ESMOQUIN PARA ELLA
El diseñador Avellaneda amplía su propuesta con una colección para mujer.
Juan Avellaneda (Barcelona, 1982) hace ropa de hombre que fascina a las mujeres. El creador catalán ha vestido a Los Javis, Aldo Comas, Jaime de Marichalar… y Nieves Álvarez. Ella, su musa y amiga, fue quien le animó a lanzar su primera colección específicamente femenina, una propuesta que ve la luz estos días. “Nos conocimos en una sesión de fotos en casa del interiorista Lorenzo Castillo y me enamoré de su esmoquin”, nos cuenta la modelo. Tras adaptar en varias ocasiones sus diseños masculinos a su exuberante silueta, Avellaneda decidió acceder a las peticiones de su confidente. Su nueva aventura reinvindica el tuxedo como vestido de noche. “La moda no debe ser un disfraz, tiene que verse en la calle, no solo en los videoclips, y su cometido es resaltar los puntos fuertes de cada uno”, afirma. Y añade: “Un esmoquin bien confeccionado estiliza y es un acierto seguro. Para mí, se trata del perfecto sustituto de un traje de una sola pieza, que por la forma resulta más complicado a la hora de favorecer”. Nieves Álvarez, incondicional de la prenda que Yves Saint Laurent incorporó al armario de las damas a finales de los sesenta, sabe cómo lucirlo en una ocasión especial, pero también interpretarlo en su día a día. “Sus creaciones son especiales, aunque sumamente ponibles. Me gusta mezclar las chaquetas con vaqueros y los pantalones con camisetas para darles una actitud más casual”, señala.
Avellaneda no se siente muy conectado con la apariencia lánguida que defienden algunos de sus coetáneos. “Adoro las mujeres fuertes, poderosas, con actitud, sensuales y sexuales”, asegura. Desde niño, sus referentes son las protagonistas de las fotografías de Helmut Newton e iconos como Grace Jones, Loulou de la Falaise, Bianca Jagger y, ahora también, Nieves Álvarez. Formado en la reputada escuela británica Central Saint Martins, en 2015 cumplió su sueño de lanzar su propia firma de moda. Siempre supo que quería dedicarse a la moda masculina, pero, claro, eso no significa diseñar solo para hombre. “No entiendo por qué ciertas piezas de sastrería parecen destinadas exclusivamente a ellos cuando, en realidad, ellas también pueden lucirlas de una manera sofisticada y moderna”, dice. La mujer Avellaneda lleva los pantalones.