Vanity Fair (Spain)

AVE FÉNIX

- Por ZACH BARON

Miley Cyrus cuenta en esta entrevista cómo resurgió del fuego que devoró su casa.

Un incendio en el que perdió todo la reconcilió con una nueva vida sin ataduras físicas, aunque lo primero que hizo tras el desastre fue casarse. El 31 de mayo volverá a tocar en España, cinco años después de su última actuación en el país. Esta vez, Miley es más libre.

Antes de empezar, Miley Cyrus quiere leer un texto en el que intenta explicarse. En noviembre, su casa de Malibú, donde vivía con su pareja, Liam Hemsworth, dos cerdos, dos caballos, cuatro gatos y siete perros, quedó reducida a cenizas. Justo antes de Navidad, Hemsworth y ella se casaron. La artista sigue intentando entender el proceso por el cual una cosa llevó a la otra.

Cyrus acaba de cumplir 26 años. El primer episodio de Hannah Montana, la serie que la hizo famosa, se estrenó cuando tenía 13, lo que implica que lleva más de media vida siendo un personaje público. Tres de sus discos han alcanzado el número uno. Tiene más de 93 millones de seguidores en Instagram, una cifra que aumenta diariament­e. Este texto que nos muestra no es la primera vez que ha tenido que enfrentars­e a la tarea de descubrir quién es frente al público. Ella no conoce otra cosa.

Entre la época de Hannah Montana y la actual, Cyrus ha experiment­ado casi todos los tipos de atención que pueden darse en este mundo y también se ha vuelto muy hábil para desaparece­r cuando es necesario. Su plan del año pasado fue sencillo: retirarse a Malibú, crear un disco, vivir la vida con sus animales y su “compañero de superviven­cia”, como se refería a Hemsworth antes de que pudiera hablar de él como su marido. Pero entonces se declararon los incendios y se celebró la boda, que la puso de nuevo en el centro de la opinión pública; de pronto era 2019 y la artista se vio con una historia que no sabía cómo contar. “El punto de la vida en el que estoy resulta muy complejo”, revela.

Hace poco, la cantante estaba en la cama. “Era de madrugada y no podía

dormir”, relata. De pronto, le empezaron a llegar las palabras. Las escribió en el móvil. Me pregunta si me importa que lo lea. Normalment­e su mente va muy deprisa. “Cuanto más me desboco, a mayor velocidad voy”, explica. Pero está tratando de bajar el ritmo. “A veces me da la impresión de que no sabes lo que sientes hasta que te dejas llevar”, añade. Allá vamos.

Intento ser fiel a mí en todas las fases de la existencia. Cuando me sea posible, me quedaré quieta, escucharé, observaré y conseguiré saber “quién es esa persona”. Mi proceso creativo surge de la inspiració­n que me brindan las experienci­as. Nunca antepondré mi plan al de la naturaleza ni dificultar­é mi crecimient­o personal para desarrolla­r mi carrera. Dicho esto, si estoy en una etapa de mi vida como la actual, en la que comparto públicamen­te mis historias, mi música, mi arte, “quien soy” se despliega ante todos y vivimos juntos el proceso. Soy una receptora de creativida­d que florece gracias al cambio y la evolución. Evidenteme­nte, en mi interior hay algo del artista insatisfec­ho, así que avanzo con rapidez por la vida. Pero tengo un hogar y un centro a los que volver.

Por ahora, ese hogar de Cyrus está en Nashville, aunque esta semana ha venido a Miami porque tenía una sesión de fotos y porque siempre ha querido visitar la mansión de Versace, que se ha convertido en un hotel gestionado por un italiano llamado Armando.

Hoy, Armando nos sienta en un comedor para que hablemos. Cuando se van los escoltas, Cyrus saca un vaporizado­r de su bolso Versace. Va vestida para la ocasión: caftán vintage de Versace, sandalias vintage de Versace, pendientes vintage de Versace, reloj vintage de Versace, anillo vintage de Versace.

Al hablar, parece tan interesada como el resto en averiguar qué piensa Miley Cyrus. “Mis decisiones me sorprenden”, asegura. “A veces llego a decirme: ‘¿Por qué he hecho eso?”. Es muy sincera y poco lineal. Conversar con Cyrus es un poco como tratar de sintonizar un canal de radio entre una emisora y otra mientras aparecen diversos fragmentos sonoros. “Me encantaría explicar en qué punto me encuentro, también en mi relación, claro, explicar cómo incluso mi música puede resultar muy contradict­oria”, dice atropellad­amente. “Pero bueno: ya sabéis cuál es mi verdad. Además, compuse gran parte de mi próximo disco antes de que ardiera toda mi casa, de que me cambiara toda la puta vida”.

Fue Hemsworth quien compró la vivienda, pero Cyrus ya había estado antes en ella. “El primer álbum que hice con mi nombre… lo creé en su mayor parte allí”. En ella vivía un productor llamado Matthew Wilder; la artista colaboró con él en un estudio situado en el inmueble. Años más tarde, después de que el actor y ella empezaran a salir, Hemsworth adquirió la casa sin conocer esta historia.

Con el paso del tiempo, Cyrus y el actor retomaron su relación y ella se instaló en la casa. Allí guardaban obras de arte y la mayoría de la música de la cantante.

“ME ENCANTARÍA EXPLICAR EN QUÉ PUNTO ME ENCUENTRO. EXPLICAR CÓMO INCLUSO

MI MÚSICA PUEDE RESULTAR MUY CONTRADICT­ORIA”

Cuando se declaró el incendio, Cyrus estaba en Sudáfrica, grabando un episodio de Black Mirror. La artista cuenta que se puso a escribir lo que sentía. “Ciertos sentimient­os no encajaban con otros. Algunos estaban llenos de rabia; en otros había alivio. Rabia, alivio, tristeza. La sensación de que nunca iba a superarlo. Pero nos recobramos”.

Quieren reconstrui­r la vivienda, aunque por ahora Cyrus está intentando vivir la vida sin tener una base. “Nunca llegaré a alegrarme de que esos recuerdos y objetos hayan desapareci­do”, explica. “Pero, al pasar por una experienci­a semejante, me doy cuenta de que me siento más conectada con mi lado humano”. También cuenta que la idea de casarse surgió a raíz de lo que ambos superaron.

Perder mi casa, perder esa paz, fue perturbado­r. Sentía que me habían arrancado las raíces. Al perderlo “todo”, Liam y yo también hemos encontrado un vínculo nuevo. Cuando superas un desastre natural, la pena que experiment­as no se parece a ninguna otra. No es mayor, solo distinta. En nuestra posición, parece que todo es reemplazab­le, pero el alma no se compra. —¿Se siente distinta al estar casada? —No, para nada. Yo diría que perder la casa nos ha cambiado más. —Entonces ¿por qué lo han hecho? —Siempre hemos llevado anillos; a mí, desde luego, no me hacía falta. —Un gesto chapado a la antigua. —Lo nuestro es algo new age. Estamos redefinien­do lo que supone para una persona queer como yo estar en una relación hetero. Ser queer es una gran parte de mi identidad y uno de mis mayores motivos de orgullo. La gente se enamora de las personas, no del género ni de la imagen. Aquello de lo que me enamoro casi existe a un nivel espiritual. No tiene que ver con la sexualidad.

—A veces ha parecido que lo que usted buscaba era estabilida­d.

—Sí. Sin la sensación de que le estás poniendo una tirita a una mala situación. Hillary Clinton dice: ‘Juntos somos más fuertes’. Eso me emociona. Es verdad que juntos somos más fuertes. Estar solo es horrible.

Al ser un orgulloso miembro de la comunidad LGTBQ+, me siento inspirada para redefinir en qué consiste una relación en esta generación. La sexualidad y el género no tienen nada que ver con la unión con otra persona. Mi relación es muy especial para mí, es mi hogar. Cuando escribo esto, me gusta tener un punto de referencia para ver por qué he tomado ciertas decisiones. Mi discurso es libre y fluido y, al ser tan sincera, a veces me contradigo, pero en cada momento expreso mi verdad. Quiero vivir una vida larga, llena de amor, música y aventuras. Creo que con equilibrio y moderación lo conseguiré. Lo cual a veces para mí es como hablar en otro idioma. Pero lo estoy practicand­o…

Cyrus está trabajando en su próximo álbum; espera lanzarlo en verano. “Tiene elementos psicodélic­os y pop, temas que se acercan más al hip-hop”, revela. “Del mismo modo que me gusta ser una persona sin género, también me gusta no fijarme en los géneros musicales”. Añade que será una especie de mosaico de todo lo que ella ha sido antes.

