BARCELONA: SIESTA Y COMILONA
SI SOLO DISPONE DE 48 HORAS EN LA CIUDAD CONDAL, LE ANIMAMOS A VISITAR DOS HOTELES MUY DIFERENTES. ELIJA ENTRE LA ALEGRÍA DE LA LUZ O LA INTIMIDAD DE LO TENUE. ¡O PRUEBE AMBOS!
➻ BARCELONA La vida monacal, en lo que a relax se refiere, parece la vida mejor. La fachada del Hotel Neri Relais & Chateaux invita a fantasear con ese silencio trascendental. Concretamente la que da a la plaza de Sant Felip Neri, a cuya iglesia iba a rezar a diario el arquitecto Antoni Gaudí. Este edificio es el resultado de la unión en el siglo XVIII de dos palacios, uno de ellos de estilo medieval. Sin embargo, su interior vibra de modernidad tanto en su disposición como en sus instalaciones y su decoración. Y si piensa que por ser un castillo se encontrará en un entorno lúgubre, se equivoca. El estilismo está pensado para que la calidez y la luminosidad acompañen al húsped en cada estancia. Dispone de 28 habitaciones, suites y villas. Estas últimas, con solárium, piscina y vistas al Barrio Gótico y a la catedral. A la hora de dormir, el menú de cama permite a los huéspedes elegir entre sábanas de algodón, satén o lino, así como las almohadas. Como sugeríamos, el descanso es prioritario. En cuanto a lo gastronómico tiene dos opciones que atraen a peregrinos y habituales: el restaurante “a” y el Roba
Estesa. El primero cuenta con varios menús degustación de productos de la zona. El segundo, situado en la azotea del hotel, está rodeado de plantas y música, desde rumba catalana hasta el mejor jazz. Si todo esto no es un milagro, que baje Dios y lo vea.
➻ BARCELONA Siéntese en los salones del Wittmore Hotel y dedíquese a la contemplación. Cierre los ojos e inspire el olor de la madera de sus estanterías, de los libros que las ocupan y del tartán de sus textiles. Sentirá que está en un club británico, quizá vigilado por Sherlock Holmes o siendo parte de la figuración de alguna hipotética película de Matthew Vaughn, con la particularidad de que también se encuentra en el corazón del Barrio Gótico de la Ciudad Condal. Este hotel cinco estrellas gira entorno a un jardín vertical interior de seis plantas, una disposición diseñada por el estudio de arquitectura Ballarín-Grinyó con la colaboración de la interiorista Pilar Líbano. Solo tiene 24 habitaciones —más que suficientes para descansar y no perder la intimidad— en un concepto de lujo discreto y sobrio. Aún más si se entiende que este sitio, destinado exclusivamente para un público adulto, orienta todas sus ventanas al mencionado vergel artificial. Si quiere ver el skyline de la ciudad, suba a la última planta. Allí encontrará una luminosa azotea (con piscina) donde tomar algunos cócteles y divisar el mar en la lejanía. Eso sí, en su ruta por el edificio no olvide visitar Contraban, el restaurante más emocional del chef Alain Guiard; un referente culinario en España, Francia y Suecia. Pídase unas ostras, una carrillera de buey, una polenta y… ¿un earl grey? _