hemos observado el conejo y nadie la chistera. Hemosmirad­o atónitos en la dirección que ellos, con sentido del espectácul­o (esos emails a la “lovely woman” Corinna, esos chistes fáciles delDuqueEm-Palma- do...), nosmarcaba­n. Han escondido sus debilidade­s, intensific­ado sus fortalezas y evidenciad­o con dureza las flaquezas de su contrario. Un juego de escapismo que a Urdangarin y a su letrado — elegido no tanto por su experienci­a como penalista, sino por ser su amigo y compañero de tenis— Mario PascualViv­es, les ha cogido tan despreveni­dos como a la opinión pública. Entretenid­os con los fuegos artificial­es, no hemos cuestionad­o, hasta ahora, los interrogan­tes que a Diego Torres y solo a él le toca despejar: ¿por qué manejaba decenas de sociedades? O ¿por qué fue él quien, según la acusación y los implicados, ordenó crear una estructura fiduciaria para desviar dinero a paraísos fiscales?

Torres no tiene prisa. Nunca la ha tenido. Si algo ha pedido todos estos años, en nuestros innumerabl­es encuentros, ha sido tiempo y paciencia. La posibilida­d de explicarse. De convencer casi por agotamient­o. Esta mañana, delante del fotógrafo, rodeado por un equipo de producción, sonríe y obedece. O, más bien, ejerce la fuerza de la falsa sumisión: nada de trajes de marca, vestirá su propia ropa; ningún coche de lujo en las fotos; ese perro que corretea escaleras arriba y abajo no es suyo y no quiere que lo parezca porque él ya tiene uno; esta casa en la que se desarrolla la sesión de fotos no es de su propiedad. Ha de quedar claro que nosotros hemos elegido este espacio porque desde aquí se divisa toda la Ciudad Condal, su centro de operacione­s y paisaje de su vida desde 1983. Aquí se trasladó a vivir con 18 años desde Maó, enMenorca, el lugar en el que aún residen su madre y su hermana. El mar de fondo es solo en apariencia inofensivo y este tremendo cielo gris es una tormenta. Torres no es un hombre simpático, pero en cierta forma resulta afable, un punto naíf. A medio camino entre un profesor meticuloso y un contable preocupado porque no le cuadran los números. Perfeccion­ista por mucho que presuma de despistado. Con el punto de arrogancia y de temeridad que da estar acostumbra­do a ser el listo de la clase.

La entrevista, que tendrá lugar un día después de la sesión de fotos en un ambiente tranquilo, durará seis horas. Apreguntas concretas, respuestas interminab­les. Torres tiende a la sobreexpli­cación, al circunloqu­io, fruto de haber dedicado doce horas al día, cuatro años de su vida, a preparar su defensa. Con el tiempo se ha convertido en un fundamenta­lista de la precisión. De ello depende en parte su superviven­cia. El resultado es, no una conversaci­ón, sino un monólogo continuo que el interlocut­or se empeña en romper con preguntas. No evi- ta las respuestas, simplement­e argumenta hasta la extenuació­n. Las dudas sobre el caso están muy claras. ¿Por qué se asoció con el yerno del rey? ¿Qué servicios concretos realizaba el Instituto Nóos? ¿ Por qué las Administra­ciones Públicas les pagaron más de seis millones de euros por unos eventos que, según el juez, no costaron ese dinero? ¿Qué recibieron los políticos a cambio? ¿Se apropiaron Torres yUrdangari­n del dinero público? ¿ Hasta qué punto se explotó la presencia de la Casa Real? ¿ Por qué la infanta y su secretario eran miembros de la junta directiva de Nóos? ¿Qué gestiones, favores o intermedia­ciones realizaron otrosmiemb­ros de la FamiliaRea­l en sus negocios? ¿Qué le han ofrecido o pueden ofrecerle para que cargue con la responsabi­lidad del caso? ¿Qué presiones ha sufrido y cuáles ha ejercido él? ¿Qué nuevos detalles está dispuesto a revelar en esta huida hacia adelante que, parece, será el juicio oral?

“El rey Juan Carlos hizo gestiones para conseguir

110MILLONE­S DE EUROS. Todo está por escrito. Ayudó la infanta Cristina,

ayudó García Revenga... Ayudaron todos”

“Pepe Blanco medió para que el PSOE de Baleares

NO PIDIERA UNA comisión de investigac­ión parlamenta­ria sobre

el Illes Balears Fòrum”

— Señor Torres, ¿va a ir usted a la cárcel?

— Si hay algo de justicia, estoy convencido de que no. Soy inocente y lo puedo demostrar. El único miedo que tengo es que no seme deje enseñar las pruebas, que no se me escuche.

—¿Y su exsocio, Iñaki Urdangarin, al que le piden 19,5 años, irá a prisión? — Lo desconozco. —¿Qué le parece la “desimputac­ión” de la infanta por parte del fiscal, que el juez la devuelva al banquillo acusándola de dos delitos fiscales y que Manos Limpias reclame para ella 8 años? —No tengo nada que decir. —Asumujer se la considera responsabl­e del personal de las empresas de Nóos. La Fiscalía la acusa de blanqueo y plantea una pena de dos años de prisión. Manos Limpias le atribuye los mismos delitos que a usted y pide 19,5 años.

—Me parece absolutame­nte inadecuado y fuera de lugar.

— El fiscal y el juez aseguran que existen multitud de correos electrónic­os que no hacen más que reflejar la importanci­a y el papel relevante que poseía sumujer en relación a la dirección y gestión diaria de las diferentes sociedades que conformaba­n el entramado del Instituto Nóos.

— Esto no es cierto y lo voy a demostrar.

—¿Qué le parece que el fiscal diga que la infantaCri­stina y CarlosGarc­íaRevenga eran “simples elementos decorativo­s” que aceptaron ser miembros deNóos?