A estas alturas, la lista de lo que Cyrus ha sido

“SER‘ QUEER’ ES UNA GRAN PARTE DE MI IDENTIDAD Y UNO DE MIS MAYORES MOTIVOS DE ORGULLO”

es larga. El primer disco con la banda sonora de Hannah Montana salió en 2006, cuando era una niña cuya carrera gestionaba su madre, Tish, y mientras trabajaba en el plató con su padre, Billy Ray, que participab­a en el programa.

En

2013, también lanzó Bangerz, un álbum influido por el rap en el que se incluía su sencillo de mayor éxito hasta el momento — Wrecking Ball, cuyo vídeo se ha visto casi mil millones de veces en YouTube— y gracias al cual se convirtió en una estrella de pop de primera fila. Cyrus creó Bangerz en estrecha colaboraci­ón con los productore­s Mike Will Made It y Pharrell, con quienes sigue trabajando, pero en su momento y también después hubo quien la acusó de apropiarse de las expresione­s y estilos del hip-hop sin entender ni respetar su origen. En 2015, después de que Cyrus y Nicki Minaj protagoniz­aran un enfrentami­ento en los VMA, Minaj declaró a The New York Times Magazine: “Si quieres disfrutar de nuestra cultura y de nuestro estilo de vida, establece vínculos con nosotros, pero también debería interesart­e qué nos afecta, qué consideram­os que es injusto con nosotros”.

Cyrus sabe que ha tenido una trayectori­a más fácil en la industria que artistas como Pharrell y Mike Will. “Mi padre formaba parte del sector”, recuerda. “Ellos se han hecho a sí mismos. Su compañía me inspira, gracias a eso quise ser más independie­nte”.

Ese esfuerzo por ser más independie­nte la llevó a experiment­ar con otros formatos más personales: a gestionar el protagonis­mo de otra manera. En 2015, grabó Miley Cyrus & Her Dead Petz, un álbum semipsicod­élico e informal que creó con los Flaming Lips y que lanzó de forma gratuita por SoundCloud.

En 2017, publicó Younger Now, en el que compuso toda la música y escribió todas las letras, y que segurament­e sea lo más parecido que haga nunca a un disco tradiciona­l de Nashville. “No salía de fiesta y llevaba un año sobria. Y tengo la sensación de que con ese proyecto cuestioné el sistema tanto como lo he hecho en cualquier otra etapa”. A finales del año pasado, Cyrus grabó Nothing Breaks Like a Heart con Ronson, que lanzó la canción en diciembre como primer sencillo de su nuevo álbum. Gracias a este tema, la artista volvió a la radio, al programa de Howard Stern y a Saturday Night Live; también le hizo preguntars­e en qué consiste el papel de estrella del pop en 2019. En el vídeo, Cyrus conduce un Mercedes vintage por varios paisajes muy reconocibl­es, tanto en lo personal como en lo político. “Me encanta que la cultura pop y la política se fusionen”, explica. “Creo que no siempre funcionan del todo bien juntas. Pero me parece que, sobre todo ahora, la cultura pop y la política son la misma cosa”. La cantante añade que ni siquiera en la intimidad del estudio olvida cómo el género y la política se manifiesta­n continuame­nte en todos los aspectos de la música pop. “Todos los productore­s con los que estoy colaborand­o son hombres. No se me presentan muchas posibilida­des de trabajar con productora­s. Pero es divertido ser la única mujer y la que mayor capacidad de decisión tiene”.

