Vanity Fair (Spain)

SU MEJOR VERANO

- Por PAULA MENÉNDEZ

La nuera de la infanta Pilar,

Andrea Pascual, nos habla del amor, la fama y la familia.

Hedonista, inquieta, trotamundo­s y muy amiga de sus amigos. Andrea Pascual, la esposa de Beltrán Gómez-Acebo, abandonó su carrera de Derecho para hacerse un hueco en la industria de la moda. Y lo consiguió. Dirige su propia agencia de comunicaci­ón y consultorí­a, se codea con la ‘crew’ más influyente y derrocha estilo. En su entrevista más sincera, la nuera de la infanta Pilar nos habla de la fama, del amor, de su familia y del lugar donde logra desconecta­r.

Andrea Pascual (Valencia, 1979) siempre lleva puestas tres joyas. Tres anillos que jamás se quita. El de pedida, el de casada y una sortija vintage que le regaló su suegra, la infanta Pilar, cuando nació su hijo Juan. “Me hizo mucha ilusión porque era una de sus favoritas, no algo comprado. Tiene un gran valor emocional”, explica. En un momento en el que la complicada relación entre nueras y suegras está más de actualidad que nunca, ella puede presumir de mantener un vínculo especial con la suya. “Es una mujer excepciona­l. Hay pocas como ella. Están mi madre y mi suegra”, afirma.

Menuda y delicada, resulta cálida en las distancias cortas. “A mi marido ni se lo he contado”, comenta acerca de nuestra sesión de fotos. La aversión de Beltrán Gómez-Acebo hacia la prensa no es ninguna novedad, pero a ella el objetivo no parece intimidarl­a. Sus movimiento­s son naturales, la sonrisa, relajada. Como si la fama nunca la hubiera pillado por sorpresa.

Nuestra protagonis­ta era una perfecta desconocid­a hasta hace poco más de dos años, cuando ella y el primo del rey Felipe VI anunciaron su compromiso. Entonces pasó de ser una joven anónima a convertirs­e en el foco de atención. Sin pretenderl­o, reúne todos los requisitos de una reina de sociedad: un esposo borbón, un look a la última, una familia bien y una pandilla llena de A-listers.

—La hemos visto escapar con elegancia de una nube de paparazzi. ¿Cómo lleva la exposición mediática?

—Por suerte, ya nadie me persigue. Cuando eres discreta, no vendes exclusivas y rechazas todo ese mundo, la prensa te respeta. Pero cuando empecé a salir con Beltrán, fue un auténtico shock. Una vez hasta me insultaron porque no quise hacer ninguna declaració­n. Había días en los que llegaba a casa y me ponía a llorar.

La prensa la ha bautizado como la it girl de la familia real e incluso ha llegado a compararla con la prescripto­ra de moda neoyorquin­a Olivia Palermo. “No sé por qué dicen esas tonterías. Yo de it girl cero. Lo que hago es trabajar y trabajar”, dice riendo. Pascual dirige la agencia de comunicaci­ón Kimomi junto a Ana María Chico de Guzmán, nieta de Fabiola de Bélgica y la sombrerera de la jet con el sello de tocados Mimoki. Llevan firmas de moda como Poète o Colour Nude, la clínica dental de lujo Smylife o la exclusiva tienda de decoración Incasa.

Su Historia de Amor

Habituales en las cenas y fiestas de la alta sociedad madrileña, Andrea Pascual y Beltrán Gómez-Acebo se conocieron en casa de un amigo común. El amor estalló en la boda de Fiona Ferrer —exdirector­a de Elite Model Look España— y Jaime Polanco, sobrino del fundador de Prisa. Una soirée en Tenerife en la que no faltaron Laura Vecino y Rafael Medina, Paloma Cuevas y Enrique Ponce o Marta Sánchez. “Empezamos a ligar, a conocernos más, a quedar… Y hasta hoy. Él se había separado de Laura (Ponte) y todo fue muy despacio. No estaba preparado para meterse de golpe en otra relación”. Después de seis años de noviazgo, la pareja anunciaba su compromiso. En su segundo enlace, Beltrán Gómez-Acebo vivió justo todo lo contrario del primero. La pareja se dió el ‘sí, quiero’ en una ceremonia civil muy íntima. Apenas había 50 invitados, frente a los 500 de su boda por la iglesia con la modelo. Si en sus primeras nupcias estuvo la familia real al completo, esta vez solo contaron con la compañía del rey emérito.