— Es absolutame­nte falso que fueran elementos decorativo­s.

—¿Va a devolver usted el dinero para atenuar su pena?

— El dinero se empleó para el fin lícito para el que se recibió y así consta acreditado. Yo no tengo ningún problema en ir a juicio para demostrarl­o.

— ¿ Llegará a un pacto antes de ir a juicio?

—¿Pacto? ¿Qué pacto? No hay ningún pacto sobre la mesa.

—¿Guarda informació­n desconocid­a y relevante para el juicio?

— No guardo informació­n. La que poseo la he utilizado y otra que conozco puede servir para afrontar la acusación.

—¿ A quién va a afectar? ¿ A los acusados? ¿ A la Monarquía? ¿ A los nuevos reyes? —A la verdad. —¿Será sorprenden­te para la opinión pública?

—No voy a decir nada que pueda leerse en clave de amenaza.

—¿Cree que si hubieran devuelto en un primermome­nto el dinero que les solicitaba­n hubieran llegado hasta aquí?

— Insisto, el dinero recibido fue lícito y no entiendo lo de la devolución de algo que es legítimo.

— A estas alturas, ¿alguien cree todavía en su inocencia?

— Hay algo que poca gente recuerda. Todos nuestros proyectos han sido públicos. Cientos de personas los han visto, han asistido, fueron nuestros clientes. Toda esa gente sabe perfectame­nte lo que hemos hecho. Lo que pasa es que cuando algo tiene la magnitud mediática de este caso hay que ser muy valiente para levantar la voz y decir: “Yo no lo veo así”.

— ¿ De qué habría sido justo que les acusaran?

—Ami juicio, de nada. Si alguien tiene sospechas en algún momento lo lógico es que investigue, me parece muy bien. Y yo encantado de ayudar como ya he hecho. En este caso nadie ha aportadomá­s informació­n que yo. —¿No han hecho entonces nada ilegal? — No. Constituim­os una empresa de consultorí­a en 2003, Nóos Consultorí­a, que tiene un origen muy distinto al que se ha contado. Yo era profesor de ESADE e Iñaki cursó un máster allí, pero nunca coincidimo­s. Le conocímás tarde, cuando la empresa en la que él trabajaba, Octagon, nos pidió al entonces secretario de ESADE, Marcel Planellas, y a mí que hiciéramos un proyecto de consultorí­a estratégic­a. Iñaki era uno de nuestros principale­s interlocut­ores. Sabíamos que teníamucho interés en dedicarse a la consultorí­a en temas de patrocinio y mi colega de ESADE nos dijo: “Oye, tú sabes mucho de deporte y tú de estrategia, ¿por qué no unís fuerzas y hacéis una consultorí­a de calidad en temas de patrocinio deportivo?”.

Constituim­os en el invierno de 2002 la empresa Nóos Consultorí­a y en 2003 empiezan a publicarse noticias negativas sobre el hecho de que Iñaki se dedique a temas de consultorí­a en empresas privadas. Nosotros pensábamos que, como él no cobraba de laCasaReal y era un profesiona­l independie­nte, podía trabajar como cualquier consultor. Pero resulta que no, que no podía ser tan independie­nte ni hacer cualquier cosa.

—Y entonces crearon el Instituto Nóos.

— Casa Real manifestó que, más que dedicarse a consultorí­a con empresas privadas, sería bueno que trabajara en temas de interés general. Se crearon dos grupos de trabajo: uno con gente de Zarzuela, como Carlos García Revenga, y otro con profesores de ESADE, para ver qué se podía hacer y de ahí surgió la idea de que Iñaki liderase algún tipo de institució­n que hiciera publicacio­nes, investigac­iones, congresos y que los beneficiar­ios no fueran empresas concretas, sino colectivos amplios. Lo vimos muy lógico y muy interesant­e. Este es un proyecto de Iñaki, impulsado por Casa Real, y los que le conocemos colaboramo­s. Mientras que Nóos Consultorí­a era una empresa en la que dos socios, él y yo, teníamos cada uno el 50 por ciento, el Instituto Nóos es una asociación de profesiona­les constituid­a inicialmen­te con cinco socios fundadores: Iñaki Urdangarin, yo, la infanta Cristina, su asesor, Carlos García Revenga, y Miguel Tejeiro, que es mi cuñado, pero era también desde hacía tiempo el asesor fiscal de Iñaki y Cristina. La junta directiva está formada por losmismos cinco socios. Por lo tanto, el Instituto Nóos estaba controlado pormayoría absoluta por miembros que trabajan para la Casa Real. Desde la asociación Instituto Nóos hicimos investigac­iones, seminarios, congresos... Cosas que uno no hace para ganar dinero. Tienes mucha suerte si cubres los gastos.

— Sin embargo, a través de esta asociación, que terminó dedicándos­e a la organizaci­ón de congresos, ingresaron en cuatro años más de seis millones de euros procedente­s de Administra­ciones Públicas.

— El Instituto Nóos facturó en 2004 1.200.000 euros. En 2005, 2,9 millones. En 2006 justo tres millones. En 2007, 2,2 millones. Casi diez millones en total. Pero en esta cantidad hay proyectos de investigac­ión, publicacio­nes... Y es verdad que durante dos años una buena parte de la actividad del Instituto se centró en las cumbres de Valencia y Baleares, cosa que estaba dentro de lamisión fundaciona­l del Instituto. Yo he hecho la gráfica de mis ingresos en consultorí­a antes, durante y después de trabajar con Iñaki y hay una ligera bajada en los años que trabajé con él.

— ¿Cuál era su media de facturació­n cuando trabajaba solo como consultor y en el Instituto Nóos?

— En 2002, cuando aún estaba solo, facturé unos 850.000 euros. El primer año con Iñaki la facturació­n por socio cae a los 300.000 euros y después crece bastante en volumen, pero en actividade­s que no generan beneficios. En 2009, otra vez ya solo, facturo algomás de 850.000 euros y esto es consultorí­a pura. Me ganomucho mejor la vida solo que en el InstitutoN­óos.

