MUSA INSUMISA
La mirada de Brueghel el Viejo, sus herederos y contemporáneos y el activismo de Delphine Seyrig: octubre habla del arte comprometido con su tiempo.
Delphine Seyrig una de las exposiciones del otoño.
Cuatro generaciones de la familia Brueghel realizaron, a lo largo de los siglos XVI y XVII, algunas de las grandes joyas de la pintura flamenca. Pocas veces se ha representado con tanta originalidad y agudeza la vida cotidiana de comerciantes y campesinos, y también el medio natural en el que esta se desarrollaba. El grupo italiano Arthemisia inaugura con Brueghel su sexta exposición en el palacio madrileño de Gaviria, donde veremos trabajos de la saga fundada por y de otros
Pieter Brueghel el Viejo maestros del mismo entorno como
, o . En Rubens el Bosco David Teniers total, un centenar de obras que, como ocurre con el mejor arte, no solo ofrecen una imagen fiel del tiempo en que se pintaron, sino que entregan un retrato del ser humano en todas sus épocas y momentos.
Ante la cámara, la actriz francesa (1932-1990) fue Delphine Seyrig mujeres muy variadas: sofisticada burguesa ( El discreto encanto de la burguesía); ama de casa alienada ( Jeanne Dielman); hada picarona ( Piel de asno) e incluso vampira insaciable ( El rojo en los labios). Trabajó para , ,
Buñuel Truffaut , o . Pero también Duras Demy Resnais fue una excelente realizadora, además de militante feminista. El Reina Sofía reivindica estas facetas con la exposición Musas insumisas, dedicada a Seyrig y a un grupo de extraordinarias mujeres que en los años setenta y ochenta se rebelaron contra la consigna imperante, “Sois belle et tais-toi” (Calladita estás más guapa), título de uno de sus documentales. Allí una veintena de actrices, de a , contaban
Jane Fonda Shirley MacLaine sus más y sus menos con el machismo. Ellas nunca se callaron.