Nos lo pasamos muy bien juntos y nos reímos mucho. El sentido del humor es lo que más valoro en un hombre”, cuenta Andrea. Algunos de sus pasatiempo­s favoritos son disfrutar de un buen vino, ir a los cines Ideal a ver una película en versión original o montar una cena en su hogar, en la madrileña calle de Lagasca. “Nos encanta organizar cosas y tener la casa llena de gente. No nos da ninguna pereza. Beltrán cocina y yo me encargo de los aperitivos y de poner la mesa bonita”, dice. Ambos son hedonistas e inquietos. “Este fin de semana tenemos el cumpleaños de Marcelo Berenstein, el marido de Vega Royo-Villanova, en Ibiza. Nos vamos un grupo de amigos a la isla a celebrarlo”. Su último viaje de pareja fue a Tulum, en la Riviera Maya, donde Beltrán se trasladó por trabajo y ella le acompañó unos días. “Estuvimos en un hotel precioso que se llama Azulik. Está casi en el mar y no tiene electricid­ad. A las ocho de la tarde lo llenan de velas”.

Hace dos años ocurrió algo que trastocó su espíritu jet setter y los convirtió en mucho más selectivos a la hora de elegir sus

“¿ CÓMO LLEVO LA FAMA? CUANDO EMPECÉ A SALIR CON BELTRÁN, FUE UN ‘SHOCK’. HABÍA DÍAS EN LOS QUE LLEGABA A CASA Y ME PONÍA A LLORAR”

planes: nació el pequeño Juan, el primer hijo de Andrea Pascual y el tercero para Beltrán Gómez-Acebo. El aristócrat­a tiene dos niños fruto de su anterior matrimonio con Laura Ponte: Laura, de 13 años, y Luis, de 12.

Nunca había pensado en tener hijos. No soy la típica que desde pequeña soñaba con su boda y formar una familia. Pero, de repente, encuentras a alguien con quien estás a gusto y con quien quieres pasar el resto de tus días y sientes que estás preparada para ser madre. Te llega. Es algo raro”, dice la consultora de moda. Hoy, aquello que no era una meta se ha convertido en el eje de su existencia, aunque reconozca que han perdido libertad y su vida ahora requiera de una organizaci­ón con más logística. “Cuando llego a casa y veo una rata que viene corriendo a recibirme con una sonrisa de oreja a oreja, me muero. Eso no lo puedes cambiar por nada”. —¿Le gustaría volver a quedarse embarazada? —No, no voy a tener más niños. Si Juan estuviera solo, sería distinto, me daría pena que fuese hijo único. Pero tiene dos hermanos mayores con los que se lleva fenomenal. Laura y Luis son un diez. He tenido mucha suerte.

Los fines de semana suelen escapar a su chalé en la Isla de Valdecañas, una urbanizaci­ón de lujo en la provincia de Cáceres apodada “la Marbella extremeña”. Gómez-Acebo, empresario inmobiliar­io, fue uno de los que comerciali­zaron este proyecto —que fue denunciado por los ecologista­s y se encuentra a la espera de un informe medioambie­ntal que decidirá el futuro del complejo—. Incluye 300 villas, campos de golf, piscinas y playa artificial. “Allí los niños se lo pasan pipa”, asegura la relaciones públicas sobre este refugio de vips en el que han invertido la familia Aznar, los López-Ibor o el cantante Carlos Baute.

Pero si hay un destino que hace feliz a Andrea Pascual, un rincón del mundo en el que la consultora de moda realmente consigue evadirse, es Palma de Mallorca. Cada verano, el mes de agosto ponen rumbo a la isla balear, un lugar al que ambos acudían con sus respectiva­s familias desde mucho antes de conocerse. La saga de Andrea Pascual tiene casa en el pueblo de Deià, en plena sierra de la Tramuntana. La infanta Pilar y sus hijos veranean en la urbanizaci­ón Sol de Mallorca, en Calvià.

“En cuanto llego allí, desconecto. Me quito los zapatos y me transformo”. Deià, un pequeño pueblo situado en la costa noroeste de Mallorca, es famoso por haber seducido a escritores, artistas y creativos de todos los tiempos. Su espectacul­ar

“NO VOY A TENER MÁS HIJOS. JUAN TIENE DOS HERMANOS MAYORES CON LOS QUE SE LLEVA FENOMENAL. LAURA Y LUIS SON UN DIEZ. HE TENIDO MUCHA SUERTE”

y agreste paisaje forma parte del patrimonio de la humanidad protegido por la Unesco. En este magnético enclave veranean también la it girl Sofía Sánchez de Betak y su marido, Alexandre de Betak, el famoso productor de desfiles. “¡Son nuestros vecinos! A Alex lo conocemos desde siempre y Sofía me parece un encanto”, exclama.

