Su ALTEZA REAL la MELENA
“El pelo es el nuevo cutis”, dice Chiara Scuderi, directora creativa de la marca de cuidado capilar I.C.O.N. Por lo pronto, las pasarelas —y no solo— le dan la razón.
La cosa más importante que tengo que deciros hoy es que el pelo importa. Es una lección de vida que mi familia no me enseñó. Wellesley y la escuela de Derecho de Yale también fallaron en ese sentido. Vuestro pelo manda mensajes a la gente. Prestadle atención, porque todo el mundo va a hacerlo”. Quizá no se lo espere, pero esta frase tan rotunda sobre algo en apariencia tan banal como el peinado no la ha pronunciado una modelo, tampoco una influencer: es de Clinton. Una declaración de antes de la pandemia, Hillary así que figúrese lo que diría hoy. Quizá que “el cabello es el nuevo cutis”, tal y como asegura Scudieri, directora Chiara creativa de la marca especializada en cuidado capilar I.C.O.N.
Las pasarelas parecen estar completamente de acuerdo con ella. Para comprobarlo, no tiene más que echar un vistazo a la última edición de la semana de la alta costura de París, donde el diseñador Giambattista Valli ha sorprendido con sus peinados teatrales, inspirados en los editoriales de moda de los años sesenta o en las dos series históricas que se han convertido últimamente en auténticos fenómenos: The Great y Bridgerton.
Para emular a sus protagonistas solo hay un requisito fundamental: un cabello impecable, algo que empieza en el folículo y el cuero cabelludo. Para reactivarlos y reducir la inflamación aplique un aceite —el CBD 1000 de I.C.O.N., por ejemplo—. “El siguiente paso consistiría en devolverle a su estado natural: sano y brillante”, recomienda Scuderi, que prescribe para ello un tratamiento instantáneo como la mascarilla Infussion, o uno superhidratante: Inner Home. Y no se preocupe si no tiene tiempo para bigudíes. Una vez haya dado estos pasos, use un bálsamo antiencrespamiento, cepíllese bien el cabello, hágase una coleta alta con una goma elástica y gírela alrededor de la base antes de pulverizar con aceite seco. A veces, un moño cool y desenfadado basta para sentirse como una reina.