SALTO GENERACIONAL
Las bodegas y los caballos están históricamente ligados al apellido Domecq, pero las nuevas generaciones pre ieren el arte, la moda o la decoración.
SON UNA DE LAS GRANDES DINASTÍAS andaluzas. Decir en alto el apellido Domecq es pensar automáticamente en bodegas jerezanas y caballos o concursos hípicos, pero no todos en la extensa saga que ha contribuido a lo largo de los años con sus productos y marcas a la prosperidad del Jerez (y de Jerez) han optado por seguir con las tradiciones familiares. Quizá las más conocidas dentro de este amplio entramado genealógico son las hijas de Sandra Domecq Williams: Alejandra, Eugenia, Claudia y Ana Cristina. La madre de las jóvenes, fallecida en 2004, era hija de Beltrán Domecq González y Ana Cristina Williams, ambos pertenecientes a estirpes bodegueras de la ciudad gaditana. Sandra saltó a la fama tras casarse con Bertín Osborne, hijo de Enrique Ortiz López-Valdemoro, conde de Donadío de Casasola y conde de las Navas, el 9 de julio de 1977 en la iglesia de San Miguel de Jerez de la Frontera. Sus tres hijas en común (Alejandra, Eugenia y Claudia) han llevado un perfil bajo hasta hace no mucho tiempo. La mayor se dedica al interiorismo y asesoramiento creativo y de imagen y ha colaborado con varios proyectos hosteleros. Estuvo casada con Joaquín Buendía, con el que tuvo tres hijos. Se separó en 2017. Eugenia se dedica al mundo de las redes sociales como influencer y coach nutricional. La hija mediana de Sandra Domecq se separaba en 2021 de Juan Melgarejo tras 14 años de relación y tres hijos en común. Su hermana Claudia, que estudió Empresariales pero se dedica al mundo del coaching desde hace varios años, protagonizó una gran boda en Jerez en octubre de 2021 cuando se casó con José Entrecanales, hijo de José Manuel Entrecanales, presidente ejecutivo de Acciona, y María Carrión, vicepresidenta de la ONG Músicos en Acción. Con él tiene dos hijas: Micaela y Violeta. La menor de las hermanas es Ana Cristina Portillo, a la que Sandra tuvo con su segundo marido, el fotógrafo jerezano Fernando Portillo.
La joven cambió el ámbito empresarial por la moda hace un par de años y ahora se dedica al diseño de vestidos con estampados hechos por ella misma a partir de sus propias acuarelas.
LA MODA TAMBIÉN ES LA PROFESIÓN de Inés Domecq, hija del bodeguero Huberto Domecq Ybarra y de María Jesús Fernández Govantes. Su firma de moda IQ Collection es una de las favoritas de la alta sociedad y es habitual ver con sus vestidos a Eugenia Martínez de Irujo o a la reinand Letizia. Junto a su hermana Mercedes, que trabajó 15 años en Inditex, lanzó en octubre IQ Home, un proyecto de decoración. Inés está casada con Javier Martínez de Irujo Hohenlohe, marqués de Almenara y nieto de la duquesa de Alba, y tienen dos hijos. El arte forma parte de la vida de Lulu Figueroa, hija de Álvaro de Figueroa Griffith, conde de Romanones, y de Lucila Domecq Williams (hermana de Sandra Domecq). Su tío Cristian Domecq, pintor, fue su gran referente, y creció admirando a artistas como Frida Kahlo. Su abuela paterna fue Aline Griffith, aristócrata y escritora que trabajó en la Oficina de Servicios Estratégicos de los EE UU como oficial de cifra durante la II Guerra Mundial. Empezó a pintar de manera autodidacta en el estudio de Pablo Echevarría mientras estudiaba Historia del Arte y hoy es su pasión. En 2016 se casó con Adrián Saavedra, junto a quien es madre de dos hijos. Lulu y las hijas de Sandra Domecq se llevan de maravilla y cada verano tratan de pasar algunos días juntas en la casa que las cuatro hermanas heredaron de su madre en Jerez. Rosario Domecq es la hija de Pedro Domecq Urquijo y Rosario Márquez Amilibia. Estudió Comunicación en Barcelona y se enamoró de Julián López Escobar, el Juli, cuando él tenía 18 años y ella 22, mientras trabajaba en una galería de arte de Madrid. Aunque ahora se dedica a cuidar a su familia, tiene una gran relación con el mundo de la moda y entre sus amigas se encuentran Laura Vecino y Teresa Baca.
Hijas del bodeguero Pedro Rebuelta y de Almudena Domecq, Cristina y Almudena forman el tándem perfecto en el ámbito de la decoración. Almudena se especializó en interiorismo trabajando en el estudio de Belén Domecq —hija de Manuel Domecq Zurita, uno de los grandes embajadores de Jerez a través de sus caldos, y que creció en el palacio de Benavente, en Jerez de la Frontera, un edificio renacentista de fachada neoclásica por el que llegaron a pasar personajes como Carlos de Inglaterra o Sharon Stone—. Cristina empezó dedicándose a la pintura para trasladar su creatividad a la definición de espacios junto a su hermana. _