Por la residencia de los De Betak han pasado los rostros más buscados del fashion business. Gracias a ellos, una tarde cualquiera de verano, en el mítico bar La Fonda puedes encontrart­e brindando a las modelos Kate Moss, Pixie Geldof y Anja Rubik. “La Fonda me encanta para tomar una copa. Va todo tipo de gente. Y lo mejor es que nadie se mira, a nadie le importa quién eres ni lo que haces”, asegura. En realidad, la lista de personajes célebres vinculados a esta bohemio paraje de Mallorca es eterna. El diseñador Matthew Williamson también acaba de comprarse una casa en la calle principal de Deià y ya ha ido a visitarlo su íntima Sienna Miller. Otros habituales de la zona son el fotógrafo Mario Sorrenti, el bajista de The Clash, Paul Simonon, o la cofundador­a de Agent Provocateu­r, Serena Rees.

Andrea Pascual ha recalado en esta zona de la isla por su abuelo, un mallorquín que se dedicaba a la exportació­n. En el terreno donde un día él vivió, ahora se alzan las residencia­s estivales de toda su familia materna. “Mi plan es cien por cien familiar. Me encanta encontrarm­e allí con todas mis primas. En esa área de la isla no hay playas, son calas de rocas a las que a veces resulta muy complicado llegar. Así que incluso en agosto puedes pegarte un baño completame­nte sola rodeada de un entorno mágico”.

Para recorrer la costa, utilizan unas lanchas que tienen en el Puerto de Sóller. Aunque la relaciones públicas no necesita irse muy lejos para mostrarse exultante. Su chiringuit­o favorito, Patro March, está en Deià. “Es precioso y tiene unas vistas im- presionant­es. Los dueños son pescadores y solo trabajan con productos frescos. Algunas tardes vamos a merendar y nos tomamos unos pa amb oli [pan con tomate y aceite de oliva] deliciosos mirando al mar, con la puesta de sol de fondo. No puedo imaginarme nada más apetecible”, asegura con aire soñador.

Los inviernos de una relaciones públicas en Madrid son ajetreados. Algunas jornadas interminab­les Andrea Pascual se ve obligada a ponerse el tacón a las ocho de la tarde y salir a sonreír. Por eso, en agosto ella solo quiere andar descalza y saltando por las rocas. “Mi marido me lleva alguna vez de la oreja a una fiesta, pero yo prefiero estar con mi familia y descansand­o”.

La primera quincena se quedan en Deià. La segunda, ya con Laura y Luis, suelen ir a casa de la infanta Pilar. “En casa de mi suegra se come increíble. Ella cocina que te mueres. Y mi marido y mis cuñados también. Tienen un don en esa familia. Yo solo lo hago para sobrevivir”.

Andrea Pascual desprende buen humor y energía. “Procuro ser positiva y ver siempre el lado bueno de las cosas. Creo que tengo una faceta muy social. Me gusta la gente. Por eso adoro mi trabajo”, dice. Y continúa: “Otro aspecto que me define es que intento cuidar y estar pendiente de las personas que quiero. La lealtad me parece fundamenta­l”. La joven conserva en Valencia a sus amigas del colegio, las de toda la vida. En Madrid también ha formado su círculo de confidente­s, entre ellas están la empresaria y editora de moda Alejandra de Rojas, hija de la condesa de Montarco; la escultora Teresa de la Pisa; la socialite Vega Royo-Villanova; o Ana Bono, hija del político José Bono. “Si estoy más de una semana sin verlas, me pongo de mal humor”. Un vistazo a su perfil de Instagram —con casi 34.000 seguidores— es suficiente para percibir su tendencia a hacer piña con las mujeres que la rodean. “Creo que entre nosotras nos

tenemos que ayudar y apoyar. En términos de igualdad laboral todavía queda mucho por hacer. Pero no me considero feminista, me encanta que un hombre me abra la puerta. En ese aspecto soy bastante tradiciona­l”.

—Laura Ponte acaba de estrenarse como diseñadora nupcial. ¿Es cierto que le está echando un cable con la nueva firma?

—Ella es muy creativa y tiene muchísimo talento. Mi íntima amiga Irene Salido se acaba de casar con uno de sus trajes porque yo se lo recomendé. La ayudo en todo lo que pueda, ¡igual que ella a mí! Cuando la llamo por alguna convocator­ia de trabajo, es la primera que confirma.

AAquellos Maravillos­os Años

La consultora de moda pertenece a una familia acomodada de Valencia. Su padre, Carlos Pascual, es un conocido notario. Su madre, Mariel Vicens, se licenció en Geografía e Historia aunque también enfocó su trayectori­a al mundo de las tendencias y actualment­e lidera Chicpoint, una elegante marca de ropa, tocados y complement­os con sede en la ciudad mediterrán­ea.

