Nuevos tiempos
Audemars Piguet presenta el 11.59, un reloj con vocación de clásico que reinventa los códigos de la manufactura. Descubra cómo.
La primavera nos trae ganas de luz, delicadeza y aventuras, y es que la vida es más soportable si hay un viaje a la vuelta de la esquina y una joya en tu muñeca. Son los detalles — ese millón de pequeños detalles— los que definen los objetos que nos enamoran, como las piezas que durante más de 144 años han sido parte de la historia de Audemars Piguet. Fieles a su legado —es la manufactura más antigua que sigue en manos de la familia fundacional— desde el Vallée de Joux y, sin embargo, con un pie en el límite de la artesanía. Esta es su historia.
1917
Durante el período art nouveau, los relojeros de Audemars Piguet renunciaron al clasicismo del siglo XIX a favor de los diseños geométricos.
1929
En esta década, los relojes de pulsera inspirados en las geometrías angulares del art déco adquirieron marcadas formas rectangulares y de cojín.
1936
Los cronógrafos redondos iniciaron entonces su regreso; esta joya — producida para el minorista italiano Astrua— es una obra maestra del diseño no convencional.
1945
De la edad de oro del diseño creativo y técnico de la relojería data este modelo de pulsera de platino único con repetición de minutos. Un diseño contemporáneo. 1962 Con su forma de caja asimétrica tipo circular, que se extiende hacia afuera en ambas direcciones, se crea un efecto óptico nunca visto en un reloj de pulsera. 1972 Es el año del Royal Oak con su bisel octogonal, su caja en forma de tonel, su esfera con guilloché y su brazalete de eslabones facetados en tamaño descendente. 2019 La colección Code 11.59 entreteje tensiones en su diseño, reconocible de forma inequívoca: integra una carrura octogonal en una caja redonda. Una de las novedades más fascinantes: el logotipo en relieve en 3D, creado átomo por átomo y aplicado a mano. La firma de Audemars Piguet, que mide 12,5 mm de largo, presenta una tipografía única y lleva el arte de la relojería hasta sus límites.