Una OBRA de ARTE a MANO
Que dé un paso quien diga que las segundas partes no son buenas. Ejemplo de que se equivoca es la nueva colaboración de Shepard Fairey con Hublot: un nuevo diseño del cronógrafo que ha revolucionado la relojería.
Fruto de su ingenio fue el símbolo más poderoso del triunfo presidencial de Barack Obama: el famoso afiche tricolor titulado Hope. El artista multidisciplinar Shepard Fairey (Estados Unidos, 51 años), conocido popularmente como Obey, presume de su última creación: el Hublot Classic Fusion Chronograph Shepard Fairey. Un modelo que promete ser también un referente. En este caso, de la relojería moderna. De titanio negro en su caja y bisel y con correa de caucho, “este diseño presenta un mandala, que es un emblema de armonía, unidad y plenitud en muchas culturas”, nos explica. “También simboliza los ciclos de la vida y elementos circulares como el sol”. El norteamericano comenzó a colaborar con Hublot en 2018, cuando su amigo Tristan Eaton, también artista, le presentó a Jean-Francois Sberro, presidente de Hublot Norteamérica. “Cuando Jean-Francois me preguntó sobre la posibilidad de colaborar, me ilusioné.
Siempre me entusiasma la posibilidad de trabajar sobre lienzos desconocidos y enfrentarme a nuevos desafíos creativos”. Ambos decidieron crear una pieza que llevase el sello underground de Fairey y la robustez característica de la firma. Así nació el Big Bang Meca-10 Shepard Fairey, el primero de esta sinergia. Ahora, con el Classic Fusion Chronograph Shepard Fairey, pretenden abrir un puente entre diferentes civilizaciones, a la vez que buscan reivindicar la importancia del arte callejero. “Creo que este tipo de expresión artística siempre será relevante. Ya sea con o sin permiso. Noto que los artistas callejeros se han empoderado y han tomado la voz de los problemas sociales; incluido el COVID. Durante la pandemia han sido un poderoso recordatorio de que el arte es una parte valiosa del discurso público”. Y del cambio. Así lo demuestran Fairey y Hublot, que destinarán parte de los beneficios de las ventas a Amnistía Internacional. “Estoy feliz de motivar el cambio”, concluye.