CONTROVERSIA EN EL MUSEO
El Museo Thyssen-Bornemisza apuesta por la controversia con Balthus, uno de los grandes de la figuración, tan admirado por su estilo atemporal como criticado por su turbador erotismo.
Balthus, uno de los artistas más polémicos del siglo XX, llega al Thyssen-Bornemisza con una gran retrospectiva.
En 2017, una iniciativa popular solicitaba al Metropolitan de Nueva York la retirada del cuadro de Balthus Thérèse soñando por supuesta apología de la pedofilia. A pesar de las casi 12.000 firmas recabadas, la institución decidió mantener la obra a la vista del público argumentando que “momentos como este brindan la oportunidad para el debate”. Lo que tampoco era decir gran cosa, porque en realidad el debate ha acompañado siempre a Balthasar Klossowski de Rola (París, 1908-2001), Balthus, uno de los artistas más polémicos del siglo XX, que ahora llega al Museo Thyssen-Bornemisza con una gran retrospectiva. Autodidacta, imposiblemente precoz, víctima de delirios de grandeza —decidió atribuirse una estirpe nobiliaria—, discípulo de Rainer Maria Rilke —amante de su madre— y amigo de Cocteau y Picasso, desde sus inicios se alejó de las vanguardias que han marcado el paso del arte actual para mirar más bien a los grandes del Quattrocento. Las modas nunca le interesaron lo más mínimo. Y sin embargo —o quizá precisamente por eso— pocos artistas de su generación disfrutan hoy de tantos admiradores. Y detractores. ¿Es un retrógrado en lo formal o más bien un posmoderno avant la lettre? ¿Un obseso pornógrafo o un sutil espiritualista? El medio centenar de obras que el Thyssen trae desde la Fondation Beyeler de Basilea seguirá alimentando el debate. Y sí, por supuesto que Thérèse soñando forma parte de la exposición.