ELVIRA LINDO
La escritora y periodista Elvira Lindo (Cádiz, 1962) cerró 2023 con la publicación de En la boca del lobo (Seix Barral), una novela de suspense. En este 2024 continúa celebrando a su marido, Antonio Muñoz Molina, envidiando la vida señorial de su perrita
¿Cuál es su idea de la felicidad perfecta? Un día sin trabajar, comiendo algo rico con mi pareja y sabiendo que los míos están bien. ¿Cuál es su mayor miedo? Que a las personas que quiero les ocurra algo o que sean infelices.
¿Cuál es el rasgo que más le desagrada de sí misma?
La impaciencia. Es irritante para mí y para los demás.
¿Cuál es el rasgo que más le desagrada de los demás?
La antipatía y la mala educación. Suelen ir unidas. Detesto a las personas que no son amables.
¿Cuál es su mayor extravagancia?
Que me gusten las mudanzas.
¿Cuál es su estado de ánimo actual?
Suelo tener ansiedad y la situación actual no ayuda, aunque mi vida íntima compensa esa honda preocupación.
¿Cuál considera que es la virtud más sobrevalorada?
El olfato para el éxito. Las personas que calculan y planean sus éxitos no despiertan mi interés.
¿En qué ocasiones recurre a la mentira?
La mentira tiene sentido cuando la verdad es cruel.
¿Qué persona viva le inspira más desprecio?
Cualquier persona que base su victoria en la matanza de inocentes. ¿Cuándo y dónde fue más feliz?
En mi infancia en Ademuz, el pueblo de mi madre. En el presente, paseando por el campo de Ademuz, con Antonio [Muñoz Molina, su marido].
Si pudiera cambiar una cosa de sí misma, ¿qué sería? Cambiaría la severidad con la que me he juzgado. Sobre todo, cuando era joven.
¿Qué rasgo admira más de un hombre?
El sentido del humor, la dulzura, la bondad.
¿Y de una mujer?
El sentido del humor, la perspicacia psicológica, la bondad. ¿Cuál considera que es su mayor logro?
Haber formado una familia singular y bien avenida.
¿Dónde le gustaría vivir?
Aquí y allá. Soy culo de mal asiento.
¿Cuál es para usted la máxima expresión de la miseria? Una persona desahuciada, sin techo.
¿Cuál es su pasatiempo favorito?
Cocinar y que me lo celebren. No cocino para mí.
¿Cuál es su rasgo más característico?
Saber escuchar.
Si fuese a morir y pudiera reencarnarse, ¿qué sería?
Yo me reencarnaría en mi propia perra, Lolita. Lleva una vida de señora mayor caprichosa absolutamente envidiable.
¿Quién es su héroe de la vida real?
La persona que más admiro es Antonio. Tuvo que enfrentarse a las contrariedades desde niño con una entereza que me asombra y me conmueve. Y todo sin alardear de su esfuerzo.