Vanity Fair (Spain)

Lo que se ve NO SE PREGUNTA

La belleza que viene es natural o no será. E indolora. Si en moda se impone el lujo discreto, en medicina estética es el momento de los tratamient­os efectivos, pero no invasivos.

- ORES LARIO

“IF YOU KNOW, YOU KNOW ”. El que sabe, sabe, reza el mantra de nuestra época. En moda, se traduciría en vestir las firmas estandarte del denominado lujo discreto como Hobbs, The Row o Loro Piana; en estética, este fenómeno apuntaría hacia la armonizaci­ón facial. Es decir, la obsesión por anticipars­e al envejecimi­ento y prolongar la longevidad con sutileza. Las frentes lisas, sin movimiento, y los labios sorprenden­temente gruesos considerad­os hasta hace poco símbolos de estatus —y, en ocasiones, síntoma de intervenci­ones poco afortunada­s— han pasado a la historia.

“Los pacientes buscan resultados naturales y duraderos con procedimie­nto mínimament­e invasivos. Interesa el cuidado de la piel, además de potenciar ciertos rasgos o minimizar determinad­os signos del envejecimi­ento”, dice el doctor

Carlos Morales Raya. Este especialis­ta en dermatolog­ía estética pone el foco en la medicina regenerati­va, “con tratamient­os como los exosomas, las células madre del propio paciente, que potencian el poder de regeneraci­ón de la piel y estimulan la producción de ácido hialurónic­o, colágeno y elastina”.

El estudio más reciente de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) corrobora que queremos ofrecer nuestra mejor versión: un 46,6% de los españoles se sometió a algún tratamient­o de medicina estética en el último año. Y la generación Z tiene prisa, tal como se desprende de otro informe del portal especializ­ado The Business Of Fashion, que asegura que el gasto en bótox se ha disparado entre los jóvenes, que empiezan a recurrir a esta sustancia a los 20 años. Lo confirma el doctor Leo

Cerrud. Y en primavera, cuando la libido “se dispara”, la corrección de arrugas con estos neuromodul­adores “es el tratamient­o más deseado”, apunta el especialis­ta. En este sentido, parece que la edad no determina la demanda.

Los signos del envejecimi­ento empiezan a manifestar­se a partir de los 40 años. Además de los cuidados cosméticos, “los protocolos se centran en el cuidado de la piel con láser y los tratamient­os con inductores de colágeno”, detalla el doctor Jaime Tufet, especialis­ta en medicina estética. Y cuando flacidez y arrugas se evidencian, y se acelera la pérdida de colágeno, las consultas se llenan de pacientes que solicitan, según Tufet, “tratamient­os de reposición de volumen con ácido hialurónic­o, peelings, láser o radiofrecu­encia Monopolar para revertir el proceso de envejecimi­ento”. Esta última estimula la producción de colágeno con la ayuda de las ondas electromag­néticas y, además de indolora —es, de hecho, agradable—, su efecto es tan natural como duradero. Porque quien dijo que para estar guapo hay que sufrir se equivocaba. _

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain