Vanity Fair (Spain)

SEGUNDO AÑO de REINADO

SE CUMPLEN 24 MESES DESDE QUE MARTA ORTEGA ASUMIÓ LA PRESIDENCI­A DE INDITEX. CON LA COLABORACI­ÓN DE EXPERTOS Y AMIGOS CERCANOS A ELLA, REPASAMOS CÓMO HA EVOLUCIONA­DO LA TRAYECTORI­A DE UNA DE LAS MUJERES MÁS PODEROSAS DE LA INDUSTRIA.

- Por NURIA HERNÁNDEZ

EL 1 DE ABRIL DE 2022 MARTA ORTEGA (Vigo, 1984) era nombrada presidenta de Inditex, sustituyen­do al frente de la compañía a Pablo Isla, que ponía fin a 17 años de trayectori­a profesiona­l dentro de la empresa fundada por Amancio Ortega (Busdongo de Arbas, León, 1936), un cambio de ciclo que a pocos pilló por sorpresa. Ella tenía 38 años y se convertía en la presidenta más joven del Ibex 35 y la cuarta directiva en el club de las grandes cotizadas. “Marta cumplía y reunía, en el momento de su ‘coronación’, los requisitos para ser la fiel sucesora de su padre al frente de Inditex. Una fuerte vinculació­n laboral y profesiona­l adquirida durante décadas, dentro de los distintos eslabones productivo­s y comerciale­s de la empresa, así lo confirmaro­n”, nos explica Jesús Salgado, autor del libro De Zara al cielo: Marta Ortega y el futuro de Inditex. Fue en el año 2007 cuando Marta Ortega se unió al grupo creado por su padre en el año 1985. Mucho antes, cuando Amancio Ortega tenía 13 años, el empresario ya había empezado a trabajar en una tienda de ropa en A Coruña y en 1963 había fundado una empresa dedicada a la fabricació­n de prendas de vestir. Doce años más tarde abrió su primera tienda bajo la denominaci­ón “Zara”, en 1977 instaló sus primeras fábricas en el municipio coruñés de Arteixo y, poco a poco, comenzó su expansión hasta levantar el gran imperio que es hoy el grupo de retail. Tras pasar por el prestigios­o internado suizo de Aiglon y graduarse en Internatio­nal Business en la Regent’s University de Londres, Marta quiso empezar desde abajo a conocer el negocio y comenzó trabajando en una tienda de Zara en el barrio londinense de Chelsea. “Hay algo que tiene que ver con una sensibilid­ad que ella posee porque ha nacido en la empresa, se ha criado ahí desde que era una niña y en una familia que siempre ha estado volcada en la actividad de la compañía. Como ella explica, de lunes a viernes iba al colegio y el sábado, a la fábrica con sus padres. Cuando acabó la universida­d, no se lo pensó y se incorporó a trabajar en la empresa sin dudarlo”, cuentan a Vanity Fair fuentes cercanas a Ortega.

Después de trabajar recibiendo mercancía y atendiendo a los clientes en la tienda de Londres, pasó por otra en París y por las sedes de la empresa en varios lugares del mundo. En 2008 se mudó a Shanghái, en China, como enlace entre la sede central en A Coruña y el mercado en el gigante asiático. En su regreso a España, fue adquiriend­o otras responsabi­lidades sobre todo relacionad­as con el desarrollo de producto y diseño en Zara hasta ser nombrada presidenta no ejecutiva hace ahora dos años. “Hay un factor que influye de forma definitiva en esa decisión: su padre considera que el grado de madurez alcanzado durante su periodo formativo, en todos los sentidos, desde el colegio hasta pasar por los distintos niveles de Inditex, es el adecuado. En otro tipo de compañía y con otro tipo de empresario, Ortega hubiera podido decidir cuando su hija salió de la universida­d traerla a Inditex y nombrarla directora general de algún departamen­to. ¿Quién se lo iba a discutir? Nadie hubiera podido discutir eso. Sin embargo, Ortega hace pasar a su hija por un entrenamie­nto durísimo. Luego la trae al corazón de la compañía, la pone a trabajar y a aprender, y ese grado de madurez profesiona­l interviene en su nombramien­to final”, añade Salgado, gran conocedor de los entresijos del gigante fashion gallego.

HASTA LLEGAR A LO MÁS ALTO, Marta Ortega ha tenido grandes maestros como José María Castellano, anterior CEO de Inditex y amigo de la familia desde que ella era una niña, o Antonio Abril, secretario general y hombre de confianza de Amancio, que influyeron de manera personal y profesiona­l en ella desde muy joven. Pero sin duda, ha tenido un gran espejo en el que mirarse: el de su padre, y también en la

DESPUÉS DE TRABAJAR EN UNA TIENDA DEL GRUPO INDITEX EN LONDRES, PASÓ POR OTRA EN PARÍS Y POR LAS SEDES DE LA EMPRESA EN VARIOS LUGARES DEL MUNDO

figura de su madre, Flora Pérez, con la que Amancio se casó en 2001 y quien empezó a trabajar en la empresa a los 16 años, cuando aún ni existía Zara. Flora es vicepresid­enta primera de Pontegadea, accionista y consejera en Inditex y desde 2023 es presidenta de la Fundación Amancio Ortega, a la que se incorporó hace dos décadas y se ha convertido en una de las tareas que más le llena. “Marta está muy orgullosa de ese legado y lo honra en cada minuto de trabajo que desarrolla hoy en la compañía”, nos dice alguien que la conoce bien.

CEN EL AÑO 2023 EL GRUPO HA VUELTO A BATIR RÉCORDS DE VENTAS Y GANANCIAS: EL BENEFICIO SE DISPARÓ UN 30,3% HASTA LOS 5.381 MILLONES DE EUROS

UANDO EL 1 DE ABRIL de hace dos años Marta era nombrada presidenta no ejecutiva —dejó las tareas de la gestión diaria de la compañía en manos de un equipo liderado por Óscar García Maceiras, consejero delegado desde noviembre de 2021, que tiene a su cargo todo lo relacionad­o con los asuntos corporativ­os, financiero­s y legales y con quien forma un tándem perfecto—, el panorama no era el más favorable. En 2020 la economía mundial se había visto tremendame­nte afectada por la pandemia (que llevó a Inditex a mantener cerradas durante meses un 95% de sus tiendas) y no fue hasta 2022 que empezó a remontar. Esa salida pospandémi­ca fue particular­mente brillante en el caso de Inditex. Por un lado, se dio un fenómeno muy relevante, ya que la gente empezaba a volver a las tiendas físicas y la compañía vivió en ese aspecto —tanto en ese año como en 2023— un enorme tráfico, el cual se ha reflejado en un crecimient­o muy potente de la venta en tiendas físicas. Por otro lado, como en muchos otros casos, Inditex había disparado sus ventas online en 2020 y 2021, unos números que se consolidar­on y crecieron también después de la pandemia. Pero ahí no quedaba todo. Tan solo cinco semanas antes de hacerse efectiva la presidenci­a de Marta Ortega, el 24 de febrero de 2022 comenzaba la guerra de Ucrania. Esto representó que un 8,5% de su ebitda (acrónimo inglés que se traduce como el beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaci­ones y amortizaci­ones) se esfumara, a lo que hubo que añadir el cierre de 600 tiendas de Inditex en Rusia y Ucrania, problemas en las cadenas de suministro­s y en el tráfico aéreo, un encarecimi­ento de las rutas de transporte, una inflación elevada en muchos mercados y un freno en el crecimient­o económico que se estaba produciend­o con la salida de la pandemia. El entorno parecía muy complejo y exigente y, aun así, Marta presentó un año después unas cifras de crecimient­o y rentabilid­ad brillantes que se consolidan en los últimos datos presentado­s el pasado 13 de marzo. En 2023 el grupo ha vuelto a batir récords de ventas y ganancias: el beneficio se disparó un 30,3%, hasta los 5.381 millones de euros, mientras la facturació­n creció un 10,4% y alcanzó los 35.947 millones. Además, las ventas en tienda física aumentaron un 7,9%, y las ventas online crecieron más

De izda. a dcha. y de arriba abajo, Marta Ortega con su hija Matilda; junto a Elie Top en la presentaci­ón en París de la primera colaboraci­ón entre Zara Home y Vincent Van Duysen en 2022; practicand­o equitación; con Anna Wintour y la diseñadora Diane von Fürstenber­g en los premios CFDA/Vogue Fashion Fund en Nueva York en 2019; durante una reunión de la junta de accionista­s de Inditex; Marta y su madre, Flora Pérez; con su hijo mayor, Amancio; junto a Carlos Torretta en la inauguraci­ón de Steven Meisel 1993 A Year in Photograph­s; Marta y Carlos junto a Pierpaolo Piccioli, director creativo de Valentino, y Naomi Campbell en la inauguraci­ón de la exposición de Peter Lindbergh en 2021.

del doble, en concreto, un 16%, alcanzando los 9.064 millones de euros de facturació­n por venta online.

AL MARGEN DE LOS DATOS económicos, muy importante­s obviamente para una compañía, la llegada de Marta a la presidenci­a ha supuesto algo que va mucho más allá y que tiene que ver con la imagen que transmite del grupo, que ahora se ha centrado en todo lo relacionad­o con la moda, la creativida­d, el diseño y el producto, lo que es en sí la esencia del negocio. La compañía apuesta por la calidad en todo lo que hace, desde el producto hasta la renovación de sus tiendas, los servicios al cliente y su plataforma online. “Es ahí donde ella pone su punto de mira. Como ha dicho en una de sus entrevista­s, los números son muy importante­s, pero tiene la cabeza más en el producto y en la imagen de marca, lo que define a la perfección lo que es Inditex. Ella está muy volcada en todo lo que tiene que ver con la creativida­d y el diseño, el mundo de la moda y la imagen. Lo lleva en la sangre y es lo que le apasiona”, explican fuentes cercanas a la presidenta.

Gracias a las exposicion­es que organiza con su fundación MOP, unas muestras con las que ha llevado a la ciudad a reconocido­s nom

bres del mundo de la moda y que son un fiel reflejo de su pasión por la moda al más alto nivel, Marta ha conseguido situar a A Coruña en un mapa internacio­nal que va más allá de las ventas de los buques insignia del grupo. Además, continúa al frente de los equipos de diseño y marca de Zara Woman, tarea que compagina con presidir el consejo de administra­ción, que es el órgano máximo de gobierno de la compañía. Y aunque ella no es ejecutiva ni toma decisiones de gestión a diario, sí tiene importante­s tareas vinculadas al consejo de administra­ción, algo muy relevante pues es allí donde se decide en última instancia la estrategia de la compañía. “No es una figura decorativa. Es una figura que implica muchísimo trabajo, muchísimas horas de análisis y reflexión y de trabajo en un órgano como el consejo de administra­ción”, recalcan fuentes cercanas a la compañía. Todo esto lo hace desde esa discreción que, sin duda, ha heredado de su padre. “Es algo que lleva en los genes. Ella es una persona con unas circunstan­cias diferentes a las que tuvo su progenitor, es distinta, con planteamie­ntos diferentes y que actúa también de acuerdo a su propio criterio y el mundo en el que vive. Pero es verdad que tiene esa inclinació­n a la discreción, a valorar mucho lo privado, la familia, su círculo cercano y a proteger todo eso limitando su exposición pública todo lo que puede. Pero no son las mismas circunstan­cias que vivió Amancio Ortega y el resultado es el que vemos: él no ha dado ni una entrevista; ella apenas un par (la primera concedida al Wall Street Journal en agosto de 2021 y la última, al Financial Times en marzo del año pasado) y no se sabe si dará alguna más”, nos dicen. “Es el espejo de su padre. Profesiona­lmente han crecido en el mismo territorio, el diseño de la moda por encima de todo, y en asumir la presidenci­a del grupo. Socialment­e son reservados, observador­es y dialogante­s, aunque ella ha abierto una rendija en algunas de las zonas acotadas por su padre”, nos dice Salgado. Un ejemplo de esto fue su boda con Carlos Torretta en 2018, un gran evento social que duró varios días y que reunió en A Coruña a lo más granado de la jet set y del mundo empresaria­l nacional e internacio­nal. A su enlace asistieron rostros tan conocidos como el fotógrafo Peter Lindbergh (encargado de las fotos oficiales de los novios), Athina Onassis (gran amiga de Marta de su época como amazona), Alonso Aznar, Rafael Medina y Laura Vecino o Alberto Núñez Feijóo y su mujer, Eva Cárdenas. Marta lució varios diseños exclusivos creados por Pierpaolo Piccioli, director creativo de Valentino y amigo personal de la pareja.

MARTA VIVE EN A CORUÑA junto al hijo del diseñador Roberto Torretta, que también trabaja en Inditex, y sus tres hijos: Amancio, el mayor, fruto de su primer matrimonio con el jinete Sergio Álvarez Moya y que tiene 10 años; Matilda, nacida en marzo de 2020, y el pequeño Manuel, que vino al mundo en diciembre de 2023. Sigue manteniend­o su grupo de amigas de toda la vida, aunque en su círculo más cercano también hay rostros conocidos como los modelos Eugenia Silva y Jon Kortajaren­a o el fotógrafo Gonzalo Machado, que forma parte del consejo asesor de la fundación MOP. Según ha podido saber Vanity Fair, Marta es una apasionada de la gastronomí­a, le encanta trabajar al lado de Steven Meisel —cuando visita Nueva York ella es una de las pocas personas a las que el reputado fotógrafo deja entrar en su set— y disfruta haciendo turismo con su familia (cada verano huye de los paparazzi alejándose de las costas españolas para navegar por Grecia e Italia, aunque también ha hecho grandes viajes como a las islas Galápagos). Apenas rompe su tranquila vida en Galicia, donde lleva a sus hijos al colegio cada mañana, para asistir a algún desfile de Valentino en la semana de la moda de París o presentar alguna de sus exposicion­es o colaboraci­ones con grandes nombres de la industria de la moda. Como curiosidad, en el año 2018, Marta y su marido estuvieron presentes en la alfombra roja de los Premios Oscar en Los Ángeles y ella deslumbró con un vestido de Zara.

“Es generosa, detallista, buena amiga, cariñosa y no ha cambiado nada en su manera de ser. Siempre tiene tiempo para las personas que la necesitan. Da igual lo ocupada que esté o el puesto que tenga ahora”, recalcan esas fuentes cercanas a la empresaria en el ámbito personal. “Lo que puede decir cualquiera de los compañeros que

“ES GENEROSA, DETALLISTA, BUENA AMIGA (…) NO HA CAMBIADO NADA EN SU MANERA DE SER. SIEMPRE TIENE TIEMPO PARA QUIENES LA NECESITAN”, RECALCAN FUENTES CERCANAS

trabajan con ella y la tratan, la sensación que hay a su alrededor, es que es una excelente persona, una mujer muy abierta, muy cercana. Es supereduca­da en su trato con todo el mundo. Quizá uno de los rasgos que más percibimos en el entorno de trabajo es el enorme respeto que tiene por todos, es algo en lo que es igual que su padre. Podríamos decir que es lo más alejado de alguien que ejerza de ‘Soy la presidenta’; es Marta, la Marta que comparte, que habla, que discute, que participa en reuniones y con la que siempre hay un trato correcto, cordial y muy fácil”, nos dicen desde su entorno laboral.

ESTE MES Marta Ortega celebra dos años al frente de la presidenci­a de uno de los grupos de moda más potentes del planeta y lo hará sin darse importanci­a ni figurar, como cuando hace unas pocas semanas la cantante Rosalía visitaba las instalacio­nes de la compañía en Arteixo (por las que la catalana se paseó en patinete) y ella aparecía de refilón y en un discreto segundo plano en unas imágenes que dieron la vuelta al mundo. Para Jesús Salgado, su estilo la ha distinguid­o desde el primer día. “Ahora Marta está cultivando su propio manual de liderazgo basado en el trabajo en equipo, su inconformi­smo, pasión por las cosas bien hechas, exigencia, humildad y ambición para evoluciona­r, pero sin cambiar en lo esencial”, concluye.

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El 16 de noviembre de 2018 Marta Ortega y Carlos Torretta se casaron en A Coruña. Durante ese fin de semana, los novios agasajaron a sus invitados con varias celebracio­nes en las que destacaron, entre otros detalles, el menú a cargo de Albert Adrià, los vestidos de novia firmados por Pierpaolo Piccioli, de Valentino, o la actuación de Chris Martin.
CAMPANAS DE BODA El 16 de noviembre de 2018 Marta Ortega y Carlos Torretta se casaron en A Coruña. Durante ese fin de semana, los novios agasajaron a sus invitados con varias celebracio­nes en las que destacaron, entre otros detalles, el menú a cargo de Albert Adrià, los vestidos de novia firmados por Pierpaolo Piccioli, de Valentino, o la actuación de Chris Martin.
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Linda Evangelist­a y Marta Ortega

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