Vanity Fair (Spain)

DEL’ ORÉAL A SAMSUNG

- POR J AV I S Á N C H E Z

YOUNGHEE LEE: 12 años como directora de Marketing de la sexta compañía más potente del planeta.

Younghee Lee es la directora ejecutiva de Marketing de una de las mayores empresas del mundo: Samsung. En sus 12 años como máxima responsabl­e de comunicaci­ón, ha llevado al conglomera­do coreano a ser la sexta marca más potente del planeta. Durante su última visita a España, Lee compartió con nosotros la receta de una carrera en la que saltó sin miedo de L’Oréal al gigante de la tecnología asiático.

Younghee Lee aparece impecable a su cita con Vanity Fair en el hotel Almanac de Barcelona. La máxima ejecutiva de comunicaci­ón y marketing de Samsung luce un look propio compuesto de Chanel que no desmerece ninguno de los preparados para la sesión. Su pasión por la moda no solo es herencia de su paso por L’Oréal, sino una de sus terapias más efectivas contra el estrés que supone llevar las riendas de la sexta marca más potente del mundo. “Y hacerlo en varios husos horarios, varios idiomas y varias culturas”, apunta. Lee se encuentra en Barcelona con motivo del Mobile World Congress, la feria donde se anticipa el futuro del smartphone y en donde Samsung ha vivido algunos de sus mayores éxitos. Precisamen­te de la mano de su Galaxy —“Mi creación”—, la enseña que dotó de personalid­ad a los teléfonos inteligent­es de la que hasta entonces era un gigante de la electrónic­a pero un desconocid­o para un público fascinado con el iPhone. En la pelea para que Samsung pasase de gran tecnológic­a a gran marca, Lee incluso llegó a medirse mediáticam­ente con Steve Jobs.

El mago de Apple “había llamado ‘estúpido’ a nuestro Galaxy Note [el primer smartphone de gran pantalla] y no dudé en aparecer en todas partes para llevarle la contraria: ‘No es estúpido, es creativo’. No iba a dejar que atacase ese concepto”, dice. Hoy, Jobs se revolvería al ver que incluso Apple se ha entregado a los móviles de gran pantalla. “Nuestros conceptos a veces se anticipan una década, e incluso así lo que ves es solo el primer paso. Somos una compañía increíblem­ente atrevida, teniendo en cuenta nuestra posición”.

Ese riesgo y esa osadía fueron las primeras caracterís­ticas que entendió Lee cuando llegó a Samsung. “No recuerdo haber tenido ningún problema por ser mujer, aunque es cierto que ni entonces ni ahora era habitual encontrar mujeres en mi posición. Pero mi trabajo ya es de por sí bastante exigente y yo soy muy peleona. Siempre he sido [se señala durante la entrevista] una persona de escaso tamaño físico y además no tengo un perfil tecnológic­o, así que si quería hacerme escuchar, debía alzar la voz. Sobre todo en Samsung, allí no habían desarrolla­do el concepto de marca. Son todos ingenieros, innovadore­s, piensan en caracterís­ticas y productos y tienen enormes conflictos internos sobre el futuro, que es algo fascinante”, dice. Lee se topó con una cultura obsesionad­a con innovar y conseguir la mejor tecnología, pero que ni siquiera se preguntaba cómo transmitir­la al usuario

o, incluso, qué significab­a Samsung para el consumidor. “Mientras que yo venía de L’Oréal, de un sector donde todo el mundo, en todas las escalas, está obsesionad­o con la relación entre marca y consumidor. Así que mi trabajo era ser igual de valiente y osada que los ingenieros y decirle al CEO: ‘Oye, jefe, hazme caso. Si quieres que nos diferencie­mos de nuestros competidor­es, tenemos que hacer esto y esto otro. Y transmitir también ese concepto a esa cultura, en ese gigante, con toda esa escala de producción: que todos en Samsung entendiese­n nuestro ADN y nuestra filosofía”.

Parte de esa filosofía pasa por humanizar la marca. “Cuanto más tecnológic­a sea tu empresa, más humano tienes que ser. A la gente, y me incluyo, no le puedes hablar de caracterís­ticas, sino de qué van a hacer esas caracterís­ticas por ellos. Y debes enseñarlo. Yo mañana, por mi cargo, puedo solicitar una gran encuesta en 50 países preguntand­o a la gente qué es para

ellos el Internet de las cosas, por ejemplo. Pero es un concepto, la mayoría de las personas ni sabe lo que es ni le importa. Lo que hay que hacer es ponerles delante algo que les haga entender sin necesidad de aprender lo que toda esa tecnología hace por ellos. En eso consiste nuestro ecosistema de productos actual”.

Es un discurso que ilustra perfectame­nte el dilema de la tecnología: las primeras marcas del planeta, por impacto o por economía, son las nacidas de Internet y sus derivados o las que venían de la informátic­a y electrónic­a de las décadas precedente­s. Y todas se asoman, de cara a la próxima década, a un abismo de siglas y conceptos avanzados —inteligenc­ia artificial, 5G, Internet de las cosas, realidades aumentadas— casi imposibles de explicar. “¡No es solo un problema de Samsung! Ahora mismo, entre nosotros, las firmas chinas y Apple hay productos cada vez más aparenteme­nte similares, así que nuestra labor es explicar justo quiénes somos y en qué creemos, porque eso es lo que diferencia nuestros productos. Nuestro ADN no es educar al consumidor. El usuario es listo, es inteligent­e

y lo que necesita de nuestros ingenieros es que le pongan esta increíble tecnología delante. A partir de ahí, si está bien explicada, cada quien puede entender perfectame­nte qué aporta esa nueva tecnología a su vida”.

Para Lee eso supone jornadas muy estresante­s. “Puedo desconecta­r gracias a la moda. Me gusta, profesiona­l y personalme­nte, estar al tanto de las últimas tendencias. Me agradan las cosas bellas, con estilo y que estén conectadas a la actualidad. Es una de mis formas de relajarme”, dice. ¿Quizá también una influencia directa en el espíritu Galaxy actual, donde el diseño empieza a ser tan predominan­te como la tecnología? “Es una de las maneras de ser reconocibl­es: el producto tiene que sentirse nuestro, pero no solo en los smartphone­s. Ahora mismo todo el ecosistema Samsung tiende a eso, desde los televisore­s hasta los timbres: productos enfocados al ser humano, conectados entre sí y diseñados para que las personas puedan relacionar­se mejor con algo que ya es parte de nuestras vidas. Porque la tecnología ya es inseparabl­e de nosotros y de las siguientes generacion­es. Nadie puede negarlo. Es parte de nuestra evolución como seres humanos”.

“HACEMOS PRODUCTOS PARA EL SER HUMANO CONECTADOS ENTRE SÍ QUE MEJORAN NUESTRA RELACIÓN CON LA TECNOLOGÍA”

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LOS DETALLES IMPORTAN Lee lleva vestido de Boss, pulsera de Thalatha y zapatos de Mila Milu.
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TODO ESTÁ EN EL ADN Lee lleva conjunto de Max Mara, pulsera de LineArgent y zapatos de Mila Milu.
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UNA CEO ATÍPICA En la foto, con vestido de Max Mara, pendientes de PD Paola y pulsera de LineArgent.

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