EL FUTURO DE APPLE: A SU SERVICIO
El director de cine Steven Spielberg, Oprah Winfrey, J. J. Abrams… Tim Cook se rodeó de los nombres más potentes —y en algunos casos, como el de Spielberg, con posiciones bastante contrarias a las plataformas de streaming— para presentar Apple+, su plataforma de streaming. Algunos han querido ver un mundo en el que Apple ya no es un fabricante de aparatos, sino una empresa de servicios y contenidos. Un futuro rival de Netflix, Amazon o Disney, que también entrará en breve en la pugna con Disney+, con todo el poder de su marca y Marvel, Lucasfilm y Fox.
Tienen razón a medias: Jobs quería ser un vendedor de aparatos, pero su primer éxito en su última etapa ya era el anticipo del mundo actual: iPod, el reproductor musical perfecto, era solo la puerta al mundo de iTunes, un mercado de canciones que —hasta la irrupción de Spotify y luego de Apple Music— era el único sinónimo de “música legal en Internet”. Incluso el iPhone, hoy un poco en entredicho en un mercado saturado donde ya hay varios fabricantes capaces de competir cara a cara con el dispositivo mágico en la gama premium —Samsung o Huawei, por citar dos—, estaba concebido como una máquina de recaudar en forma de App Store, donde cada desarrollador de apps de pago tenía que abonar un porcentaje a Cupertino. Apple+ no es tanto un rendirse a la evidencia —la gente que quiere contenidos está dispuesta a pagar por ellos mientras la tele agoniza y el cine tiembla— como simplemente cambiar el foco: los artefactos de Apple siempre fueron un escaparate. Lo que Cook ha entendido es que lo que exponen también ha de ser suyo.
Javi Sánchez es editor de Tecnología en ‘Vanity Fair’. Su iPod Nano aún funciona.