NO POLO, NO PARTY
Tras el suicidio de su socio, cogió las riendas de su negocio. Hoy, su empresa, Engel & Völkers, es la agencia inmobiliaria líder en Europa. Vive a caballo entre Hamburgo, su ciudad natal, y Mallorca, donde posee una fabulosa mansión que lleva años restau
Hace años, en los noventa, alguna vez salí con el príncipe Felipe de noche por Mallorca. Éramos un grupo de chicos jóvenes. Pero ahora no tengo contacto con él”, confiesa Christian Völkers (1955, Hamburgo). En aquella época, el dueño de la inmobiliaria de lujo Engel & Völkers ya era un empresario de éxito y se había convertido en el soltero de oro de la alta sociedad internacional. Un seductor que llegó a salir con Claudia Schiffer. Él se ríe. “Entonces no tenía intención de casarme. Trabajaba mucho y estaba casado con mi empresa”.
Hoy Völkers ha abandonado la soltería, pero sigue volcado en su negocio. Cuando llego a su mansión de Mallorca, camina en círculos mientras habla por el móvil. Después de nuestro encuentro, tiene la agenda llena de reuniones. Este año se cumple el 40º aniversario de su compañía y a mediados de septiembre va a celebrar una fiesta por todo lo alto. “En realidad son dos. Una para empleados y otra para amigos”, asegura mientras nos dirigimos hacia uno de los porches para instalarnos. El evento será en la nueva sede de Engel & Völkers, en Hamburgo, un espectacular edificio que se empezó a construir hace cuatro años. “Compré un terreno hace tiempo y lancé un concurso para elegir arquitecto. Participaron Zaha Hadid, Norman Foster y Richard Meier. Fue él quien lo ganó”, me explica.
Pero ahora estamos en Son Coll, la finca mallorquina del empresario y su segundo hogar. Hasta aquí se llega por una sinuosa y angosta carretera que desciende una ladera. La propiedad, una antigua construcción de piedra que lleva años restaurando, transmite paz. En el dominio, más de 15 hectáreas con salida al mar, todo gira en torno a una de sus pasiones: el polo. “De joven jugaba al tenis y al hockey sobre hierba. Y también montaba a caballo. La combinación de todo es el polo. Juego cada día, aquí y en Hamburgo. Me encanta”. Por eso ha mandado construir un campo reglamentario y unas cuadras donde cría potros de polo. Cada verano, desde 2009, celebra el torneo Engel & Völkers. El dueño de una de las agencias inmobiliarias más importantes de Europa sigue siendo un hombre atractivo. Su pelo canoso, peinado hacia atrás, resalta su tez morena. “Llevo viniendo a Mallorca desde que tengo 16 años. Mis padres compraron aquí una propiedad. De hecho, mi madre pasa seis meses al año en Felanitx, en la otra punta de la isla. Tiene 92 años y sigue muy activa. Cuando está en Mallorca, se queda en su casa, aunque suele venir de visita”, me cuenta mientras su mayordomo aparece con café y limonada.
Fue precisamente en Mallorca, en la residencia de sus padres, donde Christian dio un giro al negocio que lo ha convertido en el rey de las inmobiliarias. “En ella redacté la biblia de la compañía”, recuerda. Trescientas páginas de normas y directrices precisas que se convirtieron en la hoja de ruta de sus empleados. “Me di cuenta de que si organizas la visita del inmueble de forma inteligente y haces las preguntas adecuadas en el momento preciso, hay más posibilidades de que la venta sea un éxito”. En este peculiar libro, que descansa en la sede central de la compañía, se precisa desde cómo contestar al teléfono cuando llama
” HACE AÑOS, EN LOS NOVENTA, ALGUNA VEZ SALÍ CON EL PRÍNCIPE FELIPE DE NOCHE POR MALLORCA”