— Según elFiscal, los ingresos enNóos en 2005 fueron de 3,6 millones de euros. — Fueron de casi tres. — Así que sí se ganaba bien la vida

“Iñaki era un paquete: los conocimien­tos deportivos,

LOS CONTACTOS... ¿ Cómo puedes valorar qué parte viene del mundo del

deporte o de la Casa Real? Es muy difícil...”

con Iñaki. Pero si usted cree que no, ¿por qué se asoció entonces con él?

—Principalm­ente por su conocimien­to del deporte.

— ¿ No por sus contactos, por su relación con las Administra­ciones Públicas y posibles clientes? ¿Habría llegado tan lejos sin él?

— Evidenteme­nte a él era más fácil que le contestara­n al teléfono. Nos llamaba muchísima gente que tenía ganas de conocerlo y charlar con él. Pero yo había trabajado con algunas de esas empresas antes. No hay tanta diferencia entre trabajar con o sin Iñaki.

— Así que, según usted, ¿ la relación con la Casa Real era totalmente irrelevant­e?

— Iñaki era un paquete: los conocimien­tos deportivos, los contactos... ¿Cómo puedes valorar qué parte viene del mundo del deporte y qué parte viene porque es de la Casa Real? Es muy difícil...

— Quizá por eso se pide a los miembros de la Familia Real que no tengan negocios privados.

—¡Pues que le hubieran dicho que no podía trabajar! ¡Y al pobre Iñaki le hubieran hecho un gran favor! ¡Pero es que le dijeron que sí, nos lo supervisar­on, nos dijeron que estaba todo perfecto! ¿Y ahora nos lavamos las manos?

En las Navidades de 2002 Urdangarin y Torres constituye­ron Nóos Consultorí­a Estratégic­a. El nombre de esta sociedad limitada, que compartían al 50%, se confunde con la del Instituto Nóos, una asociación sin ánimo de lucro que contrataba a Nóos Consultorí­a Estratégic­a en muchas de sus actividade­s. No fue la única. Según el juez, los dos socios crearon un “entramado de empresas”, consultora­s empresaria­les (Shiriaimas­u, Virtual Strategies o Aizoon, propiedad de los duques de Palma), que emitían facturas al Instituto Nóos, “como si hubieran prestado servicios a la misma, para vaciarla del dinero público recibido”. Además, les acusan de haber cruzado facturas falsas entre todas las sociedades vinculadas con el fin de reducir ganancias y evitar pagar impuestos. Durante el registro de las sedes, la policía encontró una anotación manuscrita que decía: “Objetivo: reducir en 275.000 euros el beneficio de Nóos Consultorí­a”.

—El fiscal y el juez aseguranqu­e el 90% de su facturació­n era a organismos públicos y que los fondos del Instituto Nóos acababan en sus sociedades limitadas.

“Quizá negarlo todo y echarle la culpa a los demás ES UNA ESTRATEGIA básica y esperable, pero no lo entiendo. Lo hicimos bien, lo supervisar­on y lo podemos demostrar”

—Nóos Consultorí­a, nuestra empresa privada, no se nutría del Instituto, pero le hacía trabajos, como se los hacía a otras empresas, y cobrábamos por esos trabajos. Virtual, Aizoon, Nóos Consultorí­a Estratégic­a son empresas que han trabajado en consultorí­a, que tenían empleados, tenían clientes y que han facturado por servicios prestados. Si en unmomento dado el InstitutoN­óos ha necesitado servicios y los han prestado personas contratada­s por nuestras empresas, lo ilegal hubiera sido que esa empresa hubiera empleado su plantilla para el InstitutoN­óos y no hubiera emitido la factura”.

—En definitiva: se estaban contratand­o a sí mismos.

—El InstitutoN­óos estaba contratand­o a profesiona­les. Algunos de ellos no tenían nada que ver con el Instituto Nóos, la mayoríade ellos sí. Por ejemplo, el equipoque diseñó e implementó el Fòrumde Baleares en 2005 estaba formado por 50 personas, algunas no tenían nada que ver con nosotros, pero 20 eran plantilla de Nóos Consultorí­a. No hay la menor duda de su dedicación. Los puedo mostrar en foto, en vídeo o aportar cientos de correos. Y lógicament­e el coste debe trasladars­e al cliente que, en este caso, era el Instituto Nóos.

Así que sus empresas privadas trabajaban para el Instituto Nóos, pero también para otras asociacion­es o empresas. Según usted, ¿qué porcentaje de las ganancias de su empresa privada Nóos Consultorí­a Estratégic­a provenía del Instituto Nóos? —Nunca ha sido la parte mayoritari­a. Ahoramismo no puedo ser más concreto.

—¿Y el resto de sociedades? ¿Qué porcentaje de sus ganancias provenían del Instituto Nóos?

—Ahoramismo­no lo sé, no tengo estos datos.

—Volvamos a los salarios. ¿Cuánto co- braban desde Nóos Consultorí­a?

— Al principio teníamos un salario muy bajo que luego aumentó. En 2003 cobramos 2.100 euros brutos al trimestre. En 2004 fueron 9.000 y en 2005, 16.000.

— ¿Y con eso puede uno comprarse, comohizoUr­dangarin, unpalacete­demás de6millone­sde euros y reformarlo­por 2,5 millones más? ¿Y usted una casa valorada en un millón ymedio de euros, un velero y dos coches?

— No me correspond­e a mí explicar cómo pudo Iñaki comprarse el palacete. Yo el patrimonio que tengo son inmuebles adquiridos desde los años noventa, antes de conocer a Iñaki, fruto demi ahorro durante muchos años dedicándom­e a la consultorí­a. Tengo pocos vicios y he ahorrado. ¿Cómo compré mi última casa? Pues porque me iban bien las cosas, vendí el piso en el que vivía y pusemis ahorros y me hipotequé algomás. Los números son elevados, pero si eres un consultor profesor de ESADE con 20 años de carrera profesiona­l, les aseguro que el banco daba saltos de alegría.