Tiene un hermano cuatro años mayor y atesora con él una conexión extraordin­aria que viene desde la infancia, cuando inventaban juegos, se divertían haciendo playback y obras de teatro y escuchaban en bucle a The Police y a Dire Straits. “Como únicamente somos dos, nos cuidamos mucho. Nuestra generación, sin iPad ni ordenadore­s, era mucho más ingeniosa”. Sus padres se volcaron en ellos, tanto en su educación —estudió en el American School of Valencia— como en la parte emocional. “Siempre nos han dado mucho cariño y libertad. Era muy responsabl­e, nunca me dio por cometer locuras, así que me dejaban hacer lo que quería”. la hora de matricular­se en una carrera, su padre no se mostró tan permisivo. “Estudié Derecho porque no me dejó otra opción. Quería que tuviese una buena base para la vida”. A los 25 años, cuando todas sus amigas empezaban a tener hijos, ella se fue a vivir a París. “Para mí, es la ciudad más bonita del mundo. Supongo que tener familia allí ayudó, pero me pareció un lugar muy acogedor”. Después de hacer unas prácticas en Deloitte en la Ciudad de la Luz, se instaló en Madrid y cursó un máster en Derecho de Autor. Llegó a ejercer como abogada, pero el mundo de las leyes y las demandas nunca la llenó. “Siempre he tenido la moda muy dentro de mí”. Su paso por la madrileña ISEM Fashion Business School para hacer un MBA supuso un punto de inflexión y decidió abandonar la jurisprude­ncia para siempre. Comenzó a trabajar en Globally, una prestigios­a agencia de comunicaci­ón de moda y desde allí fue entrando en un mundo que acabó por ser el suyo. Aquella abogada sin demasiada vocación ha acabado convirtién­dose en una reclamada fashion insider. Acude a eventos exclusivos, se codea con la gente más influyente de la industria y mezcla prendas con estilo propio. Hoy se presenta a nuestra cita con un vestido de Mango y un bolso de Roger Vivier. Como su prima política, la reina Letizia Ortiz, apuesta por marcas nacionales. “Todo lo que sea made in Spain lo apoyo a muerte. Me gusta vestirme de Zara o de Mango y otorgarle un toque más especial con los accesorios”.

Cuando quiere darse un capricho, acude a Céline o Saint Laurent. “Las cosas buenas siempre intento comprarlas con descuentos”, señala. Lo que más le atrae del sector de la moda es su parte creativa y también la capacidad de generar sorpresa. “Cada día haces cosas distintas y conoces a gente muy interesant­e. La otra noche cené con Inès de la Fressange. Iba con la cara lavada, sin peinar y con zapatos planos, me pareció monísima. Eso es un lujo”. En el sueño de emprender su propio negocio, que ahora cumple un año, hay alguien que ha tenido mucho que ver: su marido Beltrán Gómez-Acebo. “Él me apoya y me motiva todo el rato para que siga creciendo profesiona­lmente”.

El Futuro es Ahora

El próximo mes de enero cumplirá 40 años, un cambio de década en el que resulta inevitable hacer balance. “Vivo una fase muy tranquila de mi vida, más madura. Mi empresa va rodada. Mi hijo acaba de cumplir dos años. Con mi marido me va fenomenal. Últimament­e me tiene absorbida la decoración de mi casa nueva”, dice sobre su reciente mudanza de El Viso a la céntrica calle Lagasca. Su padre, un gran aficionado al arte contemporá­neo, acaba de regalarle dos cuadros de los pintores valenciano­s José Sanleón y Carmen Calvo con los que está fascinada. Andrea Pascual detesta pensar en el futuro. “Prefiero exprimir el momento”. —¿Cree en el amor para toda la vida? —Sí, estoy muy enamorada y quiero que sea para siempre. Pero lo que tengo claro es que hay que currárselo todos los días para que funcione. Y, cuando vienen épocas malas, luchar hasta el final y no tirar la toalla a la primera. Sobre todo si tienes niños. �

“CREO QUE ENTRE LAS MUJERES NOS TENEMOS QUE AYUDAR Y APOYAR. PERO NO ME CONSIDERO FEMINISTA, ME ENCANTA QUE UN HOMBRE ME ABRA LA PUERTA. EN ESE ASPECTO SOY MUY TRADICIONA­L”

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SIEMPRE MALLORCA Abajo, en una cala de la isla balear y junto a su marido, Beltrán Gómez-Acebo. En la otra pág., con su madre y el pequeño Juan.
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