HAIDER ACKERMANN
Son, principalmente, una familia elegante (cada uno de ellos tiene un aura increíble), pero también son un grupo de afinidades bajo la égida de un cosmopolitismo siempre estiloso. El diseñador Haider Ackermann (1) recorrió el mundo junto a su familia antes de instalarse con ella en Flandes. Allí estudió moda en la Real Academia de Bellas Artes de Amberes; después fue becario de John Galliano, amigo de Raf Simons… Es un gran seductor que sabe cómo rodearse. Lanzó su marca en 2001, fascinó a la industria por su talento único colorista y como creador de moda. Además, en 2016 fue nombrado director artístico de Berluti (acaba de anunciar que deja la firma). El día de la foto, echa de menos a su gran amiga Tilda Swinton, pero la pandilla de los elegantes está ahí, con un pie en la moda y el otro en el glamour. La pintora Setsuko Klossowska de Rola (2) no se deshace nunca del quimono, ni siquiera en el Grand Chalet, su residencia suiza donde ha pasado la mayor parte de su vida junto a su marido, el difunto artista Balthus. Su yerno, el fotógrafo Benoît Peverelli (3), velará a partir de ahora por la perennidad de la obra del polaco-francés, al tiempo que continúa su actividad artística. Daniel de la Falaise (4), primo de Anne Klossowska (la hija de Loulou de la Falaise y de Thadée Klossowski, hijo a su vez de Balthus), ejerce siempre de forma estilosa sus dones de chef. Destaca la elegancia rubia de la muy cosmopolita Elizabeth von Guttman (5), una de las fundadoras de la revista de moda System. Y qué decir del legendario rubio de Betty Catroux (6) — mitad brasileña, mitad irlandesa—, musa del costurero Yves Saint Laurent e insondable objeto de fascinación (y de extrañeza) para Ackermann. La vuelta al mundo de los dandis no estaría completa sin la impecable silueta de Waris Ahluwalia (7), it boy, actor y creador de joyas que destaca entre todos gracias a su turbante sij y su barba. El aura, siempre el aura.