LUNA IK UTA
El verdadero amor es como los fantasmas”, escribió François de La Rochefoucauld en el siglo XVII, porque “todos hablan de él y pocos lo han visto”. Entre los pocos que han visto un fantasma, y tan de cerca como para poder replicar fielmente su aspecto, está sin duda la artista y diseñadora estadounidense de origen japonés Luna Ikuta. En sus obras,
Ikuta compone fascinantes dioramas de plantas translúcidas que se mueven bajo el agua y consigue transmitir la sensación de precariedad y liminalidad que forma parte de toda vida.
En su serie Afterlife la artista extrajo químicamente el color y la clorofila de algunas flores, como crisantemos y girasoles, recogidas en los alrededores de su casa de Los Ángeles, para crear obras temporales que se inspiran en las técnicas del paisajismo acuático y del ikebana, antiguo arte de arreglos florales japonés.
Tras una infancia en un hogar en el que se respiraba la pasión por el arte, Luna Ikuta se abrió camino en el Diseño Industrial. “Me encanta estudiar las limitaciones y propiedades físicas de los materiales. Lo que me alegra al hacer arte es buscar los valores emocionales que atribuimos a ciertas propiedades: peso, color, temperatura, translucidez”, explica. Al principio, confiesa, ni siquiera pretendían ser obras de arte: “Todo partió de mi curiosidad por las propiedades materiales de las plantas, más como un experimento de investigación que como una intuición de artista: no tenía ninguna expectativa de que se convirtiera en un ejercicio artístico”. Pero el arte es como la primavera, no llama a la puerta. Así que, en un proceso que duró “más o menos tres semanas”, Ikuta observó lo que sucedía con las plantas después de eliminar los pigmentos y la clorofila, sin dañar sus estructuras físicas externas, y se dio cuenta de que tenía ante sí la posibilidad de crear cuadros de una belleza y fascinación inexplicables con palabras.
Como experimentadora, Luna Ikuta es también una de las pioneras de los NFT que están revolucionando el mundo del arte, descentralizando la compraventa y reactivando el coleccionismo de objetos digitales: Afterlife entró en este nuevo mercado en
octubre, y el pasado enero Vogue Singapur presentó una colaboración especial con la artista. ¿Son los NFT la solución para una producción artística como la suya, que combina técnicas tan diversas? “El carácter fugaz y transitorio de las obras botánicas es, en realidad, inversamente proporcional al carácter ‘eterno’ de esta tecnología digital. Afterlife huye de las normas de lo que tradicionalmente se considera escultura y arte digital: sin embargo, un mundo tan acelerado e imprevisible como el de los NFT ha sido capaz de otorgarle un cariz cinematográfico”.
Y, en efecto, de todas las complejas emociones que las obras de Ikuta despiertan en los espectadores, no se puede negar que la calma que se experimenta al contemplar la pureza etérea de sus flores fantasma está entre las primeras; pero también hay algo más. Por ejemplo, esa sensación de alteración de lo cotidiano que da el encontrarse ante algo común —como una flor silvestre que se admira durante un paseo— vaciado de su color y de su propio significado, alejado del paso del tiempo en una obra de naturaleza temporal.
¿Qué peso tienen los temas de la vida y la muerte en su producción artística? “Creo que más que hablar de la vida y la muerte, mis obras representan esa zona gris entre ambas. Están hechas para registrar las pequeñas epifanías de lo que realmente significa estar vivo. La mayoría de las veces es difícil comunicarlos y expresarlos, pero como artista quiero aspirar a atraer al mayor número posible de personas, estimulando sentimientos universales”. ¿Y qué es lo mejor de formar parte de la revolución de los NFT y del metaverso? “Estar entre la simulación y la realidad, una situación que permite evolucionar en paralelo a la propia tecnología y elevar la expresión artística”.
Por último, ¿dónde cree que estará todo este nuevo metamundo dentro de 10 años? “No quiero pretender saber hacia dónde va esto. Lo que me interesa es saber que hay un nuevo medio que puede ofrecer nuevas oportunidades y elevar el arte”.