UN NUE VO MÉXICO
KARLA MARTÍNEZ DE SALAS La directora de Vogue México hizo historia el pasado diciembre al escoger a una mujer indígena para protagonizar su portada por primera vez en los 20 años de trayectoria de la revista. Yalitza Aparicio, la profesora de un pueblo de Oaxaca que conquistó a Alfonso Cuarón en Roma, se ha convertido en el rostro visible de una población olvidada frente a los ideales estéticos occidentales. La imagen de la actriz enfundada en un vestido de Gucci junto al titular en mixteco “In tiu’n ntav’i” (Una estrella ha nacido) despertó la indignación de los conservadores anclados al canon de la piel blanca, pero abrió una esperanzadora ventana hacia la representación más fiel de la diversidad de las mujeres mexicanas. Al timón de la influyente publicación, Martínez de Salas, que dejó EE UU en 2016 para dirigir la cabecera, lidera el cambio de un país que empieza a valorar el talento local y sus raíces a través de iniciativas en apoyo a los diseñadores emergentes.
Gracias a su industria cultural floreciente y a una generación joven que reivindica las raíces indígenas del país, México ha dejado atrás su imagen de destino vacacional obsesionado por la ostentación de la riqueza. Tres mujeres del cine, la moda y el diseño ilustran este cambio de paradigma que ha situado a la región en el circuito artístico internacional.
CARLA FERNÁNDEZ La diseñadora nacida en Coahuila de Zaragoza (México) heredó de su padre, museógrafo del Instituto Nacional de Antropología e Historia, la fascinación por el pasado que hoy define su trabajo. Carla Fernández ha dedicado su labor a celebrar y recuperar las tradiciones textiles prehispánicas en sus colecciones, teñidas del minimalismo vanguardista que en 2013 le hizo ganar un premio Prince Claus en Ámsterdam. Desde hace 12 años, cuando inauguró su marca homónima, colabora con una red de artesanos de origen indígena que confeccionan prendas de líneas innovadoras utilizando técnicas ancestrales. Su moda también se ha hecho política. En la última edición de la feria Art Basel Miami Beach, expuso junto a su marido, el arquitecto y artista Pedro Reyes, dos enormes figuras de acero con los brazos en alto para simbolizar los múltiples oficios que desempeñan los inmigrantes en Estados Unidos y un panel de alambrada que denunciaba los centros de detención de menores extranjeros perseguidos por Donald Trump. La imagen de esta última obra fue impresa en camisetas, que vendieron en la feria y cuyos beneficios destinaron a una organización que trabaja para reagrupar a niños separados de sus padres en la frontera.
ILSE SALAS “Nuestra intención es convocar a todos a entender la importancia de fortalecer la cultura de un país dividido y lastimado. Estamos totalmente en desacuerdo con la reducción del presupuesto a la cultura y educación. Seguiremos buscando puntos de encuentro, vida y belleza”. Con estas palabras, Ilse Salas, la actriz que comparte cartel con Gael García Bernal en Museo, criticaba en Instagram el recorte de las ayudas al cine del presidente Andrés Manuel López Obrador en un momento clave para el sector. Gracias a directores como Alejandro González Iñárritu, Guillermo del Toro o Alfonso Cuarón, premiados con el Oscar, la industria mexicana vive su época de mayor proyección internacional. Salas, comprometida con la política a través de la iniciativa ciudadana Un grito más fuerte, es un ejemplo del renacimiento y transformación del séptimo arte en su país. Además de en su último filme, aparecerá en la serie Historia de un crimen producida por Netflix, la plataforma que con La casa de las flores o el biopic de Luis Miguel ha puesto la creación latina en el centro de la mesa.