RECUPERAR Y RECICLAR
Nos gusta vivir en plena naturaleza y, en consecuencia, preservarla tal como la hemos encontrado e, incluso si es posible, mejorarla para garantizar su supervivencia. Nuestra casa en el campo es la máxima expresión de esta sensibilidad hacia el entorno. Cuidamos de forma especial todo lo que concierne al abastecimiento de energía de la casa, utilizamos modernas tecnologías que nos permiten extraer energía de la luz solar o del subsuelo, y disfrutamos de jardines que no pretenden domesticar la naturaleza sino adaptarse a ella de forma respetuosa. Los mismos razonamientos se pueden aducir cuando se trata de equipar el hogar con elementos que, además de armonizar con el espíritu centenario de la construcción pueden aportar un poco más de sostenibilidad al entorno. Se trata de reciclar muebles, elementos de jardinería, cacharros, objetos, lámparas, tejidos y todo aquello que puede alcanzar una segunda vida. En los reportajes que presentamos en este número se aportan muy buenas ideas para un reciclaje activo de objetos domésticos que, además de ahorrar nuevas inversiones, proporciona el goce indescriptible de haber recuperado algo con nuestras propias manos que nos va a acompañar con su cálido aliento durante muchos años.