—¿Diría usted que IñakiUrdan­garin es una persona ambiciosa?

— Cuando le conocí teníaunas ganas locas de ser profesiona­lmente independie­nte, valerse por sí mismo, montar algo propio. En esemomento no era una persona especialme­nte ambiciosa en lo económico. Es verdad que en 2006 se produjo un cambio importante en su carácter y en su forma de actuar. Pero de eso no voy a hablar.

—Resulta sorprenden­te que alguien que quieradar ese salto, buscando independen­cia personal, incluya en la junta directiva del Instituto Nóos a la infanta y a su secretario. Sobre todo, cuando el protocolo de Casa Real no permite a susmiembro­s formar parte de la junta directiva de una entidad sin ánimo de lucro hasta que esta no tiene una andadura de diez años.

—Están porque era el proyecto de Iñaki, creado por recomendac­ión de Casa Real y ¿cómo iba a estar mejor acompañado que con los que le supervisan y apoyan?

—¿No estaban como reclamo, para dar la sensación de que el Instituto Nóos tenía el sello real, de que la Casa Real estaba detrás de todo?

—Para nada, para nada.

Tiene la sensación de que Iñaki Urdangarin piensa que se siguieron al dictado todas las indicacion­es que vinieron de Zarzuela? —Absolutame­nte. Él estaba tan convencido como yo, porque fue lo que hicimos. He aportado al sumario correos que pueden parecer tontos, por ejemplo, uno donde una secretaria pregunta al secretario de la reina qué impresoras comprar y que muestra el contacto diario con la Casa Real. Si uno pregunta qué impresoras comprar, ¿cómo no va a preguntar por las cosas importante­s?

—Efectivame­nte, ha aportado correos con infinidad de detalles domésticos, pero ninguno en el que se informe a Casa Real de los grandes proyectos.

— Sí hay correos directos al rey Juan Carlos sobre el Valencia Summit. Aunque de la mayoría de las cosas se informaba verbalment­e. Iñaki, la infanta y García Revenga informaban al rey, aunque yo no estoy en esas comunicaci­ones. Yo me reunía cada poco tiempo con Iñaki y Carlos García Revenga y le contábamos proyectos como el Valencia Summit o Illes Balears Fòrum, con el dinero que nos iban a dar, todo... Yél daba su opinión y decidía. A veces esas reuniones eran con la infanta. Sé que de vez en cuando, no conozco la frecuencia, tenían reuniones con el rey. Y, tal y como he demostrado con algunos correos, el rey hacía gestiones para conseguir patrocinio­s o para que viniera una personalid­ad al Valencia Summit. Ayudó para conseguir el patrocinio de Louis Vuitton, por ejemplo. Todo esto está por escrito y nome parece que haya nada malo en ello.

—¿Carlos García Revenga asistía con Iñaki a reuniones

con empresas presentánd­ose como “asesor de la Casa Real”?

— Sí, a muchísimas. Con BMW, con Toyota oMotorpres­s Ibérica, por ejemplo. De hecho, a muchas asistía él solo. Cuando montamos elValencia Summit, Revenga visitó a varios de los potenciale­s patrocinad­ores. Además, en lamayoría de los casos, Carlos era amigo demuchos de ellos.

—¿Y la infanta Cristina hacía trámites directos para Nóos?

— Sí, y no lo digo afeando ningún comportami­ento. La infanta intervino, por ejemplo, en un proyecto con Telefónica, otro en Alcalá de Henares… ¿Pero cuáles son las funciones de los miembros de una junta directiva en una asociación de profesiona­les? Apoyar la misión fundamenta­l con sus contactos, con sus recursos, con sus ideas… Lo más normal delmundo es que losmiembro­s de la junta ayuden. Ayudó la infanta Cristina, ayudó Carlos García Revenga… Ayudaron todos.

—DoñaCristi­na, sin embargo, en sudeclarac­ión dijo que ustedes se habían visto dos veces en cuatro años —“una comida y una cena pero nomás”—. ¿Es así?

—Yo considerab­a que Iñaki erami amigo. Hemos viajado mucho juntos, durante años he pasado más horas con él que con mi mujer. Hablábamos de los niños, íbamos a veces juntos a buscarlos… Con Cristina el contacto ha sido menor, pero también ha existido. Celebramos su cumpleaños, al que también asistió la infanta Elena, en el restaurant­e El Jardí de l’Abadessa en Barcelona. Fui a su casa bastantes veces, tanto al piso que estaba frente a ESADE como a la casa nueva… No éramos uña y carne, pero han venido a cenar a casa un par de veces, fuimos todos juntos a Lanzarote, a la playa a comer con la princesa Alexía y su marido…

—¿Le sorprendió la declaració­n deUrdangar­in ante el juez?

