Vanity Fair (Spain)

UN PASO ADELANTE

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Los zapatos made in

Italy de la millonaria Adriana Abascal.

Exmodelo, empresaria, y coleccioni­sta de arte contemporá­neo, Adriana Abascal ha aprovechad­o los últimos meses para dar forma a su nuevo proyecto: una marca de calzado fabricada en Italia. Se llama Skorpios, como su signo del zodíaco. Y, por supuesto, tiene un toque muy mexicano.

Me he dado cuenta de que llevo muchos años en esta ambivalenc­ia de tratar de ser elegante, pero al mismo tiempo no quiero caer en lo aburrido”, me confiesa Adriana Abascal (Veracruz, México, 51 años) por teléfono desde su casa de París, donde vive con su segundo marido, el ejecutivo francés Schreder. Un hogar

Emmanuel lleno de obras de arte —Abascal es una importante coleccioni­sta, además de miembro del consejo del

Museo Bass de Miami— que ha decorado con la ayuda del interioris­ta “Él es muy elegante,

Luis Laplace. pero también ama el color, y eso a mí me da la vida. Como persona y como amigo”, me explica la mexicana. Apenas llevamos cinco minutos de conversaci­ón y, como habrán leído, ya ha repetido varias veces una palabra: “Elegancia”. Y es que esta virtud tan codiciada es una de las cosas que más ha tenido en cuenta a la hora de concebir su nuevo proyecto: su firma de calzado, a la que ha bautizado como Skorpios. Lo ha hecho en honor a su signo del zodíaco, del que se suele decir que es magnético, creativo y apasionado. Es, desde luego, su caso.

Además de la elegancia, hay otro elemento fundamenta­l en Skorpios: el país natal de esta exmodelo, que fue Miss México en 1988. “Vengo de una cultura con 30 siglos de antigüedad y mucho color en su propia naturaleza. Tal vez así se explica la intensidad con la que los mexicanos lo vivimos todo”, argumenta la diseñadora, quien en esta nueva aventura ha colaborado con artesanas expertas de la sierra de los estados de Chiapas y Oaxaca, que han aportado una técnica centenaria. Ellas son las autoras del escorpión bordado a mano que adorna la pochette que acompaña cada par de zapatos. Un auténtico objeto de deseo que sirve para algo más que para guardarlos. “Quería adquirir además un compromiso social con mi proyecto”, confiesa.

“GUARDO UNA CHAQUETA

DE YVES SAINT LAURENT

QUE TIENE LA EDAD DE

MI HIJO DIEGO: 16 AÑOS.

TODAVÍA ME LA PONGO.

ESO ES LO QUE QUIERO

LOGRAR CON SKORPIOS”

Sostenibil­idad. Este es otro de los términos que marcará nuestra conversaci­ón. Abascal desea que sus accesorios permanezca­n en el tiempo, por eso ha prestado especial atención a su calidad y a su diseño atemporal. Fabricados a mano en Italia, los zapatos de Skorpios están hechos para durar. Para ilustrar su intención, Adriana alude a la chaqueta turquesa de que

Yves Saint Laurent lleva en esta sesión de fotos. Es de la última colección de en la casa, la de otoño de 2004,

Tom Ford y para su dueña constituye “el mejor ejemplo de lo que me gustaría lograr”. La prenda tiene la edad de su hijo Diego, 16 años, y todavía se la pone a menudo. Para ella, representa “atrevimien­to” y, una vez más, “elegancia”.

Adriana no oculta la emoción por su nueva faceta. Me habla con entusiasmo del modelo Nieves, un stiletto disponible en cinco versiones e inspirado en su íntima amiga, la modelo Álvarez. “Quién

Nieves mejor que ella para llevarlo”, asegura. También le encantaría calzar a la reina Jordania. “Es

Rania de elegantísi­ma”, exclama con su inconfundi­ble acento veracruzan­o. La soberana hachemita tiene, por cierto, nueve modelos para elegir.

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Abajo, Adriana Abascal lleva blusa de Giambattis­ta Valli, falda de MSGM y botas de Skorpios. En la otra página, con su propia chaqueta de Yves Saint Laurent, camisa de Zimmermann, pantalón de Michelle Mason, sandalias de Skorpios y cinturón de pitón vintage.
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