Vanity Fair (Spain)

JAPÓN ES UNA FIESTA

Los reyes de España, el príncipe Carlos de Inglaterra, los reyes de Holanda y hasta 2.500 invitados de casi 200 países serán testigos el 22 de octubre de la entronizac­ión de Naruhito en el Palacio Imperial de Tokio.

- _SARA. OCÓN

El rebelde Naruhito asciende al trono.

Siempre ha sido un poco rebelde. Naruhito (Tokio, 1960) nació y fue educado para ser emperador, para seguir sin rechistar los ritos y tradicione­s de la monarquía hereditari­a más antigua del planeta. Pero desde que tuvo capacidad de decisión, empezó a romper moldes para tratar de modernizar­la. Su primera salida del guion fue el posgrado que cursó a principios de los ochenta en Oxford. Nunca antes un miembro de la familia real japonesa había estudiado en el extranjero. No solo pasó dos años en Inglaterra. También publicó un libro relatando su día a día en la universida­d, sus viajes por Europa y sus anécdotas de joven príncipe tratando de encajar en el entorno estudianti­l. En estas memorias cuenta cómo aprendió a hacerse su propia colada, sus visitas a pubs históricos o sus escaladas a los tres picos más altos de Gran Bretaña. El futuro emperador se atrevió incluso a copiar a sus compañeros y decoró las paredes de su habitación con pósteres de dos iconos sexuales de entonces: Brooke Shields y Jane Fonda. Durante esa época, a la que se refiere como la más feliz de su vida, mantuvo un estrecho contacto con la familia real británica. Le sorprendió su relajado estilo de vida, detalles como que la reina Isabel II se sirviera su propio té, en comparació­n con la estricta disciplina con la que él creció en palacio.

El pasado 1 de mayo, Naruhito fue coronado como el 126º emperador de Japón en una sencillo acto tras la abdicación de su padre, Akihito, a los 85 años. Y el 22 de octubre, él y su esposa, Masako, recibirán el esperado baño de masas en la ceremonia de entronizac­ión. Japón será el epicentro de la flor y nata de la política y la sociedad internacio­nal. Los reyes de España, Holanda, Bélgica, Bután y Noruega son algunos de los monarcas que han confirmado su asistencia. También el príncipe Carlos de Inglaterra, que ya estuvo en la de Akihito en 1990 acompañado por la princesa Diana. Nadie quiere perderse la ancestral ceremonia ni los banquetes con invitados de todas las casas reales del planeta y representa­ntes políticos de casi 200 países.

Una de las incógnitas en torno a su reinado es el papel que asumirá la emperatriz Masako. El emperador y su esposa se conocieron en 1986 durante una recepción organizada por su padre en honor a Elena de Borbón. La infanta había

DURANTE DOS DÍAS, JAPÓN SE CONVERTIRÁ EN EL EPICENTRO DE LA FLOR Y NATA DE LA POLÍTICA Y LA SOCIEDAD INTERNACIO­NAL

viajado a Tokio para inaugurar una muestra del Greco y se convirtió, sin quererlo, en celestina de la pareja. Naruhito le pidió matrimonio a Masako hasta siete veces y consiguió casarse con ella cinco años más tarde, “dando un paso similar al del rey Felipe, de acercamien­to de la Corona a la sociedad”, según apunta el niponólogo español Alfonso Falero. A Masako, una diplomátic­a de éxito educada en Harvard y sin ninguna conexión con la familia real, le costó mucho aceptar la proposició­n. Temía perder su libertad y renunciar a su exitosa carrera. Sus temores pronto se materializ­aron. Su primer embarazo se vio truncado y en 2001 dio a luz a la princesa Aiko, entonces empezaron las presiones por concebir un hijo varón que desembocar­on en una fuerte depresión. Durante años ha sido conocida como “la princesa triste”, aunque su rotunda presencia en la coronación el pasado mayo ha supuesto un giro en su reputación como representa­nte del pueblo, que poco a poco comienza a confiar en ella.

Por su parte, la princesa Aiko, de 17 años, vivirá la entronizac­ión de su padre sin expectativ­as de sucederlo. Japón instituyó la ley sálica en 1889 para adaptarse a las monarquías occidental­es, quedándose ahora irónicamen­te anticuados y criticados por la discrimina­ción que esto supone.

¿Romperá de nuevo el guion Naruhito y se atreverá a promover un cambio a favor de su hija para adaptar la institució­n al siglo XXI?

Si no lo hace, el trono pasará a su sobrino Hisahito, hoy con 12 años, y único varón de su generación.

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UNA VIDA PARA UN TRONO Un joven príncipe Naruhito juega con sus compañeros de clase en los jardines del palacio de Togu en los sesenta. A la izda., ceremonia de entronizac­ión de Akihito, en 1990, a la que asistieron, entre otros invitados, la princesa Diana y el príncipe Carlos de Inglaterra. Abajo, los nuevos emperadore­s Naruhito y Masako.
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