¿Qué hay de nuevo, viejo?
Los ‘whiskies’ añejados, como el Dewar’s 15 años, son auténticas joyas. A consumir solas o en cócteles de autor.
Envejecer es un proceso extraordinario en el que te conviertes en lo que siempre deberías haber sido”. Robémosle esta frase a para aplicársela al whisky. La David Bowie vejez sienta de fábula. No es una moda reciente: Dewar’s, la marca escocesa fundada en 1846, hace que sus blended scotch pasen por un proceso de doble envejecimiento en barricas de roble, lo que les otorga una textura delicada y aterciopelada. Esta peculiaridad hace que los blended de la destilería luzcan con orgullo su madurez en su etiqueta. Así ocurre con el Dewar’s 12 años, el 18 años y con el Dewar’s 15 años que acaban de presentar.
Inspirado en el whisky japonés, el Dewar’s 15 años posee aromas de miel, caramelo y flores, matices potenciados por la maestra Stephanie . Su sobrenombre es The Monarch, por el McLeod famoso cuadro Monarch of the Glen de Sir Edwin que , hijo del fundador Landseer Tommy Dewar de la marca, adquirió en 1916 para, de paso, convertir al venado del lienzo en símbolo de la casa. , bartender campeón de España, Patxi Troitiño profesor de Coctelería en el Basque Culinary Center y responsable de la oferta líquida de la terraza del Akelarre, del hotel Astoria en San Sebastián o del Pub Stick en Rentería, se declara un enamorado de los buenos blended. “Son el resultado de un proceso de alquimia, de mezclar más de 40 variedades para crear algo único”. También celebra las canas en el whisky. “El añejamiento es un proceso que redondea y da mucho carácter a un blended scotch. Y también sirve para otorgarle un color atractivo”, explica. Para Troitiño, un buen whisky como el Dewar’s 15 años debe disfrutarse sin añadidos: “A este tipo de whiskies premium hay que hacerles poca cosa. Lo mejor es tomarlos solos”, reconoce. No obstante, el oficio asoma en una propuesta coctelera idónea para sus matices dulces y florales. “Encaja en un smokey old fashioned. En esta receta colocamos un terroncito de azúcar en la base de un vaso ancho junto a un bitter de cacao y los mezclamos para hacer un puré. A continuación, ponemos el whisky y añadimos un poco de hielo esférico previamente agitado. Habrá soltado un poco de agua, que viene fenomenal porque despierta aromas y sabores en el whisky. Finalmente, coronamos el combinado con un ahumado de barrica y lo servimos”. Una presentación de alfombra roja para un blended con un carácter único.