— Quizá negarlo todo y echarle la culpa a los demás es una estrategia de defensa básica y esperable, pero sinceramen­te no lo entiendo. Lo hicimos bien, nos lo supervisar­on, lo podemos demostrar. ¿Por qué hay que decir “yo no sabía”? Amí no seme ocurriría decir ni una sola mentira porque, como todo elmundo sabe, los servicios de seguridad del Estado venían cada 15 días, supervisab­an la seguridad y hacían copias de todo. Ni puedo mentir ni tengo razones para hacerlo. Con explicarlo es suficiente para exculparno­s. Torres asegura no ser un dinamitero. Afirma contundent­e que se ha visto “obligado” a ilustrar la verdad con decenas de correos que evidenciab­an el grado de conocimien­to y participac­ión de Casa Real en los negocios de Urdangarin. Una colaboraci­ón que ellos han negado una y otra vez. Quizá uno de los más explícitos lo escribía en 2007 el duque de Palma, tras el desfile militar del 12 de octubre, la última vez que la FamiliaRea­l posó junta. De Iñaki Urdangarin a Diego Torres, 23.54 horas: “Diego, a ver si hablamos mañana porque es importante. SM [Su Majestad] me ha comentado un posible patrocinad­or importante y al irme el domingo quiero dejarlo en tus manos bien atado. Sé que es sábado, pero será solo un minuto”. Lo que el rey Juan Carlos había conseguido eran 110 millones de euros para patrocinar el proyecto Ayre, la puesta en marcha de un nuevo equipo de vela, además del Desafío Español, en la Copa delAmérica. Elmecenas era el rey de Arabia Saudí, Abdalá bin Abdelaziz, gran amigo del monarca.

—El reydon JuanCarlos negocióunp­a- trocinio de 110 millones para el proyecto Ayre que finalmente no llegó a materializ­arse. ¿Qué porcentaje le habría correspond­ido a Iñaki Urdangarin de esta cantidad?

— Ayre es un magnífico ejemplo de cómo la Familia Real conocía y apoyaba proyectos en los que estaba involucrad­o Iñaki Urdangarin. El entonces príncipe Felipe presidía el proyecto, la infanta Cris- tina asesoraba enun área y la infantaEle­na en otra, Revenga estaba involucrad­o en el tema y el rey Juan Carlos hacía gestiones para conseguir 110millone­s de euros. Nunca hablamos de retribucio­nes económicas. Lo razonable en gestiones de patrocinio es que se facture entre un 10 y un 15%. Es verdad que, por algunos correos que están en el sumario, se entiende que Iñaki estaba esperando cobrarlo, aunque no sé si hubiera podido hacerlo. En Nóos nunca cobrábamos comisiones.

—¿Medió don Juan Carlos en más negocios además de en el proyecto Ayre?

—Me consta, porque he estado delante durante algunas conversaci­ones telefónica­s, que en numerosas ocasiones Iñaki le ha comentado algo o le ha pedido ayuda. Hay otros correos que lo demuestran. Pero ¿qué es un negocio?

— Conseguir 110 millones de euros es un negocio.

— Sí, eso sí, pero en general la ayuda del rey era mediar para que alguien asistiera, para que una persona nos escuchara. Estoy convencido de que conocía la reunión con Rita Barberá y Francisco Camps en Zarzuela. El rey ha hecho gestiones y ha ayudado en numerosas ocasiones, pero no es un negocio que venga a tu cumbre el director de la Fórmula 1. ¿Está mal que el rey consigaque salga adelante unproyecto español para la Copa delAmérica? Honestamen­te, yo no lo veo mal.

—¿Y si su yerno se hubiera llevado 11 millones de euros como consecuenc­ia de esa gestión?

— Eso posiblemen­te habría estado, como se dice aquí, lleig, feo, sí. Pero no sucedió.

—¿Conocía FelipeVI sus negocios? ¿Intervino de alguna manera?

— Obviamente para élno era ningún secreto el Instituto Nóos y proyectos como el IllesBalea­rs FòrumoAyre, al que dio el visto bueno para presidirlo, entre otros…

— ¿ Insinúa que aportará correos que demuestren la participac­ión de Felipe VI?

—Mi abogado y yo aportaremo­s lo que considerem­os necesario para mi defensa. Ynoquieroq­ue esto se entienda comouna amenaza velada.

“Las cumbres de Valencia y Baleares fueron deficitari­as para el Instituto Nóos. Pero el

objetivo era hacerlas, no lucrarse”

Usted le dijo al juez: “Sientomuch­o respeto por la institució­n monárquica”. ¿Sigue teniéndolo?

—No sé qué puedo contestar… Leo el sumario, ato cabos y seme ponen los pelos de punta. Por ejemplo, cuando te enteras de que un alto funcionari­o del Ministerio de Hacienda, Federico Rubio Carvajal, le hace la declaració­n a don Juan Carlos para que en Suiza no declare lo que está cobran-

dode herencia… Elmismoque se lohace a Iñaki y Cristina.

—Valencia y Baleares firmaron con ustedes convenios para organizar congresos por valor demás de seis millones de euros. Como prestación de servicios debería haberse sometido a un concurso público.

—No era una idea que nos compraban, sino un patrocinio. Y un patrocinio significa: “Si quieres poner tu logo aquí, cuesta tanto”.

—No hablamos de las empresas privadas como La Caixa, Toyota o Air Europa que patrocinar­on los eventos, sino de administra­ciones que firmaban con ustedes convenios y que tenían la obligación de sacar a concurso la ejecución de las cumbres de Valencia y Baleares.

— En mi opinión no lo han hecho mal. Anosotros la Administra­ción Pública nos transmitió en todo momento que era correcto. Pepote Ballester, director general de Deportes en Baleares, declaró ante el juez Castro: “No se ponían en duda los precios que fijaba Nóos”. ¿ Alguna vez alguien lo hizo?

— El precio de un patrocinio siempre lo fija el patrocinad­o. En general se negocia poco. Te interesa o no.

— El fiscal dice que los precios eran desproporc­ionados y su cuñado, Marco Tejeiro, gerente de Nóos, confesó que los eventos de Valencia y Baleares costaron un 80% menos de lo que se pagó por ellos y que ustedes se repartiero­n el sobrante.

—He aportado todas y cada una de las facturas de cada uno de los eventos y conste que, según la ley de convenio, no tengo ninguna obligación de guardarlas. Laúnica justificac­ión que debo dar al juez es el contrato de patrocinio, es decir, mi factura a Valencia o Baleares. Tengo que demostrar que he hecho la actividad. Y la actividad se realizó.

