LO QUE EL AÑO PASADO ME ENSEÑÓ
Anualmente anoto algunas ideas y conocimientos perfectamente prescindibles que me han ayudado de un modo u otro a ser mejor (o al menos a no ir a peor). Aquí las de 2023.
D“De las pequeñas experiencias construimos catedrales” —Orhan Pamuk. Hay que ser muy estoico para aguantar a los estoicos. Poca gente más graciosa que Tim Robinson. Aférrate al proceso creativo en tres pasos de Phoebe Waller-Bridge: “Pánico. Pánico. Esperanza”. Lee libros oscuros en sitios luminosos y libros luminosos en lugares oscuros. El gimlet de Del Diego. Cuando pienses que llevar unos calcetines irónicos puede que sea un detalle divertido, acuérdate de que así empezó Bodín, la mascota de las bodas de Pantomima Full, y ya no pudo salir de esa espiral. La discreta y sutil aureola de Santa Casilda de Zurbarán en el Thyssen. Remedios rusos contra la resaca (de Cinco inviernos, de Olga Merino): sauna, pepinillos (beberse la salmuera que los conserva), el principio hipocrático “lo similar se cura con lo semejante” (es decir, un poquito de cerveza o de vino) y un plato de sopa (la sopa lo cura todo). Está muy bien cuidar la salud mental, pero tampoco te tires el pisto psicoanalizando a la gente y lanzando a la ligera diagnósticos que luego quedan como etiquetas porque, sorpresa, no eres doctor (y si lo eres tampoco lo hagas en tu tiempo libre y sin cobrar). Leer novelas a veces te hace sentir enfadado, temeroso, incómodo, violento, insatisfecho o desesperado (y es maravilloso). Vivir bien es la mejor venganza, ya lo decían Seinfeld, R.E.M. y Calvin Tomkins. “Primero empecemos por una cuchara, luego ya hablamos de hacer una espada”, un profesor de Tecnología. Relee a Nick Cave a propósito de la coronación de Carlos III. “Os quiero mucho, pero no sois gente seria”, de Logan Roy en Succession, vale para cualquier amigo y cualquier contexto. La frase del topo en Fantastic Mr. Fox, “No sé de qué estás hablando, pero suena ilegal”, me ha salvado de muchos líos. El capítulo del traje y el primo en The Bear. Tres principios de branding (y para la vida): 1) Lo clásico nunca muere. 2) Lo que defiendes es más importante que lo que vendes. 3) La autenticidad habla y vende por sí misma.
Nunca digas en un restaurante que eres amigo del dueño. “Antes de tomar una decisión final, toma medidas nueve veces y corta solo una vez”. Lee a Philip Larkin y su poema En la hierba. Si te gusta masticar los hielos de tu bebida, no vayas al cine. Cuando alguien pone en alto un vídeo en su móvil en un tren, empiezas a comprender que Agatha Christie escribiera Asesinato en el Orient Express. Vuelve a ver The Holdovers. Si alguien te pide un número de teléfono de una persona, no preguntes luego para qué lo quiere (es como preguntar “¿A qué piso va?”).
Recuerda la paradoja del principio de asimetría de la mentira: “La cantidad de energía necesaria para refutar una mentira es de una magnitud mucho mayor que la que implica producirla” (Alberto Brandolini). Los waffles son superiores a las tortitas porque tienen trampas para el sirope. Jacarandoso: hay que decirlo más. Rothko —“Pinto cuadros muy grandes porque quiero ser íntimo y humano. Pintar un cuadro pequeño significa situarte fuera de tu propia experiencia, como si la vieras a través de un estereoscopio o de un microscopio. Sin embargo, si pintas cuadros grandes, tú estás dentro. No es algo que tú impongas”—: a veces más es más. La maleta es inteligente proporcionalmente a la seguridad en uno mismo, decía Giorgio Armani, lo cual explica mis penosos equipajes y todas mis maletas fallidas. “La perfecta felicidad es el privilegio de decidir cuándo terminan las cosas” —Sarah Manguso. Sé agradable y trabaja duro. Escucha. Comparte lo que lees.
“OS QUIERO MUCHO, PERO NO SOIS GENTE SERIA”, DE LOGAN ROY, VALE PARA CUALQUIER AMIGO