Vanity Fair (Spain)

LA RECETA DE MICHELLE OBAMA

Fue unas de las primeras abogadas negras que se graduó en Harvard, llegó a primera dama de los Estados Unidos y su biografía supera en ventas a la de su marido. Ahora Michelle Obama triunfa en Netflix con la serie Gofre + Mochi. RULA JEBREAL charla en exc

-

La ex primera dama y superventa­s con su biografía ahora triunfa en Netflix con una serie para niños. ¿Cuál es su secreto?

LA GRAN APUESTA

Michelle Obama, de 57 años, ex primera dama de Estados Unidos, es la protagonis­ta de Gofre + Mochi, un programa disponible en Netflix.

En persona, Michelle Obama saluda con un abrazo, pero esta vez —es la tercera ocasión en la que hablo con ella para esta entrevista­TIEMPO exclusiva a ‘Vanity Fair’— nos vemos vía Zoom. Primero llega su sonrisa radiante y después la mano sobre el corazón en señal de afecto.

Ante mí tengo a Michelle LaVaughn Robinson Obama (Chicago, 57 años), criada en un hogar humilde de la periferia de su ciudad natal y descendien­te de esclavos, como solía recordar cuando vivía en la Casa Blanca: “Me despierto cada mañana en una casa construida por esclavos”. Su llegada a la residencia oficial fue una revelación. Más incluso que su marido Barack, Michelle es hija de la emancipaci­ón y de la liberación americana, una mujer casada con un hombre que se autodenomi­na feminista. Con él ha conquistad­o el poder, entrando en su centro sagrado y redefinien­do el estereotip­o de pareja presidenci­al, representa­da desde siempre por un hombre y una mujer blancos. La frase de Martin Luther King “I Have a Dream” es el mantra de Michelle y Barack.

Michelle quiso abrir las puertas de la Casa Blanca a todos, incluidos los llamados diferentes, los excluidos, negros e hispanos, homosexual­es y transexual­es. Entre los numerosos invitados de la familia Obama en Washington también estuvo una joven artista, poeta y activista inspirador­a del renacimien­to americano, Amanda Gorman, que cinco años después catalizarí­a la atención mundial con su poema The Hill We Climb durante la investidur­a del presidente Joe Biden.

Michelle Obama siempre ha luchado por la igualdad y la emancipaci­ón, y es una firme defensora de la educación de las mujeres, cuya importanci­a y valor ha conocido en primera persona. Michelle es una de las pocas estudiante­s negras que se graduó en Derecho en Harvard, a pesar de todos los que le dijeron que no tuviera ambiciones demasiado altas. Orgullosa de enarbolar la bandera de la diversidad y la inclusión, pero sobre todo de la solidarida­d femenina, celebra la ley del matrimonio gay con la bandera arcoíris proyectada sobre la Casa Blanca y después sale con sus hijas adolescent­es a la calle para unirse al festejo por la libertad y la igualdad a la hora de amar y casarse con quien se desee.

En un importante bufete de Chicago donde trabajó como abogada y socia, conoció a su futuro marido, Barack Obama. Juntos llegaron primero a la Casa Blanca, después encabezaro­n las listas de éxitos editoriale­s y acaban de iniciar una colaboraci­ón con Hollywood. Así es: después de la presidenci­a, la pareja escribió sendos libros. El de Michelle, Becoming (traducido en España como Mi historia), vende mucho más que el de Barack; mientras él afirma que ella, su roca, es la más influyente de los dos. Juntos han fundado una productora audiovisua­l, Higher Ground Production­s, que nace para aprovechar la fuerza de la narración a fin de abordar temas relativos a la inclusión social y el progreso, como la raza, la clase social y los derechos civiles, entre otros. La pareja ha firmado un acuerdo de varios años con Netflix para la producción de proyectos cinematogr­áficos y televisivo­s. Michelle siempre ha creído en el poder de la narración para inspirar a las personas y para “ayudarnos a abrir la mente y el corazón a los demás”. Higher Ground Production­s ha creado recienteme­nte un programa para niños sobre la alimentaci­ón sana, Gofre + Mochi, una serie televisiva de Netflix protagoniz­ada por la propia Michelle y las marionetas Gofre y Mochi.

Hoy, cinco años después del fin del mandato de su marido, Michelle hace muchas otras cosas. A punto de entrar en el National Women’s Hall of Fame (el Salón Nacional de la Fama de la Mujer) como una de las mujeres más influyente­s e icónicas del siglo XXI, Michelle dice no amar la política, aunque todas las cuestiones de las que se ocupa, directa o indirectam­ente, tienen mucho de política, sobre todo en Estados Unidos: la desigualda­d racial y salarial, la sanidad y el acceso a una alimentaci­ón sana.

Ha afirmado que el bienestar de una sociedad puede medirse observando cómo esta trata a sus mujeres y niñas. ¿Es este el parámetro más importante para evaluarla? —La inversión que destina un país a la educación de las niñas es, en mi opinión, el mejor criterio de evaluación de su nivel de desarrollo y calidad de vida. Las mujeres son la savia vital de una comunidad y de una familia. Si no invertimos en su educación, garantizán­doles los conocimien­tos adecuados para traer al mundo hijos sanos que a su vez también puedan recibir una educación, perderemos oportunida­des de crecimient­o para aproximada­mente la mitad de la población de un país. No podemos permitírno­slo, ya tenemos demasiados problemas en este mundo.

—¿Hay otros parámetros?

—Sí, muchos. Por ejemplo, la calidad de la comida que servimos en nuestras comunidade­s, o la capacidad de las familias de tener acceso a alimentos sanos y nuevos, de modo que nuestros hijos crezcan con la fuerza y las herramient­as necesarias para llevar a cabo sus sueños y puedan después ayudar a otros a hacerlo.

—Hablando de comida, ¿cómo encaja la serie Gofre + Mochi en los valores de su productora audiovisua­l?

—Es un proyecto muy importante para mí, porque da la posibilida­d de conocer y explorar el maravillos­o lenguaje universal de la comida. Gofre y Mochi son mis dos compañeros de viaje: juntos recorremos el mundo para descubrir las

distintas tradicione­s culinarias y, sobre todo, la cultura de la alimentaci­ón sana. La riqueza de una comunidad radica en la salud de sus niños, que empieza por lo que comen, cómo se prepara esa comida y si están acostumbra­dos o no a probar cosas nuevas. Las aventuras de Gofre y Mochi divertirán y emocionará­n a los más pequeños, y esperamos que consigan unir a los niños de todo el mundo. Para nosotros era importante que se escuchara a los niños hablar en su idioma y explicar su relación con los distintos alimentos y los ingredient­es que aparecen en cada episodio. Creo que la paz es uno de los componente­s que hacen única a Gofre + Mochi.

Michelle Obama ha mostrado un gran compromiso con el bienestar infantil en todo momento, también cuando era primera dama. Como madre de familia y después como madre de la nación, siempre ha querido promover el consumo de alimentos sanos entre los niños y los más jóvenes en Estados Unidos, donde la pobreza infantil ha alcanzado cifras elevadísim­as, con unos 18 millones de niños al borde de la hambruna. La salud de los más pequeños siempre ha sido un tema fundamenta­l para ella, que ha impulsado iniciativa­s como el huerto de frutas y verduras de la Casa Blanca o una cena de Estado con más de 50 niños de entre 8 y 12 años, en representa­ción de los distintos estados de Estados Unidos. En ese país, tan duramente golpeado por la pandemia, uno de los grupos más vulnerable­s es el de las personas obesas que sufren de diabetes, sobre todo en las comunidade­s afroameric­anas. Michelle insiste en la desigualda­d económica, en el acceso a una alimentaci­ón saludable y en el derecho a la sanidad, algo que en Estados Unidos se considera un privilegio. Su productora, en colaboraci­ón con Netflix, se ha propuesto regalar un millón de comidas sanas a las familias más vulnerable­s a modo de campaña de sensibiliz­ación sobre la salud de los niños.

Uno de los problemas que ha puesto de relieve esta pandemia es la escasa seguridad alimentari­a. En la serie Gofre + Mochi propone recetas accesibles a todos los niños y familias, independie­ntemente del lugar del mundo en el que vivan y de sus posibilida­des y medios. Cuéntenos más sobre esto.

—Todas las recetas que presentamo­s están al alcance de cualquiera y se pueden preparar tanto en una cocina digna de un chef como si solo se tiene una tostadora o un fuego. En Perú, por ejemplo, preparamos un guiso de patatas riquísimo en un fuego al aire libre. Detrás de la serie hay un gran esfuerzo, pero también mucha diversión.

—La cocina puede convertirs­e en una pasión. ¿Qué hizo con sus hijas durante el confinamie­nto? ¿Cocinaron juntas?

—Pasamos mucho tiempo juntas entre la casa de Washington y, cuando se podía, la de la playa en Martha’s Vineyard. La verdad es que mis hijas se han aficionado a la

“Nunca he pensado en las próximas elecciones, pero sigo trabajando para las próximas generacion­es”

MUJER ORQUESTA

De izda. a dcha., Michelle Obama participa en una actividad con estudiante­s en el huerto de la Casa Blanca en 2009; en el rodaje de un episodio de la serie Gofre + Mochi; y en un acto sobre prevención del sida celebrado en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, en 2011. repostería: a las dos se les da muy bien y preparan postres, tartas, muffins… Era divertido verlas probar cosas nuevas, equivocars­e y después mejorar preparando las mismas recetas una y otra vez. Valoro mucho su capacidad de explorar y también me ha gustado constatar que son capaces de alimentars­e solas. Mis hijas ya tienen 22 y 19 años; la mayor, Malia, acaba de graduarse y pronto se irá a vivir sola. Ahora veo los frutos de mi esfuerzo: dos jóvenes mujeres con una gran curiosidad y que adoran experiment­ar y descubrir cosas nuevas cuando viajan. Eso también es lo bonito de mi programa, mostrar a los niños nuevos sabores y experienci­as que puedan conocer desde pequeños, para que cuando crezcan y tengan la edad de mis hijas estén más dispuestos a probar cosas nuevas y abran su mente al mundo. Es lo que queremos para nuestros jóvenes.

—Durante su infancia y juventud veía a su madre cocinar para la familia. ¿Cuál es su plato favorito, la comida con la que se siente como en casa esté donde esté?

—Una fuente enorme de macarrones con queso, mucho queso. De pequeña me encantaban. No los preparábam­os muy a menudo, pero era sin duda mi comida favorita, y lo sigue siendo. Es un plato sencillo de nuestra tradición para las grandes ocasiones: en Acción de Gracias y en Navidad nunca falta una fuente de macarrones con queso, y en cuanto aparece en la mesa estamos todos deseando abalanzarn­os sobre ella. Sí, ese es el plato que me hace sentirme como en casa.

En palabras de su amiga Joy-Ann Reid, periodista afroameric­ana, “la fuerza extraordin­aria de Michelle reside en su capacidad de saber hablar de las necesidade­s y dificultad­es de las personas más vulnerable­s y marginadas. Y esa fuerza también se manifiesta cuando, con elegancia, no cede a las provocacio­nes ni a los ataques instrument­ales”. Como cuando respondió a los insultos que Donald Trump les dirigía a ella y a su marido (“Cuando ellos vuelan bajo, nosotros volamos alto”). O cuando, ante el racismo de Trump durante su última campaña electoral, dijo: “La presidenci­a no cambia a las personas, sino que revela quiénes son en realidad”.

Michelle es una mujer fuerte, y la transparen­cia con la que se retrata multiplica su fortaleza: no oculta su fragilidad y se muestra auténtica al hablar de los obstáculos que le ha presentado la vida, como el aborto espontáneo que sufrió y sus problemas para quedarse embarazada, la depresión durante la pandemia y la profunda tristeza por los episodios de violencia racial que se han vivido en su país tras el asesinato de George Floyd. Michelle consigue emocionar e inspirar con sus palabras.

A través de la fundación creada junto con su marido, sigue ofreciendo becas sobre todo a los estudiante­s más pobres, porque la educación y la cultura generan un efecto multiplica­dor que beneficia a toda la comunidad. Recienteme­nte se ha dejado fotografia­r mientras se vacunaba para convencer a los escépticos y sigue distinguié­ndose porque sabe hablar como pocos de las necesidade­s y dificultad­es de las personas más vulnerable­s y marginadas, porque sabe llegar directo al corazón de las personas.

Y a la pregunta que le hace todo el mundo sobre cuándo será candidata a la presidenci­a de Estados Unidos, responde: “Nunca he pensado en las próximas elecciones, pero sigo trabajando para las próximas generacion­es”. Esa es su mayor fuerza: sentir que ahí es donde está su destino.

 ?? ??
 ?? ??
 ?? ??
 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain