Memorias de África
Conocemos en la Bienal de Arquitectura de Venecia a sir David Adjaye y a Mariam Kamara, protagonistas de la Iniciativa Artística Rolex para Mentores y Discípulos 2021. ¿Su proyecto? Revolucionar su continente.
El sereno canal de romántica luz” veneciano al que le cantaba Charles Aznavour se colmó el pasado mes de septiembre de arte. ¿El motivo? La 17ª edición de la Bienal de Arquitectura. A una semana de que la ciudad vibrase con la presencia de las celebridades más aclamadas del celuloide —atraídas por el Festival de Cine de Venecia—, pudimos conocer a las figuras que dictan las normas de la edificación y el diseño contemporáneo. Especialmente a los arquitectos sir David Adjaye (Tanzania, 55 años) y
Mariam Kamara (Níger, 42 años), maestro y aprendiz de la Iniciativa Artística Rolex para Mentores
y Discípulos; un proyecto filantrópico que reúne a jóvenes talentos de diferentes disciplinas con profesionales consagrados con el ánimo de crear un plan común y perpetuar el conocimiento. Hablamos con ellos en la terraza del cinco estrellas St. Regis, bajo la mirada de la icónica basílica de Santa María de la Salud, una fila de gondolieri y un par de negronis. “Cuando me llegó el correo de Rolex con la propuesta, lo marqué como spam y lo borré”, nos cuenta divertida Kamara. “No podía creer que me hubieran seleccionado”. La sorpresa fue mayor cuando se percató de que Adjaye —autor del Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericanas de Washington D. C. y del Centro Nobel de Oslo—, su mayor inspiración, sería también su mentor. “Elegí a Mariam por su pasión y su creatividad. Conectamos rápidamente. Ahora la siento como a una hermana”, dice mientras se abrazan. Ambos tienen sus estudios de arquitectura repartidos por todo el mundo —África, Norteamérica, Europa y Asia—, pero su trabajo en común, el Centro Cultural Boubou Hama, patrocinado en su totalidad por la firma relojera, se levantará en Niamey, la capital de Níger y la ciudad natal de Kamara. Rodeada de desierto, la urbe está dividida por un río que separa a “los que tienen de los que no”. El objetivo es unir al pueblo y reivindicar la arquitectura africana, condicionada por el colonialismo. “África necesita urgentemente rediseñar sus ciudades. Recuerdo con vergüenza mi hogar. Una casa construida sin pensar en nuestras necesidades sino siguiendo un modelo ajeno”, dice Kamara. “Edificaremos utilizando materiales locales”, apunta Adjaye antes de añadir que anteriormente “estos eran importados de otros países debido al asfixiante modelo mercantil nacido de la industrialización”. “No tiene sentido comprar recursos a otros países teniendo en cuenta la riqueza del nuestro. Hay un dicho que expresa: ‘El planeta no sufrirá si la humanidad acierta’. Es nuestro deber crear un mundo coherente”, dice haciendo un apunte sostenible. El centro contará con cinco edificios, entre ellos un auditorio, una galería, una cafetería, una biblioteca y varias salas polivalentes. Mientras apuran sus cócteles, el lugar sigue creciendo hasta finalizar sus obras en 2023. “¿Volverán a colaborar tras finalizar el proyecto con Rolex?”, les preguntamos. “Delo por sentado”, dicen al unísono.