CLUBLAND EN NAVIDAD
Con un paisaje de chesters desgastados hasta donde se pierde la vista, hay pocos placeres superiores al de ir a leer a un club — —
Travellers, Brooks’s, Athenaeum hasta quedarse dormidos. En algunos de sus comedores hay mesas para solitarios, con o sin atril, y una cocina en la que nunca entró un kiwi pero se conocen los secretos del faisán. Para mezclarse con británicos son lugares de lo más recomendables, y los grandes luncheons de Navidad son estampas hogarthianas. Uno debe ser socio, corresponsal o tener un amigo que lo lleve. Los gin tonics, solo
athenaeumclub.co.uk antes de comer.