ESTILO EN LA CUMBRE
Los plumíferos descienden de las pistas de esquí y se instalan con total naturalidad en el fondo de armario. Combatir el frío nunca fue tan fácil.
scazado por a las puertas teve Rubell Ron Galella de Studio 54 con abrigo edredón de Norma es la prueba definitiva de que uno no tiene Kamali que viajar a Gstaad para encarar los rigores del invierno sin perder un ápice de estilo. Si, con todo, insiste en visitar la exclusiva estación suiza, ahí tiene a con mono acolchado Bianca Hanau-Schaumburg fucsia y botas de pelo, retratada por en 1985, Slim Aarons como ejemplo. Ahora que la estética après-ski en general y los abrigos de plumas en particular son clave —tanto en la ciudad como en las pistas de nieve más selectas—, superponga capas sin temor —se lo dice , que describió la Demna Gvasalia colección otoño-invierno 2018/2019 de como “el Balenciaga paraíso de un snowboarder de los noventa”— e invierta en un buen plumífero. Firmas de lujo como y lo han Prada Chanel introducido en su oferta, invita a diseñadores como Moncler a reinventar el que es su artículo estrella y la Pier Paolo Piccioli húngara g lo presenta p en materiales hasta ahora insólitos Nanushka litos como la l napa. Si prefiere las versiones clásicas sicas —además —a de ligeras y repelentes al agua—, es su marca. North Sails