El tiempo en alta mar
El maestro Ulysse Nardin unió el destino de la casa relojera que fundó en 1846 al de la navegación. Dos siglos después, la leyenda continúa.
La cubierta de un yate de 37 metros de eslora, el sol de septiembre sobre el Puerto de Hércules, champán francés y la mejor gastronomía internacional. El lanzamiento de un reloj de lujo merece una fiesta a su altura, y la del nuevo Marine Torpilleur Monaco Yacht Show Limited Edition de Ulysse Nardin, el pasado 26 en el Monaco Yacht Show de Montecarlo, sin duda lo fue. Desde su fundación en 1846, el visionario Ulysse Nardin ligó el destino de la manufactura al del mar. La precisión de sus relojes era tan indispensable en determinadas operaciones militares que la noticia viajó desde la ciudad suiza de Le Locle, donde Nardin nació y estableció la sede de la compañía, hasta Estados Unidos. Así, si en el pasado los cronógrafos de Ulysse Nardin equiparon a armadas y navieras de transporte marítimo internacional, ahora hace lo propio con las embarcaciones de recreo de lujo. De ahí que la marca escogiera el Monaco Yacht Show de Montecarlo para presentar su nueva proeza.
La reserva de marcha del Marine Torpilleur Monaco Yacht Show Limited Edition es de 60 horas. Es hermético hasta los 50 metros, pero quizá lo más resistente y valioso del cronógrafo es su esfera, realizada con la delicada técnica artesana de esmaltado del Grand-Feu. Una práctica milenaria que consiste en vitrificar minerales a temperaturas que alcanzan los 800 grados centígrados. No todas las esferas aguantan las altas temperaturas, solo las más resistentes.
Además, la firma presentó un modelo inspirado en los exoesqueletos que llevan las personas con distrofia muscular: a través de un resorte que une la caja con el asta se adapta perfectamente a la muñeca. El Exo-Skeleton X, que así se llama el reloj, se subastará en la puja benéfica Only Watch que se celebra el 9 de noviembre en Ginebra, y cuyos beneficios se destinarán a la investigación de esta enfermedad.