UN HOMBRE, UN ARBOL
Cuenta Fernando Ojeda que, igual que valoramos en Internet la calidad de un alojamiento, deberíamos evaluar nuestro paso por la Tierra. “Medido en estrellas como las que usamos en Airbnb, yo tenía apenas una. Pero hace unos meses decidí cambiar radicalmente”. Así, desde noviembre lidera (R)ForestProject, un plan con el que quiere reforestar España. Por lo pronto, y después de dos “plantadas” con voluntarios —“No he querido tirar de contactos, prefiero que la gente venga porque realmente le apetece”—, ha repoblado 260 árboles en la sierra de Gredos y la localidad segoviana de Marugán. “Quiero llegar a los 5.000... al mes”, advierte el empresario, dueño del club nocturno Gunilla en Madrid e imagen de firmas de lujo como Montblanc.
Ojeda es sobrino nieto de Jaime de Mora y Aragón. Del aristócrata y de su esposa, Margit, fallecida recientemente, ha aprendido a “ir a contracorriente, a desarrollar mi propia personalidad y a que no me importe lo que digan los demás. A tener fuerza de espíritu”, dice. “Ellos llevaron una vida completamente diferente. Al tío Jimmy le dio por romper los cánones de la dictadura y la austeridad, por irse un poco al extremo de la vida de glamour y de la jet set... Y a mí, por plantar árboles”.
Su referente en el proyecto es el fotógrafo brasileño Sebastião Salgado. “Era el sexto de ocho hermanos. Su padre, un importante ganadero y terrateniente, explotó todos sus terrenos para que él pudiera estudiar”, relata. “Cuando echó la vista atrás y se preguntó a quién debía estar agradecido por haber llegado tan alto, se dijo: ‘A la madre Tierra’. Ella fue su primer sponsor. Por eso, Salgado decidió recomprar algunos de esos terrenos y plantar árboles. Recuperó 100 hectáreas de selva amazónica”, cuenta. “Todos le debemos algo al planeta. Así que intenta devolverle algo, sube tus estrellas”, me anima. El argumento definitivo: “Seguro que si el tío Jimmy viviera, se apuntaría a las plantadas”.