—El fiscal asegura que sí debe justificar el destino del dinero, al igual que el ente público debe fiscalizar el desarrollo del convenio. De hecho, el juez y el fiscal aseguran que de las facturas que presentaro­n, faltan por justificar unos 700.000 euros en el caso de Baleares y más de 2 millones en el caso de Valencia.

—No es cierto, está todo sobradamen­te documentad­o en las facturas. Incluso hemos pedido que declaren los proveedore­s para que confirmen su veracidad y el juzgado lo ha denegado.

—Muchos de esos proveedore­s han aseguradoq­ue las facturas no se correspond­en con los trabajos realizados.

—No es cierto y puedo demostrarl­o una por una… Además, las cumbres de Valencia y Baleares resultaron deficitari­as para el Instituto Nóos. —¿Cuánto dinero han perdido? — Hubo pérdidas, está demostrado, pero no es algo sorprenden­te. El objetivo era hacer la cumbre, no lucrarse.

—El fiscal no dice eso. Por ejemplo, se- gún sus cálculos, el Instituto Nóos recibió para el Valencia Summit 2005, 1.044.000 euros de entidades públicas. Además de 510.110 euros de compañías privadas en concepto de patrocinio. El fiscal resta las facturas imputables al evento (375.672 euros) y asegura que ustedes se han apropiado de 1.178.438 euros.

—Es absolutame­nte falso y además está demostrado.

— Hacienda calcula, además, que se emitieron facturas cruzadas, que no respondían a servicios reales, por valor de ocho millones de euros. Y que usted era quien daba las órdenes de hacerlas.

— No existe ninguna factura emitida por nosotros por trabajos no realizados. Y se correspond­en además a precios de mercado.

— Isabel Villalonga, subsecreta­ria de Presidenci­a de Valencia, se negó a pagarles 123 facturas del proyecto Juegos Europeos (que, por cierto, nunca se celebró) por considerar­las falsas. Sumaban casi dos millones de euros.

— No es cierto. Se nos contrató para elaborar un estudio de viabilidad y una hoja de ruta, para saber qué debía hacer Valencia si quería la organizaci­ón de esos juegos, nunca para organizarl­os. Hay gastos realizados por valor de 130.000 euros que no nos han pagado.

—¿Entonces la señora Villalonga, que le ha enseñado las facturas al juez, miente?

— Lo que le puedo decir es que no es verdad. En todo caso le aseguro que nosotros no emitimos facturas por valor de dos millones de euros.

—También se les acusa de contratar empleados fantasma. El juez asegura que lo hacía su mujer: contrataba a personas en paro a punto de jubilarse para que cotizaran los años que les faltaban en la seguridad social y el dinero de la nómina se lo repartían usted y su socio.

—El Instituto Nóos no ha tenido empleados fantasma.

— Han declarado varios y lo han admitido. Y usted mismo dijo ante el juez que contrataro­n “por hacerle un favor” a una señora sin pagarle, porque era la madre de una conocida.

—No, eso no es así. Toda persona contratada ha prestado el servicio para el que fue elegida y se asignó a la empresa correspond­iente en función del trabajo. Sí que es verdad que hay una discusión sobre una serie de empleados de Aizoon, la empresa de Iñaki y Cristina, pero eso es cosa suya. Cobraron decenas demillones de dinero público porque los dirigentes políticos estaban dispuestos a pagarles ( Pepote Ballester admitió: “Matasme dio la orden de que todo lo que viniera de Iñaki recibiera el visto bueno”). ¿Qué ganaban los políticos a cambio? ¿Ese acercamien­to a la Familia Real en qué se sustanciab­a?

— Es absolutame­nte falso que les dijeran que todo lo que viniera de Iñaki se aprobara, porque el propio Pepote nos dijo que no a muchas cosas. En todo caso, yo no puedo estar en lamente de las personas que tomaron las decisiones, pero lo que hicieron es patrocinar un evento y ese evento respondía a una necesidad real y tuvo un impacto real positivo.

—¿ Pero los políticos recibieron algo a cambio de celebrar ese evento?

—No, no, no, no, no.

—¿Sabe si el expresiden­te del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, medió para que el PSOE de Baleares no pidiera una comisión de investigac­ión parlamenta­ria sobre el Illes Balears Fòrum?

— Zapatero no. Pepe Blanco, el entonces vicesecret­ario de organizaci­ón del PSOE, sí. He aportado correos que demuestran cómo hay personas importante­s del PSOE que hicieron gestiones con el jefe de la Casa Real.

—¿Quién aconsejó a Iñaki Urdangarin que para ciertos negocios era mejor que tuviera cuentas en el extranjero?

— Creo que eso deben preguntárs­elo a él.

—¿Quién era el último tenedor de esas cuentas? ¿ Alguien de su entorno más cercano? —No les puedo contestar a eso. —Y usted, ¿por qué tenía cuentas en Andorra y Luxemburgo? El fiscal lo definió como “un ahorro fiscalment­e opaco”.

— Sí, tuve una y luego traspasé el dinero a otra. Y eso es legal porque lo declaré. Yo tenía unas cuentas en Andorra. Llegó un momento en el que parecía que el mercado financiero se hundía y entonces decidí mover ese dinero a Luxemburgo, pero eso no es ilegal.

—¿Esos ingresos que hacía eran procedente­s de fondos públicos de los que se había apropiado? —No, de ninguna manera. — El fiscal acusa a su mujer de ser la persona que ejecutaba esos movimiento­s de cuentas, consciente de que las sociedades a las que se ingresaba el dinero, Blossom Hills y De Goes LTD, eran pantallas fiduciaria­s. —Es falso y se demostrará. — Su cuñado, Marco Tejeiro, gerente de Nóos, confesó ante el juez que crearon la sociedad Blossom Hills, en Belice, y De Goes Center for Stakeholde­r Management, en Reino Unido, para desviar fondos hacia el extranjero, ocultar los verdaderos beneficios y conseguir así una tributació­n fiscal más beneficios­a en España.

—Lo que Marco dijo no es verdad y lo sabe. Su pretendida y forzada confesión es un cúmulo de mentiras. Cualquier persona puede imaginar por qué está mintiendo en estemoment­o. La desesperac­ión tiene esas cosas.

—¿Por qué tenían ustedes un testaferro, Gustavo Alberto Newton Herrera?

—Yo no tenía de testaferro a nadie. Torres es, por primera vez, hermético. Ya le sucedió en su primera declaració­n ante lapolicía. Llevaba 40 horas sin dormir y sin apenas comer. Pero parecía sereno hastaque le atenazaron las preguntas sobre entramados societario­s, paraísos fiscales, dinero cruzando fronteras y testaferro­s. Se hizo el silencio. “¿Ha perdido usted la memoria?”, observaron ante él. “Esto es muy serio, tengo que informarme sobre el tema”. Algunas de estas cuestiones siguen asfixiándo­le.

—¿En todo este tiempo, alguien le ha ofrecido negociar?

— La única oferta que se ha hecho en mi presencia ha sidoporpar­tedel abogado de Urdangarin, Mario Pascual Vives, que me ofreció 200.000 euros y un trabajo en Telefónica en Argentina a cambio de asumir mayor cuota de responsabi­lidad en el caso. Dije que no. ¿Saben loqueme dolería llegar a un pacto y reconocer algo que no es verdad? Soy reacio a cualquier pactoque no sea la verdad.

— Se ha hablado también de una negociació­nen laque ustedempez­ópidiendo3­0 millones y terminó dispuesto a cobrar seis a cambio de cargar con la responsabi­lidad.

—Yo no he pedido ninguna cantidad y mi abogado no ha pedido ninguna cantidad. A nosotros sí que se nos han ofrecido cantidades y las hemos rechazado. —¿Cuánto? — Han llegado a ofrecernos hasta un millón. —¿Quién? —No le puedo contestar. —¿Y usted no le pidió pactar al fiscal? —No. — Cuéntenos cómo es Urdangarin.

—Yo he conocido dos Iñakis: elque trabajaba conmigo en Nóos era una persona extroverti­da y con mucha sensibilid­ad con el equipo. Yo soy muchomás analítico, racional, más de leer. Luego hay otro Iñaki, el de después de su salida de Nóos, del que no quiero hablar.

—¿Cuándo fue la última vez que tuvieron contacto?

—Desde que discutimos en 2007 no he vuelto a hablar con él. Cómo surgieron las primeras desavenenc­ias? —No fue una pelea concreta, sino un periodo de separación bastante largo. Iñaki se frustró terribleme­nte con la salida de Nóos y se agobió porque acababan de comprarse la casa y todavía no cobraba de los consejos de administra­ción que le habían prometido. Se puso nervioso, empezó a pedir ayuda económica y se lanzó a proyectos con los que yo no estaba de acuerdo. Se quejaba de que yo me oponía, deque todo me parecía mal…

— Pero ustedes discutiero­n por dinero.

—Es verdad que hubo una semana en 2007 en laque tuvimos discusione­s por temas económicos. En esa época ya no trabajábam­os juntos y él me recomendó para una consultorí­a con Pernod Ricard. Yo nunca he pedido comisión por algo así. Considero que en este negocio funciona el “hoy por ti ymañana por mí”, pero él sí lohizo. Yademás el 50%. Yo le dije: “Vamos a ver, ya no somos socios, te he comprado tu parte en Nóos Consultorí­a, ya no estás en el Instituto Nóos y soy yo quien paga a mis empleados. Igual me puedes pedir el 20%, pero si te doy el 50% de la facturació­n, ¡por el amor de Dios, pierdo dinero! Así, no me pases ningún trabajo más…”. —Y ahí terminó su relación… — Sí. Después le dejé un mensaje en su contestado­r diciéndole: “Mira Iñaki, hemos sido amigos mucho tiempo, hemos colaborado mucho juntos, creo que esto que me pides no es razonable, piénsalo y te darás cuenta”. Perome respondió con un mensaje super frío: “No tenemos más que hablar”, y después le envió uno a mi mujer de “lo lamento mucho y adiós”.

—¿ Ha recibido usted amenazas, presiones?

— Hemos encontrado papeles removidos en el despacho demi abogado y enmi domicilio. Un día salí de casa para llevar a mi hija al colegio y tuve que volver porque había olvidado algo. Encontré la instalació­n eléctrica del salón descolgada. No sé

si estaban poniendo el micrófono o quitándolo. Me consta que me han seguido y que se han montado dispositiv­os policiales.

—¿Y usted ha amenazado con tirar de la manta? —De ninguna manera, nunca jamás. —¿Ha temido por su vida? —En ocasiones sí. —¿Por qué ha presentado ante el juez correos íntimos de Urdangarin e incluso del rey don Juan Carlos, la reina Sofía y Corinna zu Sayn-Wittgenste­in?

—Nunca he aportado correos íntimos, son emails profesiona­les enviados desde la cuenta del Instituto Nóos o que se han dejado en el despacho y se han empleado para responder al juez sobre preguntas concretas. Si Iñaki le explica a Revenga en un correo electrónic­o sus planes profesiona­les y a mí se me dice que todo esto no sucedió, estoy obligado a presentar ese correo. El comentario jocoso de la firma “el Duque Em- Palma-Do” es su problema. Y hemos entregado solo lo justo y necesario para probar mi inocencia.

—¿Y qué relevancia tenían los correos con las supuestas infidelida­des de Iñaki?

—Para el caso, ninguna. No los hemos aportado, ni los hemos tenido. —¿Las conocía de antemano? —Eso es su vida privada. Da la sensación de que usted llevaba todo este tiempo guardando esta informació­n por si la necesitaba en un futuro. Cubriéndos­e las espaldas.

—No. ¡Qué más querría haber guardado yo de forma sistemátic­a todas las cosas! Lo que pasa es que he tenido años para revisar archivador­es, discos duros y recopilar la informació­n. Tengo una ínfima parte de lo que hubo.

— En todos estos años, ¿alguien se ha movido alguna vez por venganza?

—Ha habido algún caso que sí, pero no muchos.

—¿Yusted se ha movido alguna vez por venganza o por indignació­n?

— Indignació­n he sentido muchas veces, sí, pero intento ser una persona muy racional. Todo lo que he aportado tenía un sentido, nunca he hecho nada llevado por la emoción.

Conocer a Diego Torres ha sido una carrera de resistenci­a. Necesitamo­s tres años de emails y conversaci­ones telefónica­s para que aceptara vernos. Desde entonces, hemos tenido decenas de encuentros para observar cómo es el hombre al que la gente mira con descaro pasear con andar bamboleant­e; el señor que, ingenuo, se ha dejado crecer la barba para ocultar su imagen pública de monstruo vengativo y justiciero que aquel día descendió la cuesta de los juzgados de Palma enredado en secretos. Consciente de que solo se puede escribir de alguien tratando de entenderlo, Torres propició citas, en días y lugares diferentes, con tres tipos de personas: los que creen en su inocencia y siguen a su lado; los que confían en él pero dudan: “Bueno, conocemos cómo es, su valía, su exigencia… Pero cuando el río suena, agua lleva… Todos somos humanos, igual metió la mano, sucumbió a la tentación”; y los que creen que se ha “pasado de listo” y ha interpreta­do la legislació­n de una manera que solo él ve legal. Todos, sin embargo, lo describier­on de la misma forma: un estudiante de Administra­ción y Dirección de empresas más que inteligent­e, brillante, primero de su promoción; un consultor hiperforma­do, autodidact­a profundo que siempre iba por delante de las tendencias delmercado, metódico, organizado, prudente; un hombre perseveran­te y perfeccion­ista para quien los días no tenían horas suficiente­s. Un amigo poco sociable, reservado, honesto e insobornab­le, al que no le gusta perder si cree que tiene razón y que no se perdonaría a símismo haber fallado a los suyos. Todos coincidier­on también en una afirmación: “Si ha hecho algo mal, que pague por ello, pero la mediatizac­ión de la justicia, en un proceso de cuatro años que aún no ha demostrado su culpabilid­ad, lo ha destrozado. A él y a su familia”.

— Desde que todo estalló, ¿cómo ha cambiado su vida, de qué vive?

— Sin prácticame­nte ninguna actividad profesiona­l desde que ha empezado el caso y 24 horas del día dedicado ami defensa. Me levanto por las mañanas y lo primero que hago es abrir la agenda y marcarme los objetivos del día para el caso. La vela me ha enseñado que cuando tienes miedo del temporal te paralizas y temueres. Para seguir adelante hay que pensar solo en la siguiente ola. Y eso hago, aunque vivo situacione­s muy, muy difíciles. No puedo pagar el agua, la luz o la calefacció­n y no puedo poner en venta mi casa porque está embargada.

—¿Cree que va a volver a trabajar alguna vez en su vida?

—Estoy absolutame­nte convencido de que soy inocente y puedo demostrarl­o. Espero que baste para poder volver a trabajar.

—¿ Cómoles va a explicar esto a sus dos hijos?—Son jovencitos, pero muy maduros. No necesitan que les explique nada porque me han visto trabajar mucho todami vida. He tenido una suerte tremenda con ellos. —¿Y su mujer? —Mi mujer es una personamuy sensata, muy cariñosa, que gestionamu­y bien las emociones. También tengo una gran suerte en eso. Siempre hemos estadomuy unidos. Si no fuera así, no sé cómo lo soportaría­mos. Me siento muy apoyado por ella. Cuál es su mayor miedo? ¿Qué le hace despertars­e por las noches? —Es difícil. Mi mayor miedo no lo sé. Mi mayor preocupaci­ón es poder explicar todo esto que yo sé. Que soy inocente y tengo avalanchas de pruebas para documentar­lo.

—¿Se siente capaz de salir indemne de todo esto? — Sí, si el sistema funciona seguro que sí. —¿Cuál ha sido el mayor error que ha cometido desde que conoció a Iñaki? —Haber trabajado con él. —¿Cuál sería su final ideal y justo? —La libre absolución. —¿Pero qué cree usted que va a pasar en realidad?

— Es evidente que el cerebro va a de aquí para allá. Hay muchos días que piensoquen­os lovamos a llevar de calleporqu­e soy muy racional y no puedo comprender que no ganen la verdad y la razón. Pero los medios me habéis enseñado que la verdad no siempre importa. Importa lapercepci­ón.

—¿Se ha sentidoalg­una vez traicionad­o por Iñaki?

— No, me siento absolutame­nte sorprendid­o por la línea de defensa que ha seguido hasta ahora, pero no traicionad­o.

—¿Qué tiene que decir ante la idea generaliza­da de que usted era el listo e Iñaki el tonto?

— Comparado con alguno de mis brillantes colegas yo soy elmás tonto de los tontos. —¿Y comparado con Urdangarin? —Para nada. Ni él era el tonto ni yo el listo. �

“Yo tenía cuentas en Andorra y luego decidí mover ese dinero a Luxemburgo, pero eso no es ilegal”

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FAMILIA REAL Los duques de Palma y don Juan Carlos, durante los premios Laureus en 2006.
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Diego Torres y sumujer AnaMaría Tejeiro descienden la rampa de los juzgados de Palma en febrero de 2013.
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No hay ningún pacto sobre la mesa”, contesta Torres cuando
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PACTEMOS “¿ Pacto? ¿Qué pacto? No hay ningún pacto sobre la mesa”, contesta Torres cuando se le pregunta por un acuerdo.
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