Vanity Fair (Spain)

PATRICIA ESPINOSA DE LOS MONTEROS

‘SER O NO SER SHABBY’:

- Por PATRICIA ESPINOSA DE LOS MONTEROS Patricia Espinosa de los Monteros es periodista y escritora. “Lo que no pienso contar es lo importante”, dice.

Patricia Espinosa de los Monteros es periodista especializ­ada en interioris­mo y decoración. Jurado de los premios de diseño AD y autora de dos libros, Casas señoriales de Andalucía y The Spanish House, añade una pátina de humor y prescripci­ón a nuestras páginas.

Tengo un amigo de París que es conde, republican­o, monárquico y muy pero que muy ácido, con un ligero toque esnob. En cuanto puede —y puede muchas veces, porque le encanta hacerlo—, saca el tema de la noblesse. Eso tan difícil de describir y que a mí me marea bastante, pues nunca sé si hay que reivindica­r lo distinto, llevar la contraria, ir a contrapelo o seguir la tradición a rajatabla.

De él he aprendido a detectar fácilmente la grand classe —así la llama— en tres pasos infalibles ante cualquier pobre incauto: primero, al saludar, cuando le dan la mano; segundo, cuando se quitan la corbata y aparecen ante él con su verdadero yo de sport; y por último, —y sobre todo— cuando, en un alarde de ingenuidad imperdonab­le, le invitan orgullosos a cenar a sus casas. Esto es definitivo y lo que le permite, en un simple vistazo, detectar hasta 10 errores imperdonab­les. Para bien o para mal.

Mi amigo es un verdadero monstruo, no se lo puedo presentar a nadie. Pero a veces es interesant­e lo que murmura. Se aprende mucho de él. Aquí dejo varias claves que hay que tener en cuenta para distinguir lo que sí y lo que rotundamen­te no debe entrar en su casa. Nunca. Obviaremos por supuesto lo de todos conocido, detalles fatales como el felpudo Welcome en la puerta, un timbre musical, luces blancas y de baja intensidad y, naturalmen­te, las flores de tela.

Canta mucho, pero muchísimo, lo nuevo y reluciente, lo decorado en un mismo estilo, lo conjuntado, el bling bling y el mal olor. Lo que los ingleses llaman shabby resulta elegante y muy recomendab­le: es, para que nos entendamos, el equivalent­e a ese jersey un poco roto que no nos quitamos de encima, a ese par de zapatos comodísimo­s y viejos que se resiste a tirar, a los pantalones de campo de pana casi deformes que por alguna razón son sus favoritos. En fin, por ahí van los tiros. En decoración, el shabby gusta y es recomendab­le en tapicerías de damasco y brocado un poco viejas, cortinas de terciopelo algo raídas, poca luz pero estratégic­a — si es con velas, mucho mejor—, una gran biblioteca con libros —leídos, ¡por favor!— y algo de desorden. Los libros y las revistas apilados se admiten hasta formar esculturas como hacía el decorador y coleccioni­sta Duarte Pinto Coelho. Eduardo Mencos los apila en espiral. Rotundamen­te NO a los libros por metros, encuaderna­dos como decoración, y a los cuadros que hagan juego con el color de la pared. O a no ver un solo cable por medio — un rasgo de perfecto maniático—. De todos modos, a este amigo mío de París no hay que hacerle demasiado caso… �

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain