COMO la (BIS) ABUELA ESTÉE
Danielle Lauder, la bisnieta actriz de Estée Lauder, lanza una colección de maquillaje inspirada en el ‘glamour’ de los años dorados de Hollywood. ¿Su nombre? ACT IV. ¡Luces, cámara y acción!
Cuando se Danielle Lauder preparaba para las audiciones en la habitación de su apartamento de Los Ángeles no tenía ni maquillador profesional ni la iluminación adecuada. “Necesitaba un maquillaje natural, pero que aportara a la vez un toque de encanto hollywoodiense a mi piel”, ha explicado recientemente. La actriz, que llegó a la capital de la industria cinematográfica después de graduarse en Cine y Teatro en la Universidad de Northwestern (Illinois), decidió lanzar su propia línea de maquillaje, ACT IV. Algo en lo que la bisnieta de
Estée Lauder tiene, desde luego, experiencia. “La colección es la unión perfecta entre mi herencia familiar en el mundo de la belleza y mi pasión por la actuación”, admite la intérprete, que aparece en filmes como Ride, junto a y Wilson,
Helen Hunt Luke o Experimento en la prisión de Stanford, protagonizada por Crudup.
Billy
ACT IV consta de ochos productos entre sombras de ojos, polvos sueltos, iluminadores, labiales, brochas y pinceles. Para el packaging, que imita el mármol del tocador de una estrella del Hollywood dorado, Lauder se ha inspirado “en la red social Pinterest y en su experiencia en la meca del cine”. Aunque sus creaciones ya cuentan con la aprobación de la actriz
Longoria, la modelo o la Eva Karlie Kloss modelo y diseñadora Richie, Lauder
Sofia no se dirige exclusivamente a sus colegas del show business. “Quiero que mis productos ayuden a las mujeres a poner un toque de glamour a su día a día”, dice. Un empeño que ha heredado sin duda de su bisabuela, Lauder.
Estée
“No he llegado donde estoy solo con desearlo, sino trabajando duro para conseguirlo”, reza una de las frases más populares de esta emprendedora que nació en el barrio de Queens a principios del siglo XX, en el seno de una familia de emigrantes húngaros. La inteligente Esty —como la llamaban cariñosamente sus amigos y su esposo, Lauder, con
Joseph quien levantó su imperio de la cosmética— comenzó en la década de los cuarenta, cuando visitaba salones de la ciudad cargada de sus “frascos de la juventud”, como llamaba a sus cremas y fragancias. De niña fantaseó con ser actriz. “Las estrellas son el epítome de la belleza y el glamour”, decía. Su bisnieta Danielle ha hecho realidad su sueño.