En el corazón del Ampurdán
El marco incomparable del Ampurdán es donde se encuentra Mas Carrilet, una masía de 1813 totalmente reformada. La imponente fachada de piedra y el verde de la vegetación conviven con la restauración llevada a cabo generación tras generación y con sumo cuidado. El estilo tradicional se mezcla con detalles contemporáneos.
La masía vive en completa armonía con sus alrededores, el Ampordán, donde podemos encontrar parajes naturales incomparables como las Islas Medas o las Gavarres, pueblos medievales como Pals o Peratallada que nos transmiten la historia de épocas pasadas o la escarpada Costa Brava. Esta casa pairal se encuentra perdida dentro del bosque tradicional mediterráneo, su gran extensión, la enredadera que sube por todo su contorno y la piedra autóctona hacen que pase desapercibida y se funda con el entorno. El extenso y cuidado jardín permite un sinfín de posibilidades, desde una agradable velada con la familia y amigos en el cuidado porche, a una apetecible tarde soleada de verano tumbado al borde de la piscina o a la práctica de su deporte preferido en una de las múltiples llanuras.
Con un simple paseo por el interior de la masía se puede respirar en todas y cada una de sus estancias la armonía y tranquilidad que se desprende de la unión entre su decoración y la arquitectura. El salón principal cálido, cómodo y espacioso cumple todos los cánones de una gran masía, unas gruesas paredes de piedra con una gran chimenea presidiendo la sala y unas sobrias vigas rústicas de madera transversales en el techo. El gran comedor, igual de cuidado hasta el detalle, comparte el espíritu rural, con una de las paredes de piedra y la robusta mesa principal para dieciséis comensales, iluminada por la hermosa lámpara colgante. En esta zona impresiona la cubierta a doble altura de ocho metros de alto. Tanto en el comedor como en el salón principal, las amplias ventanas nos permiten contemplar la belleza del paisaje exterior. Además la casa tiene diez dormitorios, cinco baños, otros dos salones, la cocina y las golfas con un gran estudio de doscientos cincuenta metros cuadrados.
La cocina de estilo clásico, mantiene la arquitectura típica de las masías, la “volta catalana”. La decoración tiene una base de azulejos originarios de La Bisbal del Ampordán con dibujos florales, aparte de una selección de elementos decorativos de cobre. En la parte central de la cocina se sitúa un comedor de diario excepcional, con capacidad para doce comensales, con mobiliario tradicional catalán cuidadosamente seleccionado de los anticuarios de la zona. La cocina está perfectamente equipada con todos los electrodomésticos necesarios y con una gran nevera industrial, ya que las dimensiones de la casa y su capacidad así lo requieren. El suelo de esta estancia fue restaurado en la última rehabilitación de los años ochenta ya que al ser la toba catalana muy porosa, se había deteriorado mucho. La lámpara colgada del techo es un yugo de bueyes convertido para iluminar la gran mesa. La suite principal en la segunda planta, es amplia y dispone de diferentes ambientes como un rincón para la lectura, la zona de descanso junto a la chimenea, un salón privado con despacho y un completísimo y gran baño independiente con gres porcelánico instalado en la última reforma de los años ochenta.