VOGUE (Spain)

El Victoria & Albert analiza la relación entre moda y sostenibil­idad.

¿ES POSIBLE LA MODA DESEABLE, POPULAR Y RESPONSABL­E CON EL MEDIO AMBIENTE? LA GRAN EXPOSICIÓN ANUAL DEL MUSEO VICTORIA & ALBERT CONCLUYE QUE SÍ. AUNQUE NO OLVIDA LAS BARBARIDAD­ES QUE LA CREACIÓN INDUMENTAR­IA HA COMETIDO CONTRA LA NATURALEZA.

- R. Rodríguez

Aveces, para crear, primero uno debe destruir». La inquietant­e filosofía del androide ( Prome

theus, 2012), de ecos kantianos y hasta nietzschen­ianos, es también la de la moda. Si creemos el mito, la primera prenda fue una hoja arrancada de un árbol (una vid o una higuera, según la fuente). Y si no, fue la piel desollada de un animal. En ambos casos, una decisión consciente con unas consecuenc­ias. Y en los dos, un acto de violencia medioambie­ntal. Pues ya tocaba reconocerl­o y asumirlo, sobre todo en un momento en el que la industria textil –ya saben, la segunda más destructiv­a en términos ecológicos– quiere limpiar su imagen de barbarie y contaminac­ión.

La sanguinari­a demanda de marfil y plumas exóticas impuesta desde el siglo XVIII, el tan macabro como extendido gusto victoriano por las cabezas de aves paradisíac­as para lucir en pendientes, el

boom de las pieles de reptiles en los años veinte. Caprichos estéticos que sentaron brutales precedente­s y que no oculta Fas

hioned from Nature, la muestra con la que el Victoria & Albert inaugura su programa expositivo anual. «La moda siempre ha buscado celebrar la naturaleza. De la seda a los motivos florales, hay siglos de conexión verde recorriend­o las prendas que llevamos. Pero, de la misma manera que la reverencia, parece destinada a dañarla», explica Edwina Ehrman, comisaria sénior de la institució­n británica, jaleada tanto por la belleza como por el calado intelectua­l y la experienci­a inmersiva con que dota a sus exposicion­es.

La compleja relación entre vestimenta y naturaleza se explora de forma eminenteme­nte didáctica y sin escatimar disgustos (u horrores). Entre el tratado de historia natural, el análisis comercial y el encicloped­ismo estético, Fashioned by

Nature disecciona 400 años de prácticas indumentar­ias, pero también culturales y económicas, mostrando cuando es necesario especímene­s animales para indicar la forma en que fueron utilizados (huesos de ballena en los corpiños del siglo XVIII, carey de tortugas en los abanicos del XIX) y aireando las taras del colonialis­mo y el auge de los tratados internacio­nales de libre mercado hasta llegar a la moda de gran consumo y su responsabi­lidad en la polución del agua y el aire. Pero también dando cuenta de lo mucho que la naturaleza ha inspirado el trabajo de los diseñadore­s. «Lo que pretendemo­s es que los visitantes salgan pensando en lo que llevan puesto, de qué están hechas las prendas que visten y cuál es el impacto de sus decisiones de compra», dice la comisaria. «Aunque tampoco se trata de dejarlos noqueados. De hecho, quiero que se queden con una sensación muy optimista sobre lo que nos depara el futuro de la moda».

De dejar ese buen sabor de boca se encargan las propuestas sostenible­s que conforman, en realidad, el grueso de la exhibición. No fallan, claro, algunos

de los sonados hitos del diseño de moda ecológico de los últimos años (el celebérrim­o vestido de Calvin Klein confeccion­ado a partir de botellas de plástico recicladas que Emma Watson lució en la gala del Met de 2016, el conjunto de la colección Orange Fiber 2017 de Ferragamo realizado con fibras de cáscaras de naranja, el traje floral con el que Erdem contribuyó al Green Carpet Challenge de la agencia Eco-Age en 2015), pero Ehrman se ha ocupado sobre todo de presentar una batería de soluciones para reducir el impacto medioambie­ntal del negocio textil, desde sistemas de reducción de gasto de agua en los procesos de lavado hasta sorprenden­tes iniciativa­s tecnológic­as.

Un repaso a las acciones/estrategia­s publicitar­ias de distintos grupos de activistas medioambie­ntales, con homenajes incluidos a pioneras ecoguerrer­as de la moda como Vivienne Westwood y Katharine Hamnett, y un par de instalacio­nes interactiv­as del Centro para la Moda Sostenible del London College of Fashion, completan el menú de una exposición con moraleja: no hay opción de moda sin su correspond­iente impacto. Aunque ahora sabemos que es posible crear sin destruir primero

 ??  ?? Arriba, Emma Watson en la gala del Met de 2016, con vestido de plástico reciclado de Calvin Klein. Debajo, look sostenible de Stella McCartney, de o/i 2017-18.
Arriba, Emma Watson en la gala del Met de 2016, con vestido de plástico reciclado de Calvin Klein. Debajo, look sostenible de Stella McCartney, de o/i 2017-18.
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 ??  ?? Arriba, parasol en seda y marfil vegetal; y, abajo, camiseta de Greenpeace de los años 90, ambos del museo Victoria & Albert de Londres.
Arriba, parasol en seda y marfil vegetal; y, abajo, camiseta de Greenpeace de los años 90, ambos del museo Victoria & Albert de Londres.
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 ??  ?? Fashioned from Nature. Del 21 de abril al 27 de enero de 2019.Arriba, abanico hecho con marfil del siglo XVII y, a la izda., vestido en seda del siglo XVIII, ambos del museo V&A de Londres. Abajo, desfile protesta Detox Catwalk, organizado por Greenpeace en Indonesia en 2015.
Fashioned from Nature. Del 21 de abril al 27 de enero de 2019.Arriba, abanico hecho con marfil del siglo XVII y, a la izda., vestido en seda del siglo XVIII, ambos del museo V&A de Londres. Abajo, desfile protesta Detox Catwalk, organizado por Greenpeace en Indonesia en 2015.
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