Suárez reinterpreta, en clave de joyas, Romeo y Julieta.
SUÁREZ CONVIERTE LA HISTORIA DE AMOR DE ROMEO Y JULIETA –IMPOSIBLE Y ETERNA– EN UNA PRECIOSISTA COLECCIÓN DE JOYAS PENSADA PARA SEDUCIR A LAS NUEVAS GENERACIONES.
Los mecanismos del amor son imprevisibles. Casi tanto como las musas que rondan en el estudio de diseño de la joyería Suárez. Tras haber dedicado sus últimas colecciones a temas tan dispares y efectistas como la constelación de Orión, los coleópteros de Yucatán o los amuletos de la pintora Frida Kahlo, la firma española ha fijado la mirada en la adaptación cinematográfica que Baz Luhrmann hizo de Romeo y Julieta en 1996. Un clásico de la literatura universal que el cineasta australiano convirtió en epopeya posmoderna con tintes pop, Leonardo DiCaprio y Claire Danes mediante, y que tantos años después se mantiene fresco en la retina de Gabriel Suárez. Al frente de la dirección creativa, decidió poner la maqui- naria de su taller en marcha para crear una colección de joyas que contaran el trágico romance inmortal de Shakespeare traducido, para la ocasión, en zafiros, diamantes y rubíes engastados en oro de 18 quilates. Durante el año que ha durado el proceso de elaboración, su saber hacer artesano se ha puesto al servicio del carácter innovador y visualmente rompedor de la cinta. Desde minuciosos colgantes de vírgenes, corazones atravesados por puñales o una pequeña botella, como aquella de la que los protagonistas bebían el veneno, a sortijas talladas en forma de enredadera, rosas que recuerdan a las del balcón de Julieta, pendientes como querubines o sellos con motivos heráldicos. Una oda al amor romántico pensada para levantar pasiones