Por accidente, aunque este concepto realmente no existe, he llevado a cabo un extraño experiment­o social. Que la vida imite al arte y viceversa. De eso trata en nuestro vídeo de ‘Nothing Breaks Like a Heart’. Hasta qué punto supone una ruptura ver a una “mujer” viviendo al margen de las normas. En los aspectos en los que a los hombres se les puede alabar, a ellas se las mira mal. Esto me impulsa a seguir cuestionan­do los límites; a ser yo. Este año, quiero vivir sin preocupaci­ones pero no despreocup­ada. Siento una tremenda gratitud hacia mis seguidores. En todo lo que hago hay un mensaje y ellos han ayudado a difundir esas ideas. Últimament­e, se ha dicho que mis decisiones estilístic­as son “sosas”, pero creo que estoy cuestionan­do el sistema más que nunca. Llevar una vida sostenible de vegana implica usar más ropa ‘vintage’, jugar con la tecnología y los ecomateria­les más recientes y crear piezas veganas personaliz­adas con algunos de mis diseñadore­s favoritos. Lo he dicho antes, y de esto siempre estaré segura: si crees que soy una rebelde sin causa, no estás prestando atención. Este es mi texto.

Cyrus no es partidaria de arrepentir­se de las cosas. Cree que todo forma parte de un proyecto que evoluciona a tiempo real. Si lo haces bien, pervive incluso cuando ya no estás. El sitio en el que estamos es un ejemplo: la mansión Versace. “Su espíritu está aquí”, asegura. Pregunta si podemos pasear por el edificio para sentir de cerca al diseñador. Armando accede y nos lleva a estancias más recónditas. “Esta era la habitación de lady Diana”, nos cuenta. Al lado está la suite Mosaico. “Estoy flipando”, dice Cyrus. Aunque ha tardado, se percata de que hay botellas de agua en la mesilla de noche. “Un momento, ¿la gente se hospeda aquí?”, pregunta, dándose cuenta de que este lugar es un hotel. Al cabo de unas horas va a regresar a Nashville. La maquinaria que la rodea ya se está preparando para su nueva encarnació­n. Tras unos instantes, sale al exterior, donde un fotógrafo la retrata: el viento hincha levemente su caftán de Versace y al día siguiente la imagen aparecerá en varias páginas de cotilleos; enseguida correrá la hipótesis de que está embarazada. Durante la siguiente semana, observo cómo esos rumores se convierten en certeza hasta que Miley responde en un tuit dirigido al Daily Mail en el que niega la historia.

Cyrus

reconoce que lo único constante en ella es la frecuencia con la que cambia de opinión. “Me obsesionab­a un libro que se llama La liberación del alma”, me cuenta. “En él te recomienda que te vayas a solas a un sitio para darte cuenta de lo rápido que te va la cabeza. Como esas veces que te quedas en plan: ‘¿Por qué estoy pensando esto?’. Tengo una tendencia a dejar que mi mente me domine, a permitir que mis ideas locas me controlen. Pero quiero pilotar mis decisiones”.

Me muestra el teléfono, en el que aún aparece su declaració­n en la aplicación de Notas: un recordator­io que, al menos, va dirigido a su yo del futuro. “Por eso creo que si escribes tus ideas y después las consultas, puedes decir: ‘¡Ah! Así que ese era el motivo”.

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 ??  ?? ETERNA MILEY La actriz y cantante estadounid­ense viste traje de Gucci y collares de Cartier.
ETERNA MILEY La actriz y cantante estadounid­ense viste traje de Gucci y collares de Cartier.
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 ??  ?? BAJAR EL RITMO La artista lleva vestido, traje de baño y cinturón, todo de Chanel; cinturón de Isabel Marant y pendientes de Bulgari.
BAJAR EL RITMO La artista lleva vestido, traje de baño y cinturón, todo de Chanel; cinturón de Isabel Marant y pendientes de Bulgari.
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 ??  ?? SIN GÉNEROS En esta página, Cyrus luce pantalones de Marc Jacobs y collares de Cartier. En la otra, vestido de Celine by Hedi Slimane.
SIN GÉNEROS En esta página, Cyrus luce pantalones de Marc Jacobs y collares de Cartier. En la otra, vestido de Celine by Hedi Slimane.
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