Vuelta a los orígenes
VANITY FAIR
El tenor Andrea Bocelli regresa a la religiosidad y a la fe con su nuevo disco: Believe.
UN AÑO DESPUÉS DE SU “CONCIERTO POR LA ESPERANZA” EN EL DUOMO DE MILÁN, ANDREA BOCELLI ATIENDE A PARA HABLAR DE SU NUEVO ÁLBUM: BELIEVE. UNA VUELTA A LA FE Y A LA RELIGIOSIDAD COMO VALORES EN UN ARTISTA PLANETARIO. UNA VOZ SUPERDOTADA QUE SE NUTRE GRACIAS AL AMOR.
Una enfermedad degenerativa lo dejó sin vista cuando aún no había cumplido los 12 años. Desde entonces, el tenor (Lajatico, Italia, Andrea Bocelli 62 años) se dedicó casi inconscientemente a cultivar otros sentidos para ver, sentir y pensar desde el corazón, que conecta directamente con su prodigiosa voz, la más internacional de todo el panorama italiano. Aunque ahora solo cante online. “Desde el siglo IV a. C. remarcaba
Aristóteles la predisposición natural del ser humano a la socialización, ya que nuestra identidad se define en base al prójimo. Vivo esta emergencia inédita y global con preocupación y tristeza. Me afecta la ausencia de contacto con el público y deseo volver pronto a cantar en teatros y anfiteatros. Así es como hacer el
amor sin sexo, porque la música se hace por amor, pero el goce viene con el público, y en Internet esto no existe”, argumenta con resignación.
Mientras prepara la grabación de Otello, y con la idea de encontrar inspiración, Bocelli ve a grandes compositores como o en Puccini Verdi un lado y tenores excelsos como o Caruso Luciano en el otro. “Es el amor, en cada una de Pavarotti sus expresiones. Ahí está la clave. El arte nace de la búsqueda de la verdadera belleza, que sin embargo está en cada cosa y además fatalmente relacionada con el bien”. Y el bien es Believe, su último disco y 17º álbum de estudio, donde ha vuelto a retomar la fe y la religiosidad muchos años después, concretamente desde el totémico Arie Sacre (1999). “La fe es un elemento indispensable en mi vida, un don que siempre intenté proteger porque me sostiene. Sentí la necesidad de realizar un proyecto dedicado al alma porque estamos en un momento en el que es importante la introspección. La fe, a través del rezo, es útil para encontrar la dimensión interior”, relata un artista que ha destacado incluso por importantes participaciones en óperas como Cavalleria Rusticana, Tosca, Il Trovatore, Aida, Romeo y Julieta, Turandot y Carmen, entre otras.
Pero la penúltima sorpresa de su nuevo álbum es un inédito del gran maestro Ennio Morricone, fallecido el año pasado. Bocelli le pone voz al genio que construyó las bandas sonoras más memorables del género spaghetti western, ideado por Leone. “Fue quizá Sergio la última página que dejó escrita antes de morir. Más allá de la belleza del tema, estoy contento y emocionado por su extremo acto creativo, concebido y destinado a las palabras de una invocación cristiana. Me siento orgulloso de poder cantar su Inno Sussurrato, un tema intenso que nace para convertirse en un rezo universal”, espeta con la ilusión de poder cantarlo este verano delante de su gente en las Termas de Caracalla, en Roma, a la vez que lo hará para esas fechas su amigo Plácido en Verona. “Será un evento memorable. Domingo Es un lugar maravilloso en el cual se respira nuestra historia antigua y reciente, ya que hace poco más de 30 años los Tres Tenores inauguraron allí una tipología innovadora: divulgar obras de arte de la lírica y clásicos de la canción”. Uno de ellos fue precisamente Plácido, convertido últimamente en un Caravaggio, un maldito, un Pasolini. Vilipendiado éticamente, sin discernir el hombre del artista. “Hablamos de un gigante de la música. Una voz y una batuta llenas de vida, de sensibilidad e inteligencia musical. Ha donado actuaciones superlativas, inmortales a todos nosotros. Un honor y un privilegio haber cantado con él y ser dirigido por él. También gozar de su amistad. Es un hombre cordial, educado y correcto. Como diría el papa: ‘¿Quién soy yo para juzgarlo?”.
“Me afecta la ausencia de contacto con el público y deseo volver pronto a cantar en teatros y anfiteatros. Así es como hacer el amor sin sexo”
ES UN DON QUE ME SOSTIENE