PERSONAL Y POLÍTICO
DE ANA MENDIETA A TERESA SOLAR ABBOUD… EL AÑO ARRANCA CARGADO DE MUESTRAS CON INTERESANTES PROPUESTAS ARTÍSTICAS.
Cuando se celebró el juicio por la muerte de Ana Mendieta en 1985, en el que su marido, el también artista Carl Andre, se enfrentaba al cargo de asesinato, los abogados hicieron todo lo posible por retratarla como una desequilibrada. ¿No era ella una inmigrante llegada a los Estados Unidos desde la ardiente Cuba? ¿No ejecutaba en sus supuestas acciones artísticas unos ritos de santería, todo sangre y violencia, que repugnarían a cualquier persona de orden? Que en realidad Mendieta era una artista conceptual, una intelectual autora de una obra ambigua y profunda, constituía una verdad que resultaba conveniente sepultar. Lo que habría resultado mucho más difícil si se hubiera tratado de un artista hombre, puesto que a las mujeres la irracionalidad se les supone como condición de partida. Con las cartas así marcadas, Andre fue absuelto, dándose por válida la teoría de que Mendieta saltó por propia iniciativa desde el piso 33 del edificio de Manhattan en el que ambos vivían, pero desde entonces los grupos feministas no han dejado de manifestarse cuando a él le dedican una muestra importante, coreando una pregunta: “¿Dónde está Ana Mendieta?”.
Cada vez en más lugares, por fortuna. Después de pasar por el museo MO.CO. de Montpellier, llega al MUSAC de León una gran exposición sobre Ana Mendieta. En los poco más de 15 años que duró su carrera artística, Mendieta desarrolló una obra variada y cambiante que, con algunos elementos comunes (el uso de su propio cuerpo y su integración en entornos naturales), fue transitando de lo particular a lo general, de sus experiencias personales a la experiencia común del ser humano y su relación con la naturaleza. Su práctica abarcó pintura, fotografía, performance, videoarte, land art o body art, a veces fusionados. Y recogió influencias que iban desde el dadaísmo de Duchamp hasta el accionismo vienés, además de las nociones sobre el universo, la vida y la muerte de ciertas culturas precolombinas. Por todo ello se convirtió en uno de los pilares del arte ecofeminista. Así que conviene llegar puntuales a esta cita con Ana Mendieta.
Igual ocurre con las dos exposiciones que se inauguran al mismo tiempo en el CA2M de Móstoles. Como en su día hizo Mendieta, las españolas Teresa Solar (Madrid, 1985) y Asunción Molinos Gordo (Guzmán, Aranda de Duero, 1979) abordan hoy temas complejos como la memoria, la ficción y los relatos históricos desde visiones igualmente complejas y difíciles de clasificar. Molinos Gordo adopta el
Más de 100 obras realizadas a lo largo de la breve pero muy influyente carrera de esta artista nacida en Cuba en el año 1948, emigrada a los Estados Unidos y fallecida trágicamente en 1985 en la ciudad de Nueva York.
lugar minucioso y sistemático de una investigadora, mientras que el trabajo de Solar ha evolucionado desde el vídeo hacia unas características esculturas de gran escala.
Teresa Lanceta (Barcelona, 1951), ganadora del último Premio Nacional de Artes Plásticas, también ha materializado un trabajo rabiosamente contemporáneo, en su caso basándose en antiguas técnicas de artesanía textil, por lo general propias de comunidades femeninas de diversas partes del mundo. Su nuevo proyecto, que podrá verse en el Museo Patio Herreriano de Valladolid, parte de las alfombras y tapices medievales para proponer una auténtica investigación histórica y social. Esta vez, Lanceta ha querido contar con la colaboración de otras autoras como Leonor Serrano Rivas o Ángeles San José, que firman con ella varias piezas y otorgan a la muestra un matiz comunitario.
Ya en otro registro, el colectivo artístico Equipo Crónica aportó al pop art un elemento de feroz crítica política. Frente al ensimismamiento de los artistas abstractos de su época, ellos recurrieron a la figuración, y al humor corrosivo, para hacer patente el siniestro entramado que sustentaba el régimen tardofranquista. Después participaron del espíritu de la transición con un enfoque más gozoso, con frecuentes guiños a otros artistas como Picasso o Léger. Una de las obras que estará en la exposición de la Galería Guillermo de Osma, en Madrid, es un Espectador de los Encuentros de Pamplona de 1972, serie de la que también puede contemplarse un ejemplar en el Museo de Arte Prohibido de Barcelona, donde la calidad de algunos contenidos (Zanele Muholi, David Wojnarowicz, Robert Mapplethorpe) ya justifica la visita. Es un buen final para este recorrido por lo personal y lo político.
Teresa Lanceta es una veterana artista española que ha logrado resultados muy personales con su uso del textil. Para esta muestra, toma como referencia un conjunto de piezas medievales. Abajo, Crónica de una batalla, cortesía de 1 Mira Madrid.
La madrileña Teresa Solar Abboud y la burgalesa Asunción Molinos
Gordo son dos de las mejores artistas españolas de su generación y obtienen sendas exposiciones en uno de nuestros museos más punteros.
El magnate audiovisual Tatxo Benet ha abierto en Barcelona su Museo de Arte Prohibido, que incluye obras tan icónicas como el Piss Christ de Andrés Serrano
(a la izquierda), o el retrato de Mao por Warhol.