El cementerio y los templos de Koyasan
El enclave de retiro budista de montaña más famoso de Japón se localiza 70 km al sur de Nara y a 800 m de altitud, entre los ocho picos del Monte Koya, cuya forma evoca un loto. Fue aquí donde el monje Kukai fundó en el año 816 la escuela shingon del budismo, centrada en las prácticas meditativas que conducen a la iluminación. A partir de ese momento, Koyasan fue acogiendo monasterios hasta convertirse en la ciudad monástica que es hoy y donde las mujeres tuvieron prohibido el acceso hasta 1873.
Kongobu-ji, el monasterio principal, conserva su inmensa puerta de madera de 1593 y salas con paneles de papel decorados por artistas de la escuela Kano de Kioto. El Banryutei, el mayor jardín de grava y rocas de Japón, creado en 1984, conmemora el 1150 aniversario de la muerte de Kukai. Las 140 rocas de granito se trajeron de Shikoku, su isla natal.
No hay hoteles en Koyasan, pero 52 monasterios del centenar acogen huéspedes. En ellos se sirve
shojin-ryori, la cocina budista preparada íntegramente con hortalizas y plantas silvestres. Pernoctar en ellos permite compartir alguna ceremonia con los monjes y disfrutar de la paz de Koyasan sin apenas visitantes, al anochecer y al alba. La reserva se tramita en: https://es.visitwakayama.jp/venues/venue_6/
Lo más extraordinario de Koyasan es el Okunoin, el cementerio que, junto a la tumba de Kukai, acoge otras 200.000, la mayoría tapizadas de musgo, entre sugis (Cryptomeria japonica)y cedros gigantescos. El sendero de 2 km que se adentra en ese paraíso forestal resulta sublime bajo la neblina. Y también de noche, iluminado por las linternas de piedra.