LA NOBLEZA ENTRE COSTURAS
Tras pasar por marcas como Zara, Hoss Intropia o Juan Duyos, la sobrina segunda del duque de Alba lanza su primera firma de ropa. Sus clientas potenciales: María Zurita o Eugenia Silva.
Quiero sentirme cómoda, pero sin dejar de ir arreglada”. A Clea Fitz-James Stuart y Calleja (Madrid, 1970) siempre le ha gustado despejar prejuicios y romper moldes. Incluso en cuestiones estilísticas. Además de audaz, esta diseñadora es creativa y entusiasta. Tres cualidades indispensables para una emprendedora como ella: tras labrarse una prolífica carrera en el mundo del diseño, acaba de embarcarse en su propia firma de ropa, Clea Stuart, que saldrá a la venta en noviembre y estará disponible en una tienda online y en un showroom de Madrid. “Creo que llega un momento en la vida creativa en el que necesitas libertad e independencia”, cuenta. “No voy a hacer colecciones al uso sino cápsulas mensuales”, matiza. La técnica que caracterizará el proyecto es el punto, un tejido desenfadado. Como Clea. “Quiero traspasar la comodidad a la noche”, declara. Entre sus amigas y potenciales clientas, Eugenia Silva, Alejandra de Rojas o María Zurita.
Hay que retroceder más de 20 años para recordar a aquella joven que comenzó a estudiar Psicología en el CIS, la universidad americana de la capital donde ahora Froilán de Marichalar es uno de sus alumnos más célebres. Solo cursó hasta primero y lo dejó por la moda. Humilde y exigente con ella misma, también se reconoce como alguien complejo, a quien le costó dar con su propia identidad. “No me siento identificada con la parte superficial de esta industria”. Se formó en IADE y trabajó desde muy joven. Primero en Hoss Intropia y luego en The Hip Tee, El Corte Inglés, Elena Benarroch, Juan Duyos o Zara. Ahora, una vez alcanzada la madurez, Clea, enamorada del arte, del cine y de los animales, se lanza a la aventura empresarial sin complejos. No es nada mitómana, pero no le importaría que se fijara en su trabajo Leandra Medine, de Man Repeller. Por su parte, el nombre de Clea se ciñe a la perfección a la etimología griega: “Hija de padre famoso”. Su progenitor, Luis Esteban Fitz-James Stuart y Saavedra, es conocido en la nobiliaria por sus blasones: marqués de Valderrábano, primo hermano del actual duque de Alba y descendiente de los Berwick. Su madre, María Calleja Cervantes, también proviene de una familia de ilustre abolengo y trabajó durante más de 15 años para Jesús Polanco como directora de relaciones públicas de Sogecable. Unas credenciales en las que a esta diseñadora, risueña y a la vez determinada, le cuesta reconocerse. “En mi familia hemos sido siempre trabajadores”, dice desde su casa, fiel reflejo de un alma indie.
“NO ME SIENTO IDENTIFICADA CON L A PARTE SUPERFICIAL DE L A INDUSTRIA DE LA MODA”, DICE CLEA, QUIEN HA TRABAJADO EN ZARA O HOSS INTROPIA