AISLARSE Y DISFRUTAR
Cancelación de ruido y realidad virtual contra el mundo.
El mejor uso que se le puede dar a la realidad virtual actual es el de gran pantalla de cine privada, en cualquier postura
Todos conocemos de primera mano la sensación: llega el momento de ver nuestra serie favorita o de devorar el nuevo disco de Rosalía en completa intimidad y algo siempre se entromete: el ruido de los vecinos, la luz del sol arruinando una escena nocturna, algo. Las soluciones habituales pasan por convertir la casa en un búnker hecho de persianas y cortinas y subir el volumen hasta que nuestro ocio sofoque todo lo demás. Y es precisamente lo que
puede corregir. Se trata de un Oculus Go (1) visor de realidad virtual (VR) que no necesita cables, ordenadores ni móviles para funcionar, tan cómodo como ajustado de precio. Sí, la VR se sigue vendiendo como ese pack de tren de la bruja, visita virtual a sitios y juegos inmersivos. Pero su función más interesante es la de utilizar su capacidad para simular una sala privada de cine, viendo películas o series en altísima resolución, sin importar nuestra postura. Es una experiencia estupenda, especialmente si no se cuenta con una televisión a la última. Y se complementa con nuestra otra tecnología favorita de esta década: la cancelación de ruido. Aunque Oculus Go incorpora sus propios altavoces — con un sonido más que digno—, echamos de menos que incorpore unos cascos con cancelación activa, como los
ATHSR50BT 2), de : 70 ( Audio Technica horas de batería, la posibilidad de aislarse del mundo exterior con un solo botón. Dispositivos que son la extensión al ocio del sueño de todo místico: que nada externo perturbe el ánimo. Solo que enfocado a Netflix y Spotify, respectivamente.