Canta tu Vida
HABLAMOS CON VIVA SUECIA EN PLENA GIRA DE SU DISCO ‘OTROS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES’
Rafa Val, cantante y letrista del grupo murciano, nos desvela algunos de los secretos de su nuevo trabajo y habla de música, compromiso y emociones. VANIT Y FAIR: ¿Qué buscan las letras de Otros principios fundamentales? VIVA SUECIA: Me cuesta imaginar cosas. Siempre hablo de lo que tengo cerca. Al final intentas conectar con la gente que te escucha a partir de tus propias experiencias. Yo no tengo problemas que no tenga el resto del mundo. V. F.: ¿Esta proximidad es una de las claves de su éxito? V. S. : Me gusta pensar que nuestro éxito es la recompensa a los quebraderos de cabeza que nos autoimponemos normalmente. Siempre nos han interesado las letras. Una canción que no me diga nada no me interesa. V. F.: Una de las grandes críticas al indie español es su falta de mensaje reivindicativo… V. S.: Habrá gente que no quiera dar mensajes porque entiende que su música no va por ahí, pero yo, si tengo siete sílabas, me rompo la cabeza para que sea algo que alguien quiera poner en su Facebook o en su Twitter. V. F.: Sorprende que hay mucho de la tradición melódica española de los sesenta en algunas de las canciones… V. S. : Ya no está de moda ponerse un disco de Raphael o de Los Brincos. Si lo haces, parece que eres muy hipster o muy hortera. No sé por qué le tenemos que dar un valor desmedido a Neil Young, que me encanta, y restárselo a Manuel Alejandro, que ha hecho temas increíbles. Lo primero
que te entra de una canción es una melodía, y eso en España lo hemos hecho siempre muy bien. V. F.: ¿Qué les parece la rivalidad
entre indie y trap? V. S.: No le vamos a decir a nadie cuál es la música que tiene que hacer. Hay gente increíble, como Kinder Malo, que llena salas y acumula miles de reproducciones en YouTube. Nosotros hacemos rock, pero nos parece muy bien que haya trap y que Malú saque su próximo disco y llene un estadio. V. F.: ¿Cuál es su mayor miedo como banda? V. S.: Nos preocupamos mucho de que los conciertos sean redondos y todo esté en su sitio. Que la gente pague la entrada y diga que valía poco dinero para lo que ha visto.