ADIÓS, ENRIQUE
ENRIQUE IGLESIAS CONFIRMA SU RETIRADA (A MEDIAS) DE LA MÚSICA: NO HABRÁ MÁS DISCOS, PERO SEGUIRÁ CON CONCIERTOS Y SINGLES.
Final, volumen 2 es el nombre del que será el último disco de Enrique Iglesias (Madrid, 1975) tras tres décadas de carrera. Y llega al ritmo habitual del cantante, tres años después de la primera parte de esa despedida, en 2021. En ese tiempo, el artista ha demostrado que el final de su discografía no implica ni mucho menos el de su carrera. Recientemente estuvo de gira con su buen amigo Ricky Martin y Pitbull en el Trilogy Tour, a mayor gloria de los tres artistas y con tanto éxito que se ha prorrogado hasta un total de 37 fechas por América. En una de sus últimas entrevistas, Iglesias garantizaba que el retiro sería solo de los estudios. El mundo, decía, ha cambiado y el formato largo cada vez le parecía menos atractivo. Una decisión complicada para alguien que ha vendido más de 180 millones de discos desde su debut en 1995: Enrique Iglesias.
➻ EL FUTURO
Sumando las cifras de ventas, las giras (con o sin Ricky Martin, habitual compinche del hijo de Julio Iglesias) y los negocios que maneja fuera del mundo de la música (es socio desde hace años de Pau Gasol y Rafa Nadal en la cadena de restaurantes Tatel), la decisión de abandonar los álbumes tampoco parece excesivamente perjudicial para sus intereses. En noviembre del año pasado contaba en una charla de Instagram con sus compañeros de gira que esto no significa el final de su música: “Nunca voy a dejar de escribir canciones”, contaba, asegurando que tiene la puerta abierta a sacar singles y colaboraciones, pero que en todo caso su 12º álbum será el último.
La decisión tiene también otra explicación: Iglesias es un animal de escenario, con una legendaria reticencia a entrar en el estudio. Hasta el punto de que esa despedida iniciada en 2021 tenía previsto salir inicialmente en 2017. Su carrera está marcada por una primera parte aceleradísima (siete discos en ocho años, alternando el inglés y el español y ventas de entre 4,5 a 12 millones de copias por álbum) y una calma a partir de ahí que lo ha llevado a dejar pasar entre cuatro años por disco hasta los siete que transcurrieron de Sex and Love a la primera entrega de Final.
Puede que la explicación esté en algo que le sucedió en 2001 al grabar el videoclip de Escape junto a la deportista de moda de aquella época: Anna Kournikova. Por entonces, el hijo de Isabel Preysler había tenido relaciones fugaces con estrellas como Christina Aguilera y la tenista rusa se planteaba dejar el tenis (lo haría en 2003) por problemas de espalda. “Aquel vídeo cambió mi vida de manera inimaginable”, contaba Iglesias el pasado octubre a People, en una de las escasísismas veces que se ha pronunciado sobre su vida privada.
➻ DE BAILAMOS A LA PATERNIDAD
El flechazo de Escape dio inicio a una relación que se ha prolongado hasta nuestros días. Siempre celosos de su intimidad, ni siquiera hoy se sabe con certeza si llegaron a casarse, aunque sí que son padres de tres niños: los gemelos Lucy y Nicholas (nacidos en 2017, lo que explica en parte por qué Iglesias retrasó esa despedida) y la pequeña Mary, que llegó en 2020. La paternidad cambió a Iglesias, quien decidió “disfrutar cada día” con unos pequeños que hasta tienen canción favorita de su padre (I Like It, junto a Pitbull, de 2010) y apartarse de la rueda disco-promoción-gira. También del recuerdo de su padre: Iglesias empezó su carrera musical en secreto, a escondidas de Julio, provocando una tensión que llevó a que padre e hijo se distanciasen y a que Enrique empezase su vida lejos del hogar paterno. La división se hizo evidente en 1998, cuando su padre le dejó un recado sobre el escenario de los American Music Awards al recoger un premio al que los dos estaban nominados: “Mientras yo esté sobre un escenario”, aseguraba Julio, “seguiré compitiendo contra mis hijos”. El declive del mercado discográfico también influye. Salvo Taylor Swift, que vendió 17 millones de discos en 2023 (¡y cuatro millones de ellos en vinilo!), pocas figuras han aguantado el paso de la música al ecosistema digital como artistas superventas. Incluso así, la cifra de discos vendidos, que antes señalaba el éxito, ya no es el parámetro de referencia a la hora de juzgar la popularidad de las superestrellas: Swift tuvo 26.100 millones de reproducciones de sus canciones solo en Spotify en 2023. La música ya